Hay historias que nos secuestran, que nos nublan la visión, y la razón. Son brotes de inspiración en algunos momentos, y en otros, verdaderas torturas que no nos dejan levantar el vuelo.
No hay material de construcción para montar esa historia que lleva meses y años martilleando mi cabeza. No hay un hilo que seguir, ni sendas que nos lleven hacia ella. Solo una puerta cerrada y un silencio amordazado.
Un día algo hará que el cerrojo se abra, y todo empezara a brotar como si fuese primavera. …
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