25.6.08

de menos

Es junio. 25, para ser más exactos. Otro día que se despide, que se pierde en este horizonte, una flor de pétalos de tiempo que se marchita,.. Otra noche que se desnuda, otra vez el silencio que se sienta al lado y te pregunta: qué ha sido lo mejor hoy, cuál ha sido ese momento que hace que un día sea diferente al otro...

Con la mirada perdida en alguna de esas estrellas que aún vemos brillar aunque hace tiempo que dejaron de ser, una recorre el día y los días pasados… Hoy la respuesta era sencilla. No había que rebuscar, aunque ello no haya impedido que al responder, se haya desencadenado otra nueva pregunta… y ésta última aún no ha encontrado su contestación.

Es junio. Sigue siendo 25, pero hacía mucho, mucho tiempo que nadie me decía “te echaba de menos”.

19.6.08

Siempre fantasee con ese momento.
Su sombra siempre estuvo conmigo. Su ausencia fue la manta me protegió del frío.
Fui dibujando este tiempo, con trazos de tristezas y decepciones, brillos de soledades y polvorientos recuerdos. No me tiembla la mano ni me coaccionan los remordimientos. No oigo los ecos de aquel pasado que se endulzaba con promesas de humo. No hay cantos de sirena ni sonido de mar en el interior de esta caracola.
¿Por qué agotamos hasta el último milisegundo de esa cuenta atrás, esperando? ¿Por qué nos aferramos a la posibilidad de un hipotético milagro cuando la suerte ya esta echada y ejecutada?
Nos hemos hecho mayores hasta para el olvido o, al menos, así nos dijeron una vez.

17.6.08

Te miro

Te miro con los mismos ojos que un sediento mira un oasis en mitad del desierto. Observo como mueves tus manos, hablas por teléfono y mueves carpetas de un lugar a otro de la mesa. Aprovecho que tú no me miras, para recorrerte con la mirada como si fuese un ciego que te dibuja con sus manos.

Te miro, y me deleito con lo que veo… Te miro y no puedo dejar de preguntarme dónde estabas entonces, por qué apareces en este momento,… como un rico pastel de chocolate en la puerta de mi colegio, ahora que me han diagnosticado diabetes.

Te miro, me miras, nos perseguimos con las pupilas... Jugamos al ratón y al gato. Entre miles de expectativas y cientos de no pudo ser, ahí andamos. Somos algo parecido a un montón de promesas que han ido caducando como ese pasado que no fue…
"Las puertas del cielo y el infierno son adyacentes e idénticas".
Nikos Kazantzakis

12.6.08

Prometo

Escribe que prometer es mentirle al destino, perderse por adelantado, prorratear lo inexpugnable.

Sería como cubrir de chocolate, almendras amargas. Sabes que el gustito dulce del principio se tornará en otro menos agradable y más duradero. Un sabor que no se borra con más, sino que continúa ahí, como posos de café. Al menos un tiempo.

Prometer es jugar la prologa de un partido ya perdido, envolver un regalo que vimos adquirir. Es negociar con un usurero, echar unas monedas para que la música continúe…

Llega un momento en el que el arbitro pita el final, deshacemos el lazo del paquete poniendo cara de sorpresa, mientras el avaro nos pide el primer pago. Es entonces cuando te das cuenta del valor efímero de las promesas, de los matices que adquieren según pasa el tiempo... de esos te querré siempre con fecha de caducidad en el dorso. Los brillos del principio se vuelven mates, las ilusiones en decepciones, y las risas en silencio… en ese silencio incomodo que nos hace hablar demasiado, y prometer la luna si es necesario, para seguir viviendo.

Es llegar a la casilla de la oca, y lanzar el dado de las promesas para seguir jugando, perdón, viviendo. Es continuar en esa espiral que nos arrastra, poniendo tiritas en esas heridas que siguen escociendo. Es releer por enésima vez ese cuento en el que un travieso pastor avisa que viene el lobo, y auto engañarse pensando que el fiero animal no comerá nuestras ovejas… Y aún así, seguirán pastando tranquilamente en la pradera. Lo prometo.

11.6.08

Así



Yo soy así, con mis luces y mis sombras, con mis palabras y mis silencios,..
Áspera y amarga, impulsiva y poco diplomática…
Soy así, y no se si algo me hará cambiar.

Prefiero las veredas a los caminos, los viajes con billete de ida y vuelta,
los lugares abandonados y el momento en el que se apagan las luces.

Tengo mi cara y mi cruz, mis momentos tiernos y la furia de un huracán,
la fragilidad de un barco de papel…

Yo soy así,… vestida de rojo al fondo del bar.




5.6.08

Desde la retina

Rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta. Un rayo de sol atraviesa pequeñas partículas húmedas en la atmósfera. El punto final o, al menos, aparte de nubarrones y tormentas. Un deleite para la vista y un bálsamo para el alma.
Clic. Clic. Clic...
Estamos en el siglo XXI y uno ya no se conforma con uno sólo. Necesitamos saciar la sed de consumismo, de tener de todo un poco más de lo que nos hace falta.

Somos como aquel niño que, frente a un acantilado, llenó de brisa un bote de cristal. También nosotros intentamos meter en una jaula de oro, esa rebeldía mágica y libre como el aire.

Tras un clic, atrapamos la realidad, congelamos un instante en el tiempo, secuestramos esa imagen que desaparece en el siguiente parpadeo...
Somos cazadores de imágenes, de realidades que pueden no ser lo que vemos... Hay un espacio y un tiempo conjugados en paralelo que se superponen, uno objetivo que mira y un cerebro que ve. Un mosaico de luces y sombras, de fragmentos que son por separado, pero que pierden su sentido al unir las partes. Como la vida misma, como esa realidad que intentamos atrapar como si fuesen mariposas en primavera...
Todo es efímero, subjetivo, aliñado por nuestros defectos de fábrica,... y quizá sea esto último, nuestra particular forma de ver y sentir las cosas, de interpretar al fin y al cabo, lo que hace que algo común sea especial y viceversa…
Clic. Clic. Clic...

2.6.08

Promesas verdes

Entre las nubes negras y la lluvia, algunos rayos de sol se cuelan. Son momentos de luz entre sombras que se alargan desde el amanecer, simples balanceos de un columpio vacío en un parque que se refleja en el agua de sus charcos.

Estamos hechos de momentos, de líneas que creímos rectas pero que no lo son, de viajes sin retorno, y de lugares soñados.
Somos las flores marchitas que se deshojan con las caricias del viento, la promesa verde de los campos en primavera,…

Las verdades no son absolutas y al mentir hay verdad,.. como ese río que baja revuelto, como esas contradicciones que forcejean, como esas lágrimas que a veces son de tristeza y otras, de inmensa alegría…