28.5.10

Fechas de envasado y de caducidad...

Un día escribiré está historia, pensaba entonces, pero no todas las historias deben ser escritas o no, al menos, de la estricta manera que ocurrieron. Algunas, fuera de ese contexto temporal y circunstancial, pierden o cambian su esencia, toman otros matices, incorporan otras texturas,...Quizá sólo se acomoden al lugar que les corresponde… como nosotros.
A veces me pregunto cuál es mi lugar, cuál es mi función en la vida si es que tengo alguna, hacia dónde dirigir mis pasos, si voy por el camino correcto o si, por el contrario, me he perdido en alguno de esos cruces… y es que aunque los caminos se hacen al andar, en algunas ocasiones uno no puede dejar de preguntarse si no estará dando innecesarias vueltas a la parva y perdiendo un tiempo demasiado valioso…
Algunos parecemos no saber vivir sin mirar atrás, aunque sea de reojo, necesitamos evaluar la profundidad del río y la temperara del agua, antes de lanzarnos a él…Quizá seamos demasiado exigentes, o demasiado indecisos, para pegarnos algunos baños o simplemente aún tenemos demasiado presente el último resfriado que pillamos…
En el dorso de aquella historia venía la fecha de consumo preferente y la de caducidad. Sólo cuando descubrí el punto final reparé en ellas… algunos productos tienen tantos efectos secundarios o contraindicaciones que los hacen poco recomendables para el consumo incluso antes de la fecha de envasado…

10.5.10

Gracias

El titular de un artículo de un periódico en una sección que no suelo mirar, fue el punto de partida. Continuó con la lectura de una entrevista que te atrapa y te muestra una sencillez humana coherente con una filosofía vital interesante. La curiosidad y las ganas de ver como se traduce esa manera de pensar en líneas, hicieron el resto. Un préstamo que se convirtió en una compra y una adquisición que seguramente no será prestada…


En aquellos párrafos densos y profundos encontré la sazón para aliñar muchas reflexiones y el modo de ver desde fuera, lo que uno ha vivido y vive desde dentro… Fue reencontrarse con el mundo, aunque a veces ese mundo tuviera una difícil digestión. También fue descubrir paisajes, mirarse semidesnuda frente al espejo y recorrer el camino recogiendo pedacitos de pan.

No se qué me empujó a agradecer esa experiencia vivida a alguien que no necesita ni busca ese tipo de palmaditas en la espalda… No esperaba respuesta pero la tuve, y a pesar de esas idas y vueltas sin cruzarse, de la distancia geográfica y, sobretodo, de respeto, siguió dejando migas y algunas llegaron a mis manos…

Días antes de esa fecha marcada en rojo, me debatía entre si debía o no acercarme a la persona, o seguir admirándole desde la lejanía. La sociedad sigue necesitando héroes a los que admirar, pero a veces osamos aproximarnos demasiado a ellos, bajarles del pedestal al que un día les subimos, y no siempre volvemos a colocarlos de nuevo sobre la peana, confundiendo la talla personal con la profesional.

Al final pudo más la gratitud y la coherencia. Somos incluso cuando callamos, y a mi se me amontonan las emociones y las lágrimas en los ojos, incluso ahora, cuando lo recuerdo…

Las cosas que son siempre lo mismo, hablan,...
aunque otra cosa es que sepamos escuchar.

7.5.10

Tierras Altas

Se refieren a ellas como a la piel primitiva, como una tierra dura y hermosa como un mundo recién parido... pero esta tierra parece llena de arrugas y dobleces que esconden historias de un pasado que se niega a morir sumisamente. La indiferencia no es posible cuando uno respira ese aire de trashumancia y huellas tatuadas.

Si no fuese por algunos pequeños detalles podría decirse que parece que han descubierto el secreto para parar las manillas del reloj del tiempo, pero sólo hace falta asomarse a las pupilas de algún anciano para ver el dolor de la emigración y la nostalgia por un pasado difícilmente recuperable. La carcoma y las zarzas van ganando su particular batalla. Hablan de los dos lados de la moneda del silencio, de la cruz que es el olvido y de la cara, ese mundo intacto que se estrecha fuertemente con la tierra, que borra sin prisa pero sin pausa la huella humana...


Parece como si el viento violento que azota esas tierras quisiera borrar siglos de historia, escribir el fin a una manera de entender la vida o, quizá también, marcar un nuevo punto de inicio, una invitación a conjugar ese efímero pasado con futuros y condicionales