31.8.05

Camino del cielo

Apenas unos minutos para subir. Siento que estoy en el penúltimo escalón antes de llegar al cielo. Si extendiese las manos podría acariciarlo.

Camino alejándose del mundanal ruido, de los domingueros. Busco un lugar donde sentir como el viento golpea en mi cara mientras los buitres sobrevuelan mi cabeza. Pierdo la mirada entre las montañas grises que se alzan entre la niebla. Dejo la mente en blanco. Saboreo miles de sensaciones que se agolpan. Escucho el silencio que suena a música celestial. Me dejo inundar por la madre naturaleza, por la tranquilidad que se respira. Me siento como una hormiga en medio de este universo, un convidado de piedra que saborea un auténtico manjar. Son minutos que saben a eternidad…

30.8.05

Taller de sueños


Paseando por una ciudad, preñada de turistas que mendigan momentos de tranquilidad mientras sus sentidos se inundan de sensaciones únicas, encontré este establecimiento: “Taller de los sueños. Todo lo que deseas está aquí”

Algunos entran y recorren las estanterias que se amontonan. Buscan regalos para llevar a sus seres queridos, y a sus compromisos sociales. Algunos se asoman a un espejo, y quizá atónicos descubran reflejados sus sueños en él. Otros se quedan en la puerta, mirando el escaparate antes de proseguir su camino. No necesitan entrar para sentir que los sueños van pegados a su piel, a su alma, que inundan cada poro, cada minuto de su vida.. Piensan que los sueños viajan con ellos, en esa mochila que algunos llaman sombra...

28.8.05

no soy más

No hay más que lo que ves.
No te enseñaré nada que tu imaginación no pueda dibujar.
No pintaré paisajes que en tus sueños no hayan ya aparecido.
No dejaré huellas en la arena de tu playa que el mar no pueda borrar.
No soy más que una silueta que algunos adornan a su gusto, unas líneas en blanco que algunos creen leer, un silencio que algunos intrepretarán como música

26.8.05

Aquella postal



El olvido ha teñido en sepia aquella postal que un día recibió. Nada queda de aquello, tan sólo cenizas, y algunos recuerdos que el tiempo ha endulzado mientras ha borrado otros. Todo cambia, cuando variamos la perspectiva desde donde miramos.

Esta postal la hicieron para ti”-aparece en el reverso. Palabras que suenan irónicas con el paso de los años. Ella ha crecido, Él ha envejecido, como las fotos en blanco y negro. El camino de los chopos se volvió silencio. Las hojas secas tapizaron el suelo, mientras a lo lejos, dos amantes dan juntos su último paseo. Atardeceres que dan paso a noches de invierno, “hasta prontos” que son adiós encubiertos.

Creían tatuados en su corazón momentos que debieron ser importantes mientras duraron. Eternidades que se tornaron suspiros, mientras buscan en su memoria aquel sentimiento que un día les tintó de rojo pasión sus pupilas.

“¡consérvala!, la tenía guardada para una ocasión especial, para una chica especial”-aparece escrito sobre la firma...

24.8.05

Vendedor de tiempo

Cuando la noche comienza si retirada, piensa en lo afortunada que es por ver desperezarse un nuevo día, mientras sus pies acarician el suelo. Otros no pueden hacerlo. Hipotecaron ese pensamiento en su afán consumista. Lo olvidaron en alguna parte del camino, mientras corrían tras una felicidad que probablemente nunca lograrán alcanzar. Otros comienzan a albergar esa sensación, ahora que ven esa figura negra con la guadaña recorriendo su mundo. Nadie nos dió un manual para aprender a vivir y si nos lo hubiesen dado, quizá tampoco lo hubiésemos leído. Algunos cuando reciben una carta con acuse de recibo con su sentencia, empiezan a vivir. Entonces, cuando el tiempo se les escapa de las manos.
Sólo nos damos cuenta de lo que tenemos, cuando vemos que apenas nos quedan unas migajas,…
Algunos se irán sin haber disfrutado ese último amanecer, sin haber iluminado una mirada, sin haber abrazado durante unos segundos a la vida. Otros, más afortunados, sólo recibirán el aviso. Lucharán por alargar esas migajas hasta el infinito. Aprenderán a saborear la ilusión mientras sacian su sed con esperanza.
No hay vendedores de tiempo. Lo que no disfrutemos ahora, se perderá como el agua del río camino del mar…

21.8.05

Me acuso

Me acuso de robar el cariño, los abrazos y los besos, de arrojarme al suelo y ponerme a jugar como cuando era una niña
Me acuso de querer a los míos, de ofrecer mi hombro y mi apoyo cuando lo necesitan. De alejarme cuando sus palabras hieren mi alma, y mi corazón se siente herido
Me acuso de robar tiempo, de soñar despierta, de colorear escenarios..
Me acuso de arrojar agua, cuando el fuego se enciende y arrasa todo lo que a su paso encuentra
Me acuso de callar, de encerrarme cuando el dolor me embarga, de buscar un rincón donde acunar mi alma…
Me acuso de ser yo, de sentir y pensar como me enseñaron desde niña.

19.8.05

Paginas

Hay páginas en blanco que hubiese preferido no emborronar jamás.

Sustantivos y adjetivos que debieron quedarse en el tintero en lugar de pintar escenas que nunca debieron ocurrir.

Palabras feas que un niño jamás debe oír, ni vivir.


Gestos que demuestran el amor y el cariño incondicional. Sacrificios que sólo se comprenden desde el corazón.


Tropiezos y errores que sólo añaden piedras al camino, por donde caminan no sólo los adultos, sino los niños.


Fechas escogidas para celebrar aniversarios y que se convierten en puntos de una frase, que aún queda por determinar si serán puntos y seguidos, puntos y aparte o puntos y finales.


Hay páginas que debieron ser cuentos de princesas , mundos pintados en rosa, horas marcadas por las muñecas,...

17.8.05

Por la verja

Recuerda aquel día en el que rompió su silencio y le lanzó su pregunta al aire. Aquellos ratos en los que se asomaba por la puerta del jardín, y se sentaba a su lado en aquel banco de madera.

Aquellas horas de conversación en las que el tictac del reloj era música celestial.

Momentos que fueron eternos mientras duraron, y aun lo son en su memoria.

Las olas borraron las huellas en la arena, el sendero que tantas veces recorrió. Aquel día sólo se asomó a la verja. “He venido a despedirme” fueron sus palabras, jarros de agua fría lanzadas en la noche más invernal.

Para alguno el sonido de la puerta al cerrar sonó como un adiós, para el otro fue un hasta pronto.


Los atardeceres se suceden y pintan de color naranja ese sol que ilumina ese jardín en primavera. Estrellas que brillan en las noches más oscuras mientras la verja sigue abierta y la luna se cuela entre lo barrotes


15.8.05

Es hora de

Es hora de empezar a recoger las cosas
de guardar sensaciones y recuerdos
de despedidas y lágrimas en los ojos

Llega la hora de regresar a la civilización
de abrir puertas que cerramos,
de desempolvar agobios que creimos olvidados

Es el momento de volver
aunque mi alma se quede aqui,
atrapadada entre las cadenas de la nostalgia

12.8.05

¡ay!

¡¡ Te echo de menos!!


11.8.05

Lugares olvidados

Paseando entre los estantes repletos de esa vieja librería de esa capital de provincias que adoro, encontré una mesa donde los libros se muestran amontonados unos sobre otros. Los ojos deambulan entre las fotos que aparecen en esas tapas que hablan de rutas y lugares de una tierra que me gustaría conocer como la palma de mi mano. Apenas si soy una aprendiz de todo, y de esta tierra en particular.

Miles de fotografias inundan las páginas de algunos libros, autores que parecen editar libros, como si fuesen churros. Hay demasiado “copy-paste” apilado en esa mesa dedicada. Monólogos que se suceden libro tras libro. Incluso aquí, hay grandes olvidados. Lugares que sólo atraen la atención de aquellos que un día pasaron por allí, y se dejaron seducir por su encanto virgen. Sitios a los que se llega por casualidad o por curiosidad…

10.8.05

Por la Muedra


He vuelto al pantano. Apenas si acababa de regresar y he vuelto a su regazo. Siempre me fascinó la magia que envuelve ese pueblo que duerme en el fondo. He buscado mucho hasta encontrar ese camino que lleva a la Muedra. Varios kilometros de camino de arena para llegar a un lugar donde una vez hubo vida, y hoy sólo se oye el silencio. Piedras que delimitan lo que un día fueron casas, y calles. Sólo el campanario permanece erguido. El resto de los edificios se han ido encorbando hasta caer al suelo…

Poner mis pies en lo que un día fueron sus calles ha sido cumplir un sueño. Quería estar allí, ahora que el nivel del agua lo permite. Sentir en mi piel la sensación de abandono, la desolación cuando alguien decide por ti que eso no te pertenece, la renuncia. El dolor que supone respetar la decisión de los demás.

Siempre me ha fascinado ese pueblo. Esa magia que se oculta entre el fango y los pinos. No se por qué, pero ese lugar, esa torre del campanario, me recuerda a mí.

8.8.05

El pantano duerme

Todo duerme.
Bajo ese cielo estrellado, el pantano duerme. Atrás queda el color turquesa de sus aguas, el verde de los pinares que lo rodean, ese azul pálido con el que se despide el cielo.

Todo duerme.
El silencio lo embarga todo. Sólo se oye el ruido del agua al llegar a la orilla. Cientos y cientos de metros de arena han quedado al descubierto con esta sequía, montones de playas, de recodos, de rocas que parecen islas.

Algunos necesitan recorrer kilómetros y kilómetros para encontrar un refugio, un lugar donde descansar. Sin embargo, hay tantos y tantos lugares donde poder sentirse más uno mismo.

Hace unos días un amigo me decía que conocía un lugar donde había cientos y cientos de estrellas, que estaban todas allí. Ahora mientras escribo o leo esto, descubro que no se si aquí habrá tantas estrellas como en ese lugar, pero las de aquí saben de los días que hablo.

Es curioso jamás imaginé un lugar como este, donde sentirme tan a gusto, tan en paz. Quizás soy un poco inconsciente y no valoro los peligros que acechan al rededor. Sólo quiero disfrutar de este momento, como si fuese el último porque quizá, pasen muchos, muchos meses hasta que yo pueda disfrutar de un día hoy y de un lugar como como éste. No es fácil encontrar una playa en tu mundo única y exclusivamente para ti; un mar a tu media, con agua dulce, con agua templada. Disfrutar de un paisaje que deleita la retina de cualquiera. Ni siquiera el atardecer ha osado quitar el protagonismo a estos paisajes. O quizá es consciente del valor que yo le doy a las cosas sencillas. Quizá por eso el sol se ha ido despacio ente colores amarillos y naranjas mientras el agua cambiaba su color turquesa por otro más gris.


Hacia muchos años muchos, que no me ponía a mirar tan detenidamente las estrellas. En mitad del mundo, en mitad de la nada. Me siento la persona mas afortunada. Si alguien me pregunta por qué no sabría que responderle. Quizá porque pienso que todo este espectáculo ha sido para mi, o quizá por que ver este paisaje a mi me llega al alma.