A veces uno se cansa del mundo, de girar al ritmo vertiginoso de los acontecimientos, de buscar las cosquillas a la tristeza, de levantarse tras otra caída…
A veces uno se cansa de seguir saltando, de arrastrarse sin lograr llegar, de inventar entusiasmos, de reavivar ilusiones, que cada vez tienen menos de eso…
A veces uno sigue por inercia, por esa autoestima que aunque tocada, sigue exigiendo un lugar preferente, porque no hay otra opción que seguir…