26.10.07

El mundo de los locos

"Los locos me atraen. Esas personas viven en un país misterioso de sueños extraños, en la nube impenetrable de la demencia en la que todo lo que han visto sobre la tierra, todo lo que han amado, todo lo que han hecho vuelve a empezar para ellos en una existencia imaginada fuera de todas las leyes que gobiernan y rigen el pensamiento humano.Para ellos ya no existe lo imposible, lo inverosímil desaparece, lo fantástico se hace constante y lo sobrenatural habitual. Esa vieja barrera, lalógica; esa vieja muralla, la razón; esa vieja rampa de las ideas, el sentido común, se rompen, se derrumban, se vienen abajo ante su imaginación dejada en libertad, escapada en el país ilimitado de la fantasía, que va dando saltos fabulosos sin que nada la detenga. Para ellos todo ocurre y todopuede ocurrir. No hacen esfuerzos por vencer los acontecimientos, para domar las resistencias o derribar los obstáculos. ¡Basta un capricho de su voluntad ilusoria para que sean príncipes, emperadores o dioses, para que posean todas las riquezas del mundo, todas las cosas sabrosas de la vida,para que gocen de todos los placeres, para que sean siempre fuertes, siempre bellos, siempre jóvenes, siempre amados! Ellos son los únicos que pueden ser felices sobre la tierra, pues para ellos la Realidad ya no existe. Me gusta inclinarme sobre su espíritu vagabundo como se inclina uno sobre un abismo en cuyo fondo borbotea un torrente desconocido, que viene no de sabe de dónde y va no se sabe adónde. Pero de nada sirve asomarse a esas grietas, pues jamás podrá saber uno de dónde viene ese agua y a dónde va. Después de todo, no es sino un aguaparecida a la que corre a la luz del día, y contemplarla no nos enseñará gran cosa. Tampoco sirve de mucho inclinarse sobre el espíritu de los locos, pues sus ideas más extrañas no son, en definitiva, sino ideas ya conocidas, sólo que resultan extrañas porque no están encadenadas por la razón. Su fuente caprichosa nos llena de sorpresa porque no la vemos brotar. Ha bastado que una pequeña piedra haya caído en su curso para que estos borboteos se produzcan. Sin embargo, los locos me siguen atrayendo, y vuelvo hacia ellos constantemente, atraído, bien a mi pesar, por el misterio banal de la demencia."
La señora Hermet ( Guy de Maupassant)

23.10.07

Paraisos personales

Sería ingrato no adorarla, cuando todo se lo debo a ella. En mis aciertos y en mis errores, siempre ha estado ahí, como esa sombra alargada de la que el ciprés no logra desasirse, como ese cordón umbilical que ni el tiempo ha podido cortar.

Olvidarla sería cometer un pecado mortal. Sería renunciar a la tierra donde hundir las raíces interiores, y sembrar los sueños, sin importar cuál sea el abono que nutre el día a día...

Recuerdos que se visten con sus colores. Paisajes que se endulzan en el recuerdo, y nostalgias que se asoman al balcón de la mirada. Arco iris que se derrama tono a tono en cada estación. Amarillos y dorados que serán colorados como la sangre cuando el arado peine la tierra. Copos de nieve que enharinan las montañas. Hebras verdes que zurcirán la esperanza a los surcos cada primavera, bajo esa bóveda azul enladrillada con nubes blancas. Molinos de viento que se asoman como gigantes en las sierras, pinos que acarician el cielo, campos preñados de cereales que se convierten en hileras de paja en el estío… Pestañeos de tiempo, miradas que se suceden.

Imaginarla es vivirla, es cerrar los ojos y soñar… un deleite para los sentidos que parecen despertar en esos rincones donde el silencio acampa, y hasta se puede sentir el latido de la vida.

Amarla. Yo no podría dejar de hacerlo, de sentirla, de soñarla,… de buscarla, cuando el brillo de la ilusión desaparece de la pupila, y la energía escasea.… como bebe que busca el cobijo en los brazos de la madre…

19.10.07

Vieja estrella

¡Ay, hijo! ¡Cómo han cambiado los tiempos! ¡Lástima que mis piernas torpes no hayan sido capaces de permitirme seguir ese ritmo de vida! Ya ves. Ahora veo el transcurrir de los días desde taburete de madera, con la sensación de cuando era niña y estaba subida al carrusel. Todo gira demasiado deprisa para mis lentos movimientos. Es imposible atrapar el tiempo,.. la vida se nos escapa de las manos sin darnos cuenta. Cuando la presbicia nublo mi vista, aprendí a mirar el horizonte, a disfrutar de esa línea que se pierde en el infinito,.. Ahora no hay noche que al acostarme no me pregunte, si existirá un nuevo amanecer para mi. No puedo dejar de pensar en todas esas pequeñas cosas que he ido aprendiendo en el camino. Ésas, que tu ahora eres incapaz de ver porque tu juventud es un caballo desbocado dispuesto a comerse el mundo a bocados. Y en cierto modo, me das envidia. Yo también fui así, antes de que el caminar se volviese lento y la mirada inquieta se tornase más serena… ¡Cuantas veces tropecé y caí antes de encontrar mi estrella! ¡Ay, mi vieja estrella! Ella también camina serpenteando horizontes, por el crepúsculo de la vida…

18.10.07

Soledad compartida

El otoño era eso: unos rayos de sol que juegan al escondite entre los árboles, unas caricias calidas, unas sombras que se alejan en el horizonte, un camino que se llena de piedras y se torna empinado…

El punto final del verano se pintaba así: alfombras tejidas con cientos de hojas de distintos colores se extendían bajo nuestros pies, susurros de nostalgias y estribillos de esperanzas sonaban como la banda sonora de nuestros días...

No se si fue en una de esas tarde lluviosas o en alguno de esos amaneceres acompañando el rocío,... pero en algún rincón del laberinto nos cruzamos. Nos miramos a la cara y seguimos caminando… sin mirar atrás, sin pensar dónde habíamos visto esa soledad asomada a una mirada, sin darnos cuenta de que más que deslizábamos, arrastrábamos nuestros pies… y en cada paso, nos repetíamos "sólo son rachillas"... Como si al decirlo, espantásemos nuestros miedos…

En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente.
Khalil Gibran

15.10.07

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A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.


Oscar Wilde

10.10.07

Intenso

Cuando alguien le dice que no cambie nunca, que siga así, no puede evitar reírse por lo bajo mientras en su cabeza se ilumina una luz de warning. Tiene la sensación de que apenas si han probado el postre, y no puede dejar de preguntarse si serán capaces de acabarlo sin vomitar o, por el contrario, el sabor de su carácter será demasiado intenso para los estómagos delicados...

En este paseo entre el amor y el odio, casi siempre hay una incógnita que despejar: el tiempo. ¿Cuánto pasará antes de que giren sobre sus talones y recorran los pasos dados, pero en la otra dirección? ¿Qué tiene el fuego que igual que nos atrae nos quema? ¿Saldrán corriendo cuando el cielo se oscurezca y amenace tormenta o seguirán ahí, esperando que aparezca el arco iris?


Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido único.

Agatha Christie

9.10.07

Libertad

Nací libre y no supe renunciar a ese derecho: a escoger entre varias opciones y asumir los efectos colaterales.


De niña miraba los rebaños de ovejas. Una tras otra, sin levantar la cabeza, siguiendo el camino trazado, sin desviarse, siempre vigiladas por el pastor y los perros. Sólo los tiernos corderitos se atrevían a retozar en la pradera…


Nunca quise que me domesticaran, que la sociedad marcase con vallas el camino que yo debía recorrer, como los toros en un encierro...

Nací libre, y asumí el riesgo de seguir siéndolo, de mostrar mis uñas y defenderme cuando siento que es necesario... Aprendí a disfrutar de la vereda que a veces transcurre paralela a la carretera y otras se aleja en zigzag... Acepté el precio a pagar por no ser uno más del rebaño, por decir en voz alta lo que pienso, y hacer lo que siento que debo hacer…

Yo soy uno de ellos, de aquellos habitantes que amaban tanto la libertad que prefirieron morir antes que perderla…
Discúlpenme, pero no estoy en venta


Yo nací libre, y para poder vivir libre escogí la soledad de los campos.

El Quijote. Miguel de Cervantes

8.10.07

Robando


Hay ladrones a los que no se castiga, pero que nos roban lo más preciado: el tiempo.

Napoleón Bonaparte

5.10.07

Punto de retorno

Una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja.
Proverbio italiano