29.12.08

Pinceladas de tiempo

No recuerda por qué un día pintó un esquema hasta su mundo ni por qué dejó la llave bajo el felpudo de la entrada. Es más, sigue preguntándose porque sigue allí acumulando el oxido de la ausencia.

Los impulsos no atienden a razones, son potros desbocados que sólo pelean por sentir la libertad. La razón es una cincha que a menudo les retiene, pero no siempre.

No se arrepiente de haber dejado la puerta entreabierta, de permitir ver que hay cuando se rasca un poco la superficie. Algunos miran un cuadro. Otros ven lo que hay detrás de ese paisaje, de esos colores, de esa textura.

Detrás de las palabras, de las metáforas hay una historia, unas sensaciones, unos principios que colorean las escenas que aparecen entre pinceladas.

Cada cuadro tiene una lectura diferente para el que lo contempla que, a veces, poco o nada coincide con lo que el aprendiz de pintor quiso expresar. Todo es un juego de luces y sombras, de sueños y realidades que se entremezclan, de momentos en los la vida coquetea con la inspiración, erizándonos la piel y permitiendo que las emociones dormidas, emerjan a borbotones desde las entrañas


"En un momento dado de la vida, morimos sin que nos entierren. Se ha cumplido nuestro destino. El mundo está lleno de gente muerta, aunque ella lo ignore." Goethe

19.12.08

Eres

Eres la voz del poeta que la ausencia no pudo borrar, la gota de rocío que acaricia las mañanas, el viento frío que acuna los silencios y arranca suspiros a las hojas secas…

Eres la ilusión que el corazón me prohibió olvidar, el tono añil con el que pintar el desteñido príncipe azul…

Eres el que suena entre los chopos del río, el que juega a escribir nombres en las cortezas de los árboles, el que se diluye cuando parece que podemos atraparlo…

Eres el sonido del agua impasible al pasar, el que guarda en su interior el secreto de las estrellas, el baile de olas de este mar de agua dulce…

Eres el ritmo de las ondas que pasan, de nadas que son todo, de todos que se diluyen en ausencias, el reflejo de la nostalgia en el agua, la mirada escéptica que se pierde entre la niebla, el ruido de los pies que se arrastran...

Eres la sonrisa que el tiempo no pudo robar…

14.12.08

Esta noche

En noches como hoy todo se siente demasiado, como si no pudiésemos desprendernos de esa mugre fría que nos asfixia e inunda el corazón. Todo parece adquirir unas proporciones inmensas que nos arrastran y nos golpean hasta lanzarnos lejos… y dejarnos exhaustos.

Son momentos de reflexión profunda, de dudas existenciales, de preguntas que se nos escapan de las manos, de balances que no cuadran, de silencios que gritan como demonios, de frío que cala los huesos y de lágrimas que se asoman al abismo.

En noches como ésta, siento el cansancio y el dolor en el alma, la desilusión y la tristeza en el corazón, los zarpazos de la desconfianza y la sinrazón de lo que no entendemos.

Hoy, y en momentos como este ahora, me debato entre luchar o tirar la toalla. Regreso sobre mis pasos a ese punto donde, quizá, confundí mi camino. Busco entre mis desgastados recuerdos esa pista que me indique en qué me equivoqué y cuál es el sendero a seguir. Siempre caminando, aunque uno no sepa casi ni de dónde se viene, ni hacia dónde se va. Arrastrando los pies, desmigando el alma para que nos sigan y nos encuentren, para que nos rescaten de esta soledad que a veces se hace tan amarga

En noches como hoy, busco esas palabras mágicas que abran la puerta de la ilusión, que tiñan de esperanza nuestros amaneceres, que sean bálsamo en nuestro lastimado ego, que sólo quiere ser, con una sonrisa.

Sí, en momentos como éste, vendería mi alma al mismo diablo, por unos brazos donde refugiarme, unos besos que me añoren, un corazón que lata y sienta al mismo compás que el mio...

13.12.08

Brillos mates

Un día escribiré nuestra historia. La tuya y la mía. La tuya en la penumbra, la mía en primer plano. Ya ves, a mí que nunca me gustaron los focos, que prefería caminar en la sombra, ahora me atrevo a situarme frente a ellos. Como esa casa en ruinas que soy, con grietas en mis recuerdos y rotos los cristales de esas ventanas que el viento vapulea hasta desencajarlas. Somos muñecos rotos, soldados heridos y abandonados a nuestra suerte, siluetas que se deslizan en la oscuridad.

Y sin embargo, un día un gato negro se cruza en nuestra vida, y todo cambia. Al menos durante un tiempo. Y durante ese periodo todo se viste de colores alegres y risas contagiosas… Como cuando éramos niños y no teníamos que preocuparnos por nada.

Escribiré mi historia para que el alzheimer no me la arrebate de mis recuerdos, por miedo a que las sensaciones dulces se tornen amargas, y olvide el sonido de tu risa. Quiero hacer eternos esos instantes, atrapar el tiempo que vivimos en pequeñas burbujitas multicolores y guardarlas como tesoros en nuestro tarrito de cristal.

Te encontré, cuando ya estaba de vuelta de todo, cuando un velo de escepticismo cubría el horizonte y dudaba de la existencia de los colores anaranjados del amanecer. Me hubiera gustado ser una araña que teje su tela para atrapar el brillo de la ilusión, la capacidad de mirar el futuro desde esa perspectiva, poder acariciar los sueños con la punta de los dedos. Necesitaba volver a creer en los Reyes Magos y tú me tendiste el bolígrafo con el que escribirles.

9.12.08

41.43 N 3.21 O


Mi infancia son recuerdos de una tierra roja como la sangre, que se ocultaba bajo un manto blanco cada invierno; de verdes promesas cada primavera y tonos dorados como el sol, cada verano…

Árida y fría, como la tristeza que se cierne cuando uno ve como camina hacia el olvido. Pasear por allí es empaparse de ese abandono gradual pero sin pausa que se asoma por allí, donde un día la vida brotaba a borbotones.

Hay lugares que no se entienden sin las personas, sin esos benefactores que hicieron resplandecer sus rincones… pero también hay personas que no son sin esa referencia. Es como si nunca hubiesen cortado ese cordón umbilical del que siguen alimentándose en la distancia. Quizá haya que volver allí, con ellos, para entender esa parte que se queda en las sombras, esa mirada que adquiere un brillo especial cuando la nostalgia y la ilusión se entremezclan. Ellos son y se explican, en parte, a través de esas coordenadas geográficas… Ellos. Nosotros. Yo.

4.12.08

Se hunde



El tiempo es el capitán de este barco, el que recorre pasillos y camarotes buscando algo que haga de tapón en medio de la tormenta, el que ordena que se reparta los chalecos salvavidas y se preparen los botes. Caminar por cubierta es peligroso. Resbalar y caer al mar del olvido es demasiado probable.


Cómo cambia todo, en apenas unos instantes. Porqué no nos asimos a la mano que nos tendieron. Porqué pensamos que nosotros podíamos avanzar solos. Porqué seguimos haciéndonos los remolones en este barco que parece zozobrar. Tal vez porque por un momento creímos que era nuestro hogar, y quizá aún lo sigamos sintiendo y sea ese el ancla que nos impide salir corriendo ….

3.12.08

Blanco

Se viste el paisaje de blanco como una novia en su gran día. Cubre con su manto el desorden de las cosas, limpia el suelo ennegrecido, atenúa baches y montañas, silencia aberraciones. Insinúa pero no muestra, deja que la imaginación vuele, que los sentidos se desperecen, que el viento frote nuestros ojos y limpie nuestras legañas.


Copo sobre copo como metáfora blanca, la vida continua bajo esa capa de olvido invernal, acompañada del calor de una chimenea francesa, con el tic tac de un reloj como banda sonora de nuestros días. Enaguas blancas y puntillas de escarcha en los tejados, témpanos de hielo que sucumben a la pasión de los primeros rayos de sol. Silencios que se tornan susurros de blandura, que acarician la tierra y la fecundan como un amante enamorado, en una noche de locura

2.12.08

Dibuja

Coge el pincel y dibuja mis curvas. Perfila mi silueta antes de que el sol se funda en el agua, y las estrellas sean los únicos testigos. Añade un poco de rojo pasión al verde esperanza, y colorea el lienzo de la piel. Extiende la pintura como si fuesen caricias, diluye besos. No te olvides de colocar estratégicamente los lunares...


Traza líneas y brochazos que se entremezclen como si fuesen olas salpicando mis pies, mientras la arena corre hacia el mar. Matiza el horizonte en el que ansío perderme. Ilumina la luna, que velará los sueños. Sigue añadiendo sombras, degradando colores como dos cuerpos que se envuelven hasta confundirse...


Ven. Toma el pincel y pinta nuestros sueños. Ponle color a nuestro horizonte. Sueña. Vive. Ama. Sonríe.

1.12.08

En venta

Nacemos y empezamos a prostituirnos aunque no vendamos nuestro cuerpo. Nadie nos habla de esas ataduras, más o menos invisibles, que nos coartan. Desde niños la educación que recibimos intenta dirigir nuestros pasos. Somos trozos de barro en manos de alfareros. Aprendemos de lo que nos enseñan, pero sobretodo de lo que vemos, del ejemplo que recibimos, de lo que no se dice pero se hace.

Crecemos y nos enseñan que el día a día es un trueque. Uno cambia lo que tiene por lo que quiere: tiempo por trabajo, trabajo por dinero, dinero por bienestar… y en este intercambio de cromos, algunos pierden incluso la única realidad que tenemos: nosotros, yo, tú…

La vida es una gran tómbola en la que casi todo está en venta. El tamaño de ese casi es diferente en cada uno de nosotros y nuestras circunstancias. Todo es relativo, el volumen de ese casi también.

Todos los días renunciamos a algo. Lo vendemos pensando obtener algo para nosotros necesario. A veces esas necesidades no existen. Son creaciones de esta sociedad consumista donde el tener es poder, y el poder resulta afrodisíaco.

Uno vende y sigue vendiendo... Vendería el alma e incluso la vida siguiente si existe, por un halago o por otra cosa.

Todos nos prostituimos diariamente, pero quizá la mayor prostitución sea dejar de ser uno mismo…

30.11.08

Tenía tanto...

Tenía tantos sueños que cumplir, tantos caminos por recorrer, tantas cosas que contar…

Tenía tantos amaneceres por descubrir, tantas vallas que saltar, tantas estrellas que alcanzar…

Tenía tanto amor guardado para dar, tantas caricias esperando volar, tanta música que bailar,…

Tenía tantas historias que vivir, tantos desafíos que cumplir, tantas preguntas que hacer…

Tenía tantos lugares que enseñar, tantos paraísos por descubrir, tantos tesoros por rescatar…

Tenía tanto que dar…

27.11.08

Tempos distintos

Nadie nos habló de esa formula secreta de la que se compone el tiempo, ni de cómo atraparlo o reproducirlo. Desconocemos porqué unas veces un día es un suspiro y otras una eternidad. Estamos hechos de tiempo, de lo que fuimos, de lo que somos y de lo que soñamos ser. Vivimos bajo esa espada de Damocles aunque no siempre somos conscientes de ello.

- ¿Cuánto es una hora y media? –me preguntaba.


- El tiempo que separa hoy tu mundo y el mío en avión, ese rato que papá está en casa a medio día, un poco menos de lo que pasas tu en el cole cada tarde… El tiempo que me pasaré yo dando vueltas a esta conversación de diez minutos. Touchée! - podría haber añadido.


No se puede congelar el tiempo, como tampoco se puede atrapar más allá de un instante el agua con las manos...Todo sigue su curso, como entonces, cuando éramos adolescentes y alguien más pequeño que nosotros nos decía, no cumplas años, espérame a que crezca... pero jamás pudimos acortar esa distancia… vivíamos en tempos distintos, aunque nos negábamos a admitirlo. El tiempo era una goma que a veces se estiraba y nos separaba, para inmediatamente después encogía hasta juntarnos... No nos dimos cuenta, pero hubo un momento en que la goma dejo de ser elástica… Con la mirada puesta en el suelo, comenzamos a caminar, con miedo a mirarnos a la cara y descubrir que lo hacíamos en direcciones opuestas, o simplemente a diferente ritmo…

25.11.08

Notas al margen

Quizá uno deba irse lejos, no sólo en el tiempo y la distancia, para darse cuenta de lo importante que son algunas cosas en nuestro día a día y que solemos dejar olvidadas cuando hacemos la lista de lo que nos llevaríamos a una isla desierta. Tal vez uno deba recorrer caminos para añorar veredas, vivir en silencio para añorar el ruido, degustar otros mundos para añorar el nuestro o aquel que uno día perdimos.

Acaso en esas notas en el margen del día a día uno encuentra eso que hace especial nuestros amaneceres, esas gotas de magia que aportan calor en la fría rutina, esos rayos de luz que iluminan nuestra oscura existencia.

Probablemente uno necesite alejarse para sentir sin contagios, aunque siempre los haya, y uno pueda considerar que cuando alguien le dice “te echo de menos”, sin saberlo, le está haciendo el mejor regalo del mundo, porque en el fondo a todos nos gustaría poder pensar que para alguien somos el mundo, o al menos alguien especial

18.11.08

Abalorios de tiempo

Hay días en los que uno teme perder lo soñado, lo que hemos ido tejiendo con cuentas de tiempo e hilo de ilusión. Uno siente el miedo a que ese collar se rompa, y caigan desperdigados por el suelo cada uno de esos abalorios que con tanto mimo uno ha ido uniendo. Ensartar de nuevo las piezas no siempre es posible, igual que tampoco podemos devolver nuestra imagen a los espejos. Todo lo que vivimos forma parte de nosotros, de ese lastre que nos acompaña como una sombra de la que no podemos despegarnos. Estamos hechos de momentos, de vuelos a ras de suelo y de otros en los que nos subimos al trampolín para hacer piruetas. Es la adrenalina la que nos remueve las entrañas, la que nos reafirma que estamos vivos, y nos empuja a seguir adelante, ensartando cuentas de cristal coloreadas que nos recuerdan no solo lo que hemos sido, sino también lo que somos y lo que soñamos ser.

17.11.08

A tí

Eres como el vuelo de las golondrinas al atardecer. La onda que se expande hasta llegar a la orilla. La ola que siempre regresa a la arena. El perfume que se desprende en cada amanecer. La ilusión que se asoma a una mirada. Eres. El verso de agua que se derrama. La línea recta que llega al infinito. El río que me arrastra cuando necesito a alguien. El calor de la hoguera en días gélidos. El arco iris tras la tormenta. La madrugada que no quise olvidar. Eres. El ave fénix que resurge de sus cenizas. La dulzura de un instante. La ternura de un beso. La metáfora de los textos. El brillo de la esperanza. Eres. Tú, eres. Yo también soy, un poco más, a tu lado.

bon voyage

Se acaba mi tiempo. Los nervios se agitan en mi estomago. Los miedos son las sombras que me persiguen, aun en la oscuridad.  Son los instantes previos a esos cambios que uno sabe que, aún siendo necesarios, a una le inquietan. Se que habrá un antes y un después, aunque no tengo muy claro que se quedará en cada uno de los lados.  

Si pudiese escoger no bebería de ese cáliz, dejaría pasar el tren,  miraría hacia otro lado y haría como que no va conmigo. Pero yo no puedo. Me esperan  y se que debo acudir a la cita. Dicen que lo universal es sólo lo local sin paredes. Quizá sea el momento de ir derrumbando una a una, alzar la vista y poder disfrutar desde el lecho, las estrellas y la luna llena…

Se acaba el tiempo. Comienza mi reto más inmediato. A veces es tan fácil como cerrar la cremallera de una maleta y decirse, bon voyage

10.11.08

Renuncias y ruinas

Dejando que los pasos se pierdan por veredas talladas en la roca en algunos tramos, respirando aire con aromas a estepa y roble, buscando en el horizonte paisajes que añadir a nuestra memoria, deleitándome por el sonido del agua que se alborota en pequeñas cascadas, una empieza a tirar del hilo de los pensamientos hasta acabar deshaciendo esa vida correctamente organizada. Y una vez abierta la caja de los truenos, las preguntas salen como dardos camino de la diana, removiendo cimientos y pilares cuan terremotos.

El sonido del tictac vuelve a primer plano y una se pregunta cuanto más tiempo conseguirá ignorarlo. Renunciar no entra dentro de sus planes, al menos por ahora. Tampoco asumir un riesgo demasiado alto.

Vuelven a sonar los sables. La razón y el corazón se engarzan en su particular batalla. Abandonar el sueño que una siempre ha tenido duele tanto como aventurarse en una guerra en la que probablemente habrá muchos heridos y, sobretodo, miedos a no poder conseguir que la realidad sea como el sueño soñado.

Retomando el caminar por borde del precipicio, con la mirada fija en ese horizonte que me promete un atardecer bañado en rojo, vuelvo a colocar la tapa a la caja de las preguntas dejando que mi mente juegue al escondite entre las hojas secas de los chopos y los robles, se deslice por las corrientes del río, y busque alguna pieza de mi particular puzzle personal entre las ruinas de esos lugares que me seducen tanto, como la vida…

5.11.08

Estaciones de paso

¿Por qué a veces un par de palabras leídas en un texto se quedan en nuestra memoria atrapadas?

¿Por qué una canción que escuchamos por azar, sigue sonando en nuestra cabeza día tras día?

¿Por qué una imagen, soñada o real, sigue estando en nosotros y con tan sólo cerrar los ojos podemos volver a verla?

¿Por qué atrapamos momentos, imágenes, palabras, canciones y las unimos a nosotros con hilos invisibles e incluso sin sentido?

¿Por qué un folio en blanco, un silencio no se considera comunicación?

¿Por qué esa obsesión en contabilizar todo, incluso el cariño y la ternura?

¿Por qué recorremos cientos de kilómetros para escapar de nosotros mismos y nos olvidamos en casa?

¿Por qué soñamos con vivir, y vivimos como si no soñásemos?

2.11.08

Volvemos

Nacemos y empezamos a escribir nuestra historia. Somos vagabundos, buscadores de oro abandonados a nuestra suerte. Algunos creen que las estrellas marcan nuestro camino, que son migas de pan que el destino ha ido colocando para indicarnos el camino. Otros prefieren pensar que vamos dando forma a nuestra vida, con la fuerza de nuestras manos y el cansancio de nuestro cuerpo.

Siempre hablamos de sueños, de lugares por visitar, y de ese mañana que parece no llegar. Eternamente corriendo en busca de paraísos perdidos que nunca dejaron de estar a nuestra vera. Algunos fuimos condenados a ser almas errantes. Desterrados de nuestro mundo, nos convertimos en mercenarios de la vida, en aves migratorias que regresan como aquellas oscuras golondrinas de las que hablaba Bécquer. Volverán y otra vez con el ala a sus cristales, jugando llamarán... Volverán.

Nosotros también aprendimos a volar mirando de reojo ese punto geográfico del que nos alejamos. Sentimos que ese lugar es la mano a la que el yoyó retorna momentáneamente cada vez que la cuerda se agota. Pero cada regreso es distinto. Cada vez somos un poquito más extraños

Algunos volvemos por necesidad, para reencontrarnos, para atrapar ese mundo que sentimos que se nos escapa de las manos, para encontrar respuestas que llenen esos vacíos que crecen como agujeros negros en nuestra existencia. Regresamos con la esperanza de ocupar silencios y soledades, heridas y tristezas como cuando éramos niños y corríamos a refugiarnos en las faldas de mamá. Volvemos para descubrir lo que somos en lo que fuimos; para renacer tras la tormenta, y levantar de nuevo el vuelo

30.10.08

Mirame

Hace tiempo que ese reloj de pared marca la hora en la que tú y yo nos encontramos en mitad del mundo. Un ritual que se repite día tras día, a la misma hora, en el mismo escenario. Una rutina que saca de la rutina o quizá la hace más profunda como esa soledad compartida que llevamos como ropa interior.

Apagas las luces y te escondes tras la cortina. Te asomas. Miras como un ladrón de momentos, de sensaciones... Dibujas con tu mirada la silueta que se desnuda. Acompañando desde la distancia las idas y vueltas por esa habitación que conoces mejor que la tuya… Sueñas con esa piel de terciopelo sedienta de cariño, perfilas esos labios que añoran besos de pasión… Dejas que la tentación te seduzca, te atrape y te arrastre a esos mares de provocación

Las campanadas del reloj marcan la hora. El telón sigue abajo otro día más… y ya van tres.

Suena el teléfono.

-Te descubrí tras la cortina. ¿Qué esperas? ¿Cómo es la vida sin ese momento? ¿A que sabe la soledad? ¿A dónde van los sueños que uno no se atreve a vivir? No te muevas de ahí. Corre la cortina si quieres. Hoy este espectáculo es para ti. Puedo quitarme la ropa. Soltarme el pelo. Dejarte soñar con mi piel. Desnudarme en esta intimidad falseada…

… que se diluye tras los cristales de una ventana en el décimo piso de un edificio cualquiera de una ciudad sin nombre…

27.10.08

Redescubrir

En estos días de ámbar, la ilusión es un pajarillo que no deja de cantar y revolotea sobre nuestras cabezas, como aquel que ha recuperado el niño que un día fue...
Y como aquél que un día vestía peto de cuadros y sonrisa permanente, descubrimos el crujir de las hojas secas bajo nuestros pies, los débiles rayos de sol jugando al escondite y la lluvia asomarse a nuestros paraguas…
Momentos mágicos e irrepetibles, porque no siempre es posible descubrir dos veces el mismo paisaje, ni asomarse a la mirada de otros cuando lo hacen.

17.10.08

Martes

"Se nos da de maravilla la charla intranscendente: «¿A qué te dedicas?» «¿Dónde vives?» Pero ¿cuántas veces escuchamos actualmente de verdad a una persona -sin intentar venderle algo, ni ligártela, ni ganártela, ni conseguir a cambio algún tipo de reconocimiento social?"
Martes con mi viejo profesor. Mitch, Albom

15.10.08

Donde ya nadie espera

No sé qué tienen esos lugares que me atraen tanto, pero no puedo dejar de sentir que regreso a casa cuando llego y me pierdo por sus calles o lo que queda de ellas. Me seduce la nostalgia que impregna el barro de los adobes, las tejas rotas y los techados que se encorvan hasta caer al suelo.

Es imposible caminar y no sentir el deambular del silencio que se cuela por las grietas de esos recuerdos que mueren con cada lágrima derramada. Nadie osa parar el viento que deambula entre las calles buscando las risas de los niños, el paso cansado de los segadores al volver del campo, la charla alegre de las mujeres cosiendo en corrillos… Nadie sale a su paso, porque nadie hay, porque ya nadie lo espera

Duele el alma cuando uno se asoma a esos rincones repletos de ausencias, de silencios helados, de empedrados de tristezas, de casas que no supieron vivir sin el calor de una familia. Da rabia ver cómo el abandono va ganando su batalla, como se desconchan las paredes, como el tiempo borra los recuerdos, como todo se va reduciendo a nada…

No sé qué tienen esos lugares que me atraen tanto…

8.10.08

Somos porque ellos son


El mejor regalo que alguien nos puede hacer, son los posos que deja en nuestra vida. Es descubrir en el bolsillo de la memoria sonidos, palabras, imágenes, momentos que uno encadena; pequeños trozos de papel que atrapamos en el aire, y que rescatamos de la condena del olvido. Es mirar lo mismo desde unos zapatos distintos, dejarse impregnar por otros aromas, por otras culturas, por otros mundos.

Es acceder a que alguien nos coja la mano y nos arrastre hacia su espacio, nos lleve por sus veredas y túneles subterráneos, nos muestre sus desiertos y sus paraísos, sus heridas de guerra y sus precipicios. Es permitir que nos dibuje su camino con sus destierros y sus reconquistas, que vaya tranzando pinceladas a su ritmo, con sus pinceles, que borre y repinte cuando lo crea necesario, que nos haga cómplices o simples espectadores de su obra. Pero sobretodo, que no deje de ser uno mismo, que sea leal a sus principios, que sea autentico.

Tal vez lo más importante sea eso, cuando el relato llega a su final o, simplemente, a un punto y a parte, cuando las luces brillantes se atenúen, y el discurso camine hacia el silencio. Quizá entonces, descubramos en el fondo de la taza, diminutas partículas… Pequeñas bolitas de ámbar donde quedaron atrapados los momentos y la esencia de las personas: lo que son, y lo que nosotros somos gracias a ellas…

2.10.08

Estás ahí

Estás ahí. Siempre estás ahí. En el despertar de los sueños. En la textura del tiempo. En el brillo de una mirada. En el aroma de una sonrisa. En la caricia de una gota de rocío. En la timidez del arco iris. En el tintineo de las estrellas. En el vaivén de un columpio. En el regazo de la luna. En los guiños del atardecer. En el calor de un abrazo. Entre los pliegues de la nostalgia. En los susurros del viento. Entre la fantasía de los sueños y la realidad.

Estás ahí. Entre las luces y las sombras. En la fragilidad de una tela de araña. En el silencio de una almohada. En el roce de dos pieles que se atraen. En miradas que se buscan. En instantes que son eternos. En el tiempo que se escapa por las grietas de los momentos felices.

Estás aquí. Siempre estás ahí. Más allá de la niebla de los días grises, tras la cortina de lágrimas, tras el miedo y la tristeza. Estas ahí. Coloreando paisajes interiores, dibujando sueños, perfumando realidades,…

Ilusión, siempre deberías estar ahí

12.7.08

Epílogo

"Un diario es un simple instrumento de la memoria, aunque no todo lo que se recuerda se haya vivido realmente o, por lo menos, no del mismo modo. "

"Ahora que Daniel ya no esta carece de sentido seguir escribiendo un diario que no tiene lector. Nadie escribe un diario solo para alimentar su propia memoria, aunque en ocasiones la alimente. Las más de las veces un diario se escribe para asegurarnos que hemos vivido o para hablar con nosotros mismos y confirmarnos. De todos maneras, me sigo preguntando si tiene verdadero sentido seguir escribiendo este diario y lo continuo, inevitablemente, como una rutina necesaria, igual que un actor en un palco vacío que recita para sí mismo un monologo." (LA MIRADA DEL OTRO de Fernando G. Delgado )




(diariogratis 07/07/2004- blogspot 12/07/2008)

Han pasado muchos meses -decía entonces, cuatro años atrás, por estas fechas cuando me sumergí en este mundo. Presentaba ideas como un “ río de sensaciones que aparece y desaparece como el Guadiana”. Hoy como entonces, a veces sigo sintiendo la necesidad de escribir tanto como la de respirar, y otras, como ahora, se me atragantan las palabras.

Volver a pasear por este tiempo de textos en sepia, es volver a recordar nicks y momentos que sobreviven al olvido... y a los que una debe agradecer sus palabras, sus gestos de cariño y sobretodo, esos momentos de reflexión que , aún sin saberlo, han provocado con sus comentarios.

Dicen que uno habla de si, incluso cuando se empeña en no hablar. Yo he intentado asomarme por aquí ligera de equipaje “urbano”, pero me temo que no lo he conseguido siempre. Si alguien observa las fotos y levanta las metáforas de esta alfombra de frases, seguramente encuentre más cosas de mi, que lo que yo hubiese deseado. Es el peaje que pagamos los novatos.

Hace unos días divagaba sobre para qué se escribe, hoy me pregunto por qué se lee. Más concretamente, por qué se visita este espacio, cómo se llega aquí, por qué se vuelve, qué es lo que motiva regresar, qué se espera encontrar, si día tras día es más de lo mismo..

Alguna vez os he hablado de ese momento en el que la actriz abandona el escenario tras la función, cambia su vestuario, y se pierde por una calle desierta una noche de lluvia. Me atrae esa imagen, ese difuminarse entre la niebla.

Ahora, no gireis la cabeza. Sólo quiero que escucheis alejarse el sonido de unos tacones en los adoquines… mientras el Guadiana, o el Lobos, desaparece por las grietas de la tierra...

"No corras. Ve despacio. Donde tienes que ir es a ti mismo"
Juan Ramón Jiménez

1.7.08

Shhh

Una a veces no sabe para qué escribe, para qué continua rellenando valiosos espacios en blanco con divagaciones que no dejan de ser deshilachados y remiendos de la rutina existencial propia y ajena.

No se si es una manera de deshacerse de los fantasmas que nos acompañan o de aferrarnos a esas paranoias sin las cuales uno parece sentirse perdido. Es curiosa esa obsesión que algunos tenemos por apresar momentos, recuerdos, imágenes en nuestra retina. Como si temiésemos levantar un día la vista hacia ninguna parte y descubrir que no sabemos ni de dónde venimos, ni a dónde vamos, y lo que es más, ni quienes somos. Tal vez esa sea la soledad más absoluta. Ese instante en el que nos descubrimos desnudos de cuerpo y alma, perdidos en el laberinto de la memoria, asomados al precipicio de la nada.

Parece que el paso del tiempo abona las semillas de la nostalgia, agranda los pasos hacia el abismo, y la piel se pliega…

El futuro es un barco de papel, una luz que se apaga, el estribillo de una canción que enmudece, una mirada miope acariciando el horizonte, una mariposa que levanta el vuelo...

25.6.08

de menos

Es junio. 25, para ser más exactos. Otro día que se despide, que se pierde en este horizonte, una flor de pétalos de tiempo que se marchita,.. Otra noche que se desnuda, otra vez el silencio que se sienta al lado y te pregunta: qué ha sido lo mejor hoy, cuál ha sido ese momento que hace que un día sea diferente al otro...

Con la mirada perdida en alguna de esas estrellas que aún vemos brillar aunque hace tiempo que dejaron de ser, una recorre el día y los días pasados… Hoy la respuesta era sencilla. No había que rebuscar, aunque ello no haya impedido que al responder, se haya desencadenado otra nueva pregunta… y ésta última aún no ha encontrado su contestación.

Es junio. Sigue siendo 25, pero hacía mucho, mucho tiempo que nadie me decía “te echaba de menos”.

19.6.08

Siempre fantasee con ese momento.
Su sombra siempre estuvo conmigo. Su ausencia fue la manta me protegió del frío.
Fui dibujando este tiempo, con trazos de tristezas y decepciones, brillos de soledades y polvorientos recuerdos. No me tiembla la mano ni me coaccionan los remordimientos. No oigo los ecos de aquel pasado que se endulzaba con promesas de humo. No hay cantos de sirena ni sonido de mar en el interior de esta caracola.
¿Por qué agotamos hasta el último milisegundo de esa cuenta atrás, esperando? ¿Por qué nos aferramos a la posibilidad de un hipotético milagro cuando la suerte ya esta echada y ejecutada?
Nos hemos hecho mayores hasta para el olvido o, al menos, así nos dijeron una vez.

17.6.08

Te miro

Te miro con los mismos ojos que un sediento mira un oasis en mitad del desierto. Observo como mueves tus manos, hablas por teléfono y mueves carpetas de un lugar a otro de la mesa. Aprovecho que tú no me miras, para recorrerte con la mirada como si fuese un ciego que te dibuja con sus manos.

Te miro, y me deleito con lo que veo… Te miro y no puedo dejar de preguntarme dónde estabas entonces, por qué apareces en este momento,… como un rico pastel de chocolate en la puerta de mi colegio, ahora que me han diagnosticado diabetes.

Te miro, me miras, nos perseguimos con las pupilas... Jugamos al ratón y al gato. Entre miles de expectativas y cientos de no pudo ser, ahí andamos. Somos algo parecido a un montón de promesas que han ido caducando como ese pasado que no fue…
"Las puertas del cielo y el infierno son adyacentes e idénticas".
Nikos Kazantzakis

12.6.08

Prometo

Escribe que prometer es mentirle al destino, perderse por adelantado, prorratear lo inexpugnable.

Sería como cubrir de chocolate, almendras amargas. Sabes que el gustito dulce del principio se tornará en otro menos agradable y más duradero. Un sabor que no se borra con más, sino que continúa ahí, como posos de café. Al menos un tiempo.

Prometer es jugar la prologa de un partido ya perdido, envolver un regalo que vimos adquirir. Es negociar con un usurero, echar unas monedas para que la música continúe…

Llega un momento en el que el arbitro pita el final, deshacemos el lazo del paquete poniendo cara de sorpresa, mientras el avaro nos pide el primer pago. Es entonces cuando te das cuenta del valor efímero de las promesas, de los matices que adquieren según pasa el tiempo... de esos te querré siempre con fecha de caducidad en el dorso. Los brillos del principio se vuelven mates, las ilusiones en decepciones, y las risas en silencio… en ese silencio incomodo que nos hace hablar demasiado, y prometer la luna si es necesario, para seguir viviendo.

Es llegar a la casilla de la oca, y lanzar el dado de las promesas para seguir jugando, perdón, viviendo. Es continuar en esa espiral que nos arrastra, poniendo tiritas en esas heridas que siguen escociendo. Es releer por enésima vez ese cuento en el que un travieso pastor avisa que viene el lobo, y auto engañarse pensando que el fiero animal no comerá nuestras ovejas… Y aún así, seguirán pastando tranquilamente en la pradera. Lo prometo.

11.6.08

Así



Yo soy así, con mis luces y mis sombras, con mis palabras y mis silencios,..
Áspera y amarga, impulsiva y poco diplomática…
Soy así, y no se si algo me hará cambiar.

Prefiero las veredas a los caminos, los viajes con billete de ida y vuelta,
los lugares abandonados y el momento en el que se apagan las luces.

Tengo mi cara y mi cruz, mis momentos tiernos y la furia de un huracán,
la fragilidad de un barco de papel…

Yo soy así,… vestida de rojo al fondo del bar.




5.6.08

Desde la retina

Rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta. Un rayo de sol atraviesa pequeñas partículas húmedas en la atmósfera. El punto final o, al menos, aparte de nubarrones y tormentas. Un deleite para la vista y un bálsamo para el alma.
Clic. Clic. Clic...
Estamos en el siglo XXI y uno ya no se conforma con uno sólo. Necesitamos saciar la sed de consumismo, de tener de todo un poco más de lo que nos hace falta.

Somos como aquel niño que, frente a un acantilado, llenó de brisa un bote de cristal. También nosotros intentamos meter en una jaula de oro, esa rebeldía mágica y libre como el aire.

Tras un clic, atrapamos la realidad, congelamos un instante en el tiempo, secuestramos esa imagen que desaparece en el siguiente parpadeo...
Somos cazadores de imágenes, de realidades que pueden no ser lo que vemos... Hay un espacio y un tiempo conjugados en paralelo que se superponen, uno objetivo que mira y un cerebro que ve. Un mosaico de luces y sombras, de fragmentos que son por separado, pero que pierden su sentido al unir las partes. Como la vida misma, como esa realidad que intentamos atrapar como si fuesen mariposas en primavera...
Todo es efímero, subjetivo, aliñado por nuestros defectos de fábrica,... y quizá sea esto último, nuestra particular forma de ver y sentir las cosas, de interpretar al fin y al cabo, lo que hace que algo común sea especial y viceversa…
Clic. Clic. Clic...

2.6.08

Promesas verdes

Entre las nubes negras y la lluvia, algunos rayos de sol se cuelan. Son momentos de luz entre sombras que se alargan desde el amanecer, simples balanceos de un columpio vacío en un parque que se refleja en el agua de sus charcos.

Estamos hechos de momentos, de líneas que creímos rectas pero que no lo son, de viajes sin retorno, y de lugares soñados.
Somos las flores marchitas que se deshojan con las caricias del viento, la promesa verde de los campos en primavera,…

Las verdades no son absolutas y al mentir hay verdad,.. como ese río que baja revuelto, como esas contradicciones que forcejean, como esas lágrimas que a veces son de tristeza y otras, de inmensa alegría…

20.5.08

Puntos suspensivos

No es el punto final. Ni siquiera un punto y aparte. Es un punto y seguido en esta historia que aún le quedan capítulos por escribir. Desde lejos, con la mirada aséptica, todo se ve nítido en ese laberinto que sólo tiene un salida. Desde más cerca, cuando uno cruza la barrera de la piel, y uno se calza unos zapatos que no son los suyos, todo se ve más borroso. El miedo es el compañero de viaje en esas idas y vueltas, en ese ni contigo ni sin ti; y los sentimientos, ese fuego que se niega a apagarse, aunque la razón muestre la dinamita sobre la que camina.

Llueve y seguirá lloviendo. Dejará que la lluvia empape su piel y arrastré hacia el mar su autoestima sin buscar un refugio donde guarecerse. Seguirá deambulando en esa maraña que sólo ella conoce, empequeñeciendo en cada tic tac, callando y mirando hacia otro lado, cerrando los ojos con la esperanza de que al abrirlos, todo haya sido una simple pesadilla.

Estoy bien” repite, como si al hacerlo se auto convenciese, y dibujará una realidad allí donde hay más sombras que luces… Demasiados puntos suspensivos que se suceden como un “más de lo mismo”, como puntas de iceberg imposibles de ocultar…

Es una marioneta movida por hilos invisibles de una mezcla con sabor amargo, un juguete roto que aún se mantiene en pie a la espera de un próximo enviste. Oye pero no escucha. Dice pero no hace.

Y sigue ahí, esperando como aquel que oye llover... Tal vez, aún no haya llegado su momento de abrir el paraguas y ponerse a caminar…

15.5.08

Pintar a oscuras

Aunque sus dedos serán pinceles y mi piel el lienzo donde plasmar el coqueteo del artista con sus musas...

A pesar de que aún queden caricias en su paleta de colores y tonalidades de seducción por descubrir entre los claros oscuros de los latidos y los gestos que se derriten en el calor de sus labios...

Pese a esa sencillez que te desarma y desnuda con sólo verte reflejada en sus pupilas, que te hace sentir pequeña, tímida mientras sonroja tus mejillas…

Pese a esa mirada que flirtea y juega a rebuscar cosquillas en las noches eternas, que hace despertar la fiera que duerme…

A pesar de que su aliento sea la inmensidad en la que perdernos y dejarnos arrastrar por este arrebato...

Aunque la cobardía sea el obstáculo en este pasatiempo, yo no podría negar la tentación que supone los fuegos artificiales que se prenden cada noche, entre los sudores de estos desvaríos que sueñan en voz alta, y esa lluvia que seguirá lloviendo mientras pintamos a oscuras…

11.5.08

Gotas de nostalgia

No sé qué tiene la nostalgia que me seduce tanto, ese mirar desde el otero de un tiempo que va muriendo en cada instante, ver en esas flores marchitas las primaveras vividas y sentir como el corazón palpita al compás de otros sones.

Me gusta la idea de bajar del escenario, subir el cuello del abrigo y empezar a caminar por una calle desierta una noche de lluvia mientras mis pensamientos se entremezclan con el ruido de unos tacones a lo lejos. Volver a ese punto inicial que, aunque existiese, ya no sería el mismo que entonces.

Me atrae la idea de perderme entre la niebla del olvido, volar entre ese mundo de posibilidades fugaces sorteando realidades y sueños.

Tengo tatuado en el alma ese viaje frágil hacia el mañana, este ahora que se desvanece en el siguiente tictac. No sé cuando encontré en el silencio ese compañero de butaca, que mientras conversa con mi conciencia, va mostrándome desde la ventana de este tren en marcha, paisajes que huyen despavoridos de nuestra mirada. Todo es efímero. A veces también el olvido

8.5.08

Playas de invierno

Te conocí cuando deambulaba por los días, arrastrando los pies y con la mirada perdida. Cuando los tonos grises se habían acomodado en la retina, y el brillo de la ilusión se había transformado mate. Eran amaneceres de resaca sin alcohol en sangre. Etapas con más sombras que luces. Viajes con billetes de solo ida y trenes que se alejan en el horizonte. Era el vértigo del miedo al caer al vacío, turbulencias frente a un acantilado.

Fueron paseos nocturnos en una playa sin arena. Postales sin sello ni dirección. Gotas de rocío que se evaporan con los primeros rayos de sol. Palabras vacías que el eco de las circunstancias las llenan de sentido y magia.


Te hallé cuando el hastío arañaba mis entrañas, sentado en un banco nevado de un jardín de invierno, dibujando filigranas con el aliento de tu respiración como un poeta urbano que llena de recuerdos los rincones olvidados. Y algo pasó contigo. No quiero echarte de menos, no quiero que el tiempo borre tu silueta de ese lugar. Quiero saber que tantas veces como vuelva, allí podré encontrarte, aunque no sepas que decirme, aunque no sepa que decirte; aunque el alma y el tiempo se nos escapen de las manos, y la nostalgia inunde nuestros silencios compartidos.

7.5.08

Espejos convexos

Hijos de miedos e incertidumbres, de sueños y realidades nos asomamos a ese mundo repleto de espejos. Como flores silvestres en primavera, dejamos que el murmullo del agua del río deleite nuestros oídos, y haga volar nuestra fantasía.

Sabemos que en ese paraíso hay fuentes donde las sombras se reflejan. Pura transparencia donde las imágenes se atrapan como cantos de sirena. Voces que dibujan cabriolas en el aire, que a veces son como surtidores de pensamientos sinceros y otras, chorros de agua perfectamente coordinados para proyectar lo que viene bien decir o lo que gustaría escuchar.

Momentos perdidos en algún recoveco de esa realidad que aprieta los ojos y tapa sus oídos para no escuchar las señales de advertencia, mientras baila la danza de las fantasías.

Espejos convexos que coquetean con nuestras retinas, que al tiempo que nos buscan, buscamos, que nos miran y miramos, que luchan por unir la imagen a su reflejo…

5.5.08

Cárceles sin barrotes

Para alguien que fantasea con difuminarse entre la niebla efímera de algún amanecer de primavera, la vida es una cárcel sin barrotes, y el día a día, una condena que cumplir por un delito cometido...

Para alguien que piensa que las respuestas están entre los pétalos de una flor que se deshoja entre monosílabos, la vida se balancea en un columpio de esperanza y nostalgias con olor a naftalina.

Para alguien que sueña con navegar por el río del olvido, subido a la barca de los sueños imposibles, la ilusión se deshilacha entre promesas incumplidas y futuros sedientos de posibilidades

Para alguien que busca entre las palabras un hueco por el que escapar de esa cárcel sin barrotes, la vida no tiene nombre propio ni apellidos, es una postal sin remitente que deambula de buzón en buzón hasta perderse.

Y así desnudando el alma en cada línea, arrancando jirones de esa piel tatuada por la gramática de la resignación, va hipotecando ilusiones entre los trazos que dibuja el camino recorrido…

1.5.08

Noches mágicas

Me atrae la noche, ese momento en el que las ventanas iluminadas de la ciudad se empiezan a apagar y los ruidos de la naturaleza empiezan a salir de sus escondrijos. Me seducen esos instantes en los que las luces se atenúan poco a poco, hasta hacerse casi oscuridad mientras los demás sentidos se despiertan. Me embriaga la combinación del miedo a lo inesperado y el placer de disfrutarlo, la sensación de vivir y soñar convertidas en la misma cara de la moneda.

Me atrae la noche, ese escenario que abre el telón cada madrugada esperando algún espectador con insomnio, ese tintineo de estrellas y arrumacos a la luz de la luna, ese silencio acompasado por los latidos del corazón, esas confidencias que sólo uno es capaz de pronunciar en voz alta a esas horas. También ese momento en el que uno se deja engatusar por Morfeo, por sus caricias y promesas, por su labia y juegos de magia,..

Me atrae la luz, las imágenes, pero me siento más creativa cuando no hay más luz que la de los sentidos... y caigo en ese embrujo que se dibuja a través de ellos y se colorea con palabras

25.4.08

En la prorroga

Nada importa demasiado porque no se ven los rostros ni las miradas, no se escuchan los latidos del corazón ni el rubor en las mejillas. Todo se reduce a una silueta en el esplendor del crepúsculo, sobre la arena de una playa mecida por la olas, letras que se desvanecen al cobijo de la luz de la velas. Palabras que en el fondo solo son eso, palabras.

Nada puede afectar demasiado en este mundo efímero. Hay que suavizar el perfil de esa montaña rusa y vivir sin miedo, sabiendo que los altos cerros son sólo granos de arena, pequeñas cimas cuando damos varios pasos atrás.

Puede ser que sólo aprendamos a pensar cuando estamos en la prorroga, cuando los colores palidecen y el caminar se torna torpe. Tal vez sea así, cuando en esa cuenta atrás uno recuerda y pasa lista a los recuerdos por miedo a perderlos definitivamente… Quizá sea ese el instante en el que uno hace balance y se da cuenta del tamaño real de algunos momentos, de algunas palabras, de algunos gestos y, sobretodo, de esos suspiros y silencios que sin hablar, lo dijeron todo.

Nada importa demasiado ni las palabras ni la ausencia de ellas, cuando uno es capaz de mirar a los ojos, y comunicarse a través de ellos, cuando uno escucha con el corazón la poesía de la vida…

Fueguitos

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.

- El mundo es eso – reveló - . Un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores.
Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas.

Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no pueden mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.
Eduardo Galeano

20.4.08

Hoy como entonces

Es de noche hoy como entonces. La calle está desierta y la lluvia parece arrancar notas al arpa de la vida antes de acariciar el suelo. La luna asoma su reflejo en cada charco. Las farolas miran orgullosas las nubes. Todo parece enmudecido frente a ese tintineo de gotas en el suelo. Sólo los pensamientos se rebelan y hacen piruetas entre los recuerdos. Fue una madrugada como ésta, uno de esos días en los que pasear por la ciudad muda es un placer irrenunciable. Caminar sintiendo las chispas húmedas de la nostalgia, de los momentos que no volverán… Avanzar dejando que la piel se empape y se inunde de silencios.

Fue una noche como ésta, cuando sus caminos se cruzaron. El le ofreció caballeroso, un rincón en tu paraguas y ella no supo decir que no. Olvidó la lluvia, y dejó volar su imaginación en aquel refugio para dos. En medio de la nada, envueltos en una cortina de agua, dos desconocidos atrapados en una mirada, que maldicen entre sus adentros que el semáforo cambie de color. Palabras que se atropellan, silencios que se hacen grandes, pasos que se ralentizan por miedo a ese cruce que será el punto final

Es de noche y llueve, como aquel día. Se prepara para salir y, guarda en su bolso, uno de esos paraguas plegables, hoy como entonces

16.4.08

Acantilados

Hoy te soñé poeta, frente a ese acantilado de palabras que la ausencia ha creado.
Busqué tu mano a tientas, como entonces, cuando accidentalmente nos rozábamos, pero andaba sola. Te perdiste, o tal vez, simplemente dejaste de caminar a mi vera, y yo no me di cuenta. Desapareciste como hacen los magos, en silencio, sin dejar más huellas que el perfume de los recuerdos que se llevo el viento.
Asomada a la nada, avanzando por esa vereda que rodea el abismo del olvido, escuche el eco de tu voz. No se si fue real o simplemente un sueño. Tal vez la larva se convirtió en mariposa y, sin miedo, levanto el vuelo.

7.4.08

Tempo fugit

Más que recorrer, devoraba kilómetros. Cambiaba paisajes por arte de magia, dejando atrás el frío de un amanecer que se perdió en alguno de esos túneles oscuros.
Viajar a la rapidez de la luz, desaparecer de un sitio para aparecer en otra parte sin haber hecho aun la digestión. Ese parece ser nuestro enigma. Vivir sin ser concientes del tiempo que transcurre entre un tic tac y el siguiente. Correr de un lado para otro como alma que persigue el diablo. Así continuamente, hasta que algo o alguien pulse el botón de "pause" en nuestra existencia. Es quizá, en ese momento, cuando la gota de lluvia desafia la ley de la gravedad, y la conciencia se permite “malgastar” un instante para ver, sentir, disfrutar, saborear los latidos del tiempo.

26.3.08

Madurar

Madurar es adaptarse a los cambios.
Ricardo Martín

17.3.08

Cansancio

Nada pesa tanto como el corazón cuando está cansado.
Zorrilla

9.3.08

Algo, alguien

La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar.
Thomas Chalmers

25.2.08

El mejor sitio

Recorrimos uno de esos bellos jardines que regala la primavera y que roba el invierno, donde la vida brota y va de flor en flor. El vuelo de las pizpiretas mariposas robó nuestras miradas. Nuestra voz enmudeció por miedo a romper ese paraíso. No recuerdo cuando se hizo de noche, cuando el atardecer arrebató los colores a la tarde y el trinar de los pájaros dejó paso al frío silencio. Era el mejor sitio del mundo.

Se nos murió el verano. Enterramos nuestros cuerpos bajo abrigos raídos, dejamos que el otoño y el invierno, arrastrasen la suavidad de los pétalos en nuestras manos. Nuestro oasis se borró en algún momento indeterminado de este blanco invierno. Tal vez, sea el momento de abandonar el banco nevado, de recoger los lápices de colores y continuar andando.
Era el mejor sitio del mundo.

10.1.08

Otoños dorados

Se nos murió la primavera. Lo recuerdan los árboles desnudos, los días grises, la niebla de los amaneceres, el frío que corta la cara y recorre las calles como alma que lleva el diablo.

Se nos fue el tiempo. Como las hojas en otoño, como las caricias de la infancia. Sonó el silbato y partió. Sin pañuelos blancos, sin lagrimas pero con la tristeza asomándose por sus ojos.

Hay viajes de ida y vuelta. También los hay sin retorno. Dicen que el corazón es el mejor contrato, el que pone fecha a ese billete de vuelta que no siempre se adquiere. Uno recoge sus cosas mientras mira con melancolía los lugares que uno habita...

Nunca cierro las persianas allá donde voy, por si acaso un día vuelvo, para que la luz no deje de entrar, aunque yo me haya ido. Aunque yo no regrese.

4.1.08

Invierno

Nada importa demasiado si frente a mi tengo un jardín lleno de vida, de ilusiones y sueños, aunque sea en pleno invierno. Ven, caminemos y dibujemos con nuestros pasos el camino a seguir en la nieve. Déjame ir tras de ti, colocando mis huellas en las tuyas, como si fuese tu sombra, el eco de tus palabras. Descansemos un poco más adelante y busquemos en el horizonte esa línea donde la tierra y el cielo se rozan.

Ven, sentémonos en ese banco, al lado de de la fuente donde el alma de las gotas de agua están atrapadas en témpanos de hielo. Hablemos, formemos hileras de niebla con nuestro aliento al respirar. Deslicémonos sin miedo sobre patines de palabras. Avancemos entre los sustantivos dejando atrás las metáforas del otoño, aunque a veces entrelíneas los recuerdos florezcan de nuevo, como ese viento que se cuela entre las ramas desnudas de los árboles.

Ya es invierno. El otoño acabó demasiado rápido, como esos rayos de sol en las tardes del mes de Enero.