El
verano acaba aquí, en un día de Septiembre de un año cualquiera y sin
embargo, lleva desvaneciéndose desde alguno de esos kilómetros que
recorrimos mientras sonaba en la radio el último éxito de uno de
esos cantantes, que resurgen en estos meses estivales...
Sin darnos cuenta, perdimos en algunas de esas curvas,
parte de nuestro equipaje. Abandonadas en una de esas curvas, se quedaron parte
de esas ilusiones que llenan las maletas en origen, la adrenalina de vivir
nuevas experiencias.
Parece como si los rayos de sol de estos meses tuviesen efectos secundarios. Son como el disparo que marca el inicio de una etapa en la que soñar despierto, en la que todo está permitido... fantasía y realidad se entremezclan como los paisajes en nuestro cristalino. Reflejos y espejismos en las gotas de rocío…