Los impulsos no atienden a razones, son potros desbocados que sólo pelean por sentir la libertad. La razón es una cincha que a menudo les retiene, pero no siempre.
No se arrepiente de haber dejado la puerta entreabierta, de permitir ver que hay cuando se rasca un poco la superficie. Algunos miran un cuadro. Otros ven lo que hay detrás de ese paisaje, de esos colores, de esa textura.
Detrás de las palabras, de las metáforas hay una historia, unas sensaciones, unos principios que colorean las escenas que aparecen entre pinceladas.
Cada cuadro tiene una lectura diferente para el que lo contempla que, a veces, poco o nada coincide con lo que el aprendiz de pintor quiso expresar. Todo es un juego de luces y sombras, de sueños y realidades que se entremezclan, de momentos en los la vida coquetea con la inspiración, erizándonos la piel y permitiendo que las emociones dormidas, emerjan a borbotones desde las entrañas
"En un momento dado de la vida, morimos sin que nos entierren. Se ha cumplido nuestro destino. El mundo está lleno de gente muerta, aunque ella lo ignore." Goethe