31.8.06

Pepitas de felicidad

Cierra los ojos y pide un deseo.... Probablemente formes parte de ese grupo de personas que buscan la felicidad por encima de otra cosa, como pensaba Aristóteles.
Todos somos buscadores de pepitas de ese oro llamado felicidad en un río de aguas turbias. Soñamos con encontrar ese tesoro y asirlo lo más fuertemente posible para que no se nos escape. Y sin embargo, esa palabra mágica es como un ave migratoria. Desaparece de nuestras manos de la misma manera que un día llegó. Nos deja huérfanos, y desorientados buscando nuestra definición. Repasamos recuerdos y fotografías, buscando ese algo común que nos permita abstraer la esencia de eso que cada uno llama felicidad. Hablamos con nuestra conciencia, y nos planteamos cuándo fue la última vez que encontramos una de esas pepitas de oro, qué nos falta hoy, ahora para disponer de una de ellas en nuestras manos.
Siempre me llamaron la atención los reencuentros, los diálogos que se establecen mientras las mejillas se rozan y las manos se estrechan. El qué tal estas o el cómo te va la vida, se mezclan con el qué guapa o el no has cambiado nada… Palabras, y más palabras que se quedan en la epidermis o flotando en el aire.
Con los años, uno vuelve a recobrar aquel atrevimiento infantil, y en las distancias cortas que da la confianza y, sobretodo, el afecto sincero, a veces uno se atreve a preguntar: ¿eres feliz? ¿Qué es para ti la felicidad? Hoy volví a plantear esa pregunta mientras entre mis manos acariciaba una de esas piedrecillas doradas..

29.8.06

Botin

Inevitablemente, un día yo también me iré. Me perderé entre la niebla que acompañará mi camino, y secuestrará mi voz. Me llevaré mis vivencias, los paisajes grabados en la retina y el perfume de las violetas en primavera. Me marcharé como vine: con las manos en los bolsillos, y el cuerpo repleto de sensaciones que guardaré como si fuesen el botín más preciado.
Llegará ese momento en el que uno sabe que debe desandar el camino y regresar al olvido. En esa huida hacia el agujero negro del infinito, uno puede arrojar todo lo que es o dijo ser, lo que tuvo o lo que quiso tener…
Sin embargo, jamás podrá arrastrar a ese pozo de abandono, lo que con sus palabras o gestos encendió en los demás, lo que enseñó y aprendieron a su vera.
Uno puede irse y llevarse sus palabras y silencios pero nunca podrá quitar y guardar en su maleta los sentimientos y reflexiones que sembró en otros ...

25.8.06

Como un vals

Déjame sentarme sobre tus rodillas frente a frente, reduciendo el mundo a ese circulo que forman nuestros brazos, nuestros cuerpos. Permíteme desnudarme frente a esa mirada que es la luz que guía mis pasos, bañarme en esas lagunas negras que son tus pupilas. Bailemos la danza del vientre al compas de los latidos de esos corazones que laten al mismo son. Juguemos al escondite con nuestras caricias, entre pecas y lunares. Despertemos los sentidos. Ericemos nuestra piel dibujando un laberinto. Comuniquémonos sin hablar, sin palabras. Sólo sintiendo. Convirtamos el todo en nada y la nada en todo; un instante en una eternidad.
Vivamos la vida como un vals al borde del precipicio…

23.8.06

La manzana

Hoy quiero ser mala,ejercer de esa Eva que todas llevamos dentro. Hoy quiero tentarte, seducirte con esa manzana prohibida...
Todavía estas a tiempo de marchar.
Mírame bien antes de que la música comience a sonar y la luz se atenué.. mientras la cortina de la imaginación cae entre tu y yo…
Me gusta sentir tu mirada recorriendo mi cuerpo, esas curvas de guitarra española que tus ojos acarician en la distancia mientras me contoneo como una serpiente encantada..
No cierres los ojos, acaríciame como si fuese la “a” de tu teclado, dibuja una sonrisa picarona en tu cara, que yo pintaré de rojo pasión…
Déjame acercarme a ti, recorrer con mis dedos tu cuerpo, perderme entre tus cabellos.. déjame dibujar tus labios con las yemas de mis dedos…
Ayúdame con esa cremallera que se atasca,… déjame sentir tu mirada en mi espalda,.. mientras mi melena oculta mi cara y con saliva refresco mis labios.. la falda se desliza…

Vendedor de tiempo

Una noche que se acuesta, un amanecer que se despierta; un despertador que da los buenos días con voz ronca, un nuevo día de regalo. Un pasado que se conjuga en presente, y una esperanza que se alimenta más allá de las palabras…

Cuando la noche comienza su retirada, piensa en lo afortunada que es por ver desperezarse un nuevo día mientras sus pies acarician el suelo. Otros no pueden hacerlo. Hipotecaron ese pensamiento en su afán consumista. Lo olvidaron en alguna parte del camino, mientras corrían tras una felicidad que probablemente nunca lograrán alcanzar.
Otros comienzan a albergar esa sensación, ahora que ven esa figura negra con la guadaña recorriendo su mundo. Nadie nos dio un manual para aprender a vivir y si nos lo hubiesen dado, probablemente tampoco lo hubiésemos leído. Algunos cuando reciben una carta con acuse de recibo donde viene su sentencia de muerte, empiezan a vivir. Entonces, cuando el tiempo se les escapa de las manos.

Sólo nos damos cuenta de lo que tenemos, cuando vemos que apenas nos quedan unas migajas,…

Algunos se irán sin haber disfrutado ese último amanecer, sin haber iluminado una mirada, sin haber abrazado durante unos segundos a la vida. Otros, más afortunados, sólo recibirán el aviso. Lucharán por alargar esos instantes hasta el infinito. Aprenderán a saborear la ilusión mientras sacian su sed con esperanza.

No hay vendedores de tiempo. Lo que no disfrutemos ahora, se perderá como el agua del río camino del mar…
[24-08-2005]

21.8.06

Tus palabras

Tus palabras
gotas de lluvia que dibujan mi cara,
sonrisas y lágrimas, ...

Tus palabras

caricias en mi piel,
besos robados al alba,..

Tus palabras
arrumacos y silencios
miradas a la nada..

Tus palabras

tesoros escondidos bajo la almohada
de una alcoba que sigue esperando
a su ángel de la guarda

18.8.06

Bonita

Soñó
con una mano que levantase su barbilla,
Con una mirada que fuese la boca de un túnel hacia las estrellas,
con unas pupilas donde ver cientos de atardeceres reflejados,..

Soñó

con unos brazos cálidos donde sentirse segura,
con unas manos que secasen sus lágrimas, y sonrojasen sus mejillas...

Soñó

con una sonrisa que se repitiese como el eco,
Con palabras tan dulces como el chocolate,
Con amaneceres entre sus brazos...

Soñó

con momentos de tranquilidad, en medio de la nada
Con gotas de rocío acariciando su cara
Con hogueras encendidas bailando en su mirada

Soñó

con unos brazos rodeando su espalda
Con unos ojos inundados de ternura,
Y un susurro que sepa a gloria,

mientras le diga: bonita

15.8.06

Engaños

" […] Quizá erré mi carrera y se ha desperdiciado un gran actor tras esa bata blanca recién almidonada. No se si logré engañaros o simplemente dejasteis que yo lo creyese. Siempre pensé que era un gran desconocido para vosotros y saboree esa sensación que unas veces me sabía dulce y la mayoría amarga. He perdido la cuenta de las veces que me he hecho el tonto y he mirado hacia el otro lado como si no me diese cuenta de vuestros engaños, de vuestras puñaladas por la espalda. He perdido la cuenta de las veces me he mordido la lengua cuando a vosotros se os llenaba la boca de orgullo proclamando vuestra sinceridad. Ésa que es un talón sin fondos, un tirachinas sin goma o la memoria de un enfermo de Alzheimer. Pero lo que más me entristece es que nada de eso era necesario. Yo os hubiese aceptado y querido tal y como erais, sin necesidad de ropajes de lujo que se notaba a leguas que no eran de vuestra talla. Fabricasteis un castillo de naipes y os creísteis que era seguro incluso en épocas de lluvia y huracanes. Yo siempre os dejé creer. Cada uno se autoengaña a su modo, con aquello que desea,…. "

12.8.06

Recorriendo caminos

La vida es un continuo retorno sobre nuestros pasos, como si al desandarlos pudiésemos escribir de nuevo nuestra historia. Pero ésa se escribe en cada suspiro y nada ni nadie puede volver a redactarla. Podemos emborronar alguna parte, pero siempre aparecerá en el fondo de nuestro inconsciente.

Dicen que podemos recorrer varias veces el mismo camino, realizar el mismo viaje, pero siempre será distinto que no nuevo. Todo puede ser igual: el paisaje, la gente, nuestra predisposición… pero nosotros no somos los mismos. Somos como nuestra historia, elementos en constante evolución, vasijas que se van llenando y rellenando…

Nos equivocamos cuando buscamos repetir las sensaciones que acompañaron nuestros pasos. No es posible recrear tiempos pasados, no es posible hacer una copia de dos instantes que se conjugan en diferente tiempo verbal, no es posible detener el agua con nuestras manos, no es posible vivir eternamente en primavera, no es posible llorar con las mismas lágrimas…

8.8.06

Viajamos

Hubo un tiempo en el que creí en el azar y la casualidad. Ahora siento que los pensamientos y el día a día parecen hilvanados siguiendo algún método que aunque debe existir, para mi es desconocido.
Aconséjame lugares que ver por allí -me pedían ayer por email. Durante un instante pensé en contestar con un “lo siento, no puedo ayudarle”, mientras pensaba que aquella persona no sabía a quién estaba dirigiendo la pregunta.
A veces un necesita alejarse para ver lo que tiene cerca, y quizá, en ese viaje de regreso es cuando uno empieza a plantearse que el mundo en el que vive es un auténtico olvidado. Recorremos miles de kilómetros en busca de lugares con encanto con los que deleitarnos. Soñamos con descubrir paisajes nuevos, olores diferentes e incluso refugios donde encontrarnos.

A veces uno deja que sus pasos se pierdan, adquieran voluntad propia y nos lleven allí donde gusten. Limpiamos la piel de prejuicios y nos soltamos la coleta para que el viento juegue con nuestro pelo. Permitimos que los sentidos sientan y se dejen seducir por el entorno. De pronto, uno abre los ojos y descubre que lleva buscando rincones como ese toda la vida, y estaba ahí, a su lado. En esos momentos, uno se maravilla con su descubrimiento mientras se tira de los pelos por el tiempo que ha estado ciego.

Ahora, mientras recuerdo hacia dónde se dirigían mis pasos hace un año, busco una respuesta para aquella persona anónima. Yo no sabría qué recomendar porque en mi deambular por mi tierra he ido encontrando tantos sitios con encanto, que no podría indicar con cuál de todos quedarme…

5.8.06

Una sabe

A veces una sabe que espera demasiado, que los milagros no existen aunque sea lo que más desee en esta vida. Una daría todo lo que tiene por equivocarse, por ver un rayito de sol colarse por la persiana en un día frío de invierno. Una sabe que hay llamas que uno nunca podrá prender, porque aunque tiene entre sus dedos un mechero, el suyo no es válido para esa leña.

Hay tiempos para ver y otros para actuar. Hay billetes de ida y otros de vuelta. Y aún hay otros que nos llevan y nos traen en el mismo papel. Son resguardos de sueños comprados, de reencuentros con denominación de origen y de destino.

Una sabe que todo es efímero. Hasta ese yo que un día no será. Una se repite que debe tener los pies en la tierra y mirar las cosas de frente, sin paños calientes ni analgésicos. Una no se engaña cuando se mira al espejo cada mañana; cuando observa y después piensa cómo actuará la gente. Una sabe que no se puede pedir peras a un olmo, ni esperar que algunos cumplan sus palabras aunque cuando las dijeron estaban sobrios. Una conoce demasiado bien el camino por el que pasea, pero a veces le gustaría equivocarse y que le sorprendieran..

2.8.06

Entre pinchos

¿Alguna vez te has fijado más allá de los pinchos? ¿Los has tocado alguna vez aunque sólo fuese un instante? ¿A qué sabrán sus caricias? Dicen que protegen su belleza con duras espinas como si les fuese la vida en ella. Crecen solos, en lugares abandonados. Alejados de las miradas y los cuidados. Se han ido haciendo a si mismos, entre ruinas, en la soledad del silencio, cubriendo su frágil alma con una capa de indiferencia. Parecen altaneros, aves de paso en un mundo que les da la espalda o les pone la zancadilla con alguna azada.

¿Te fijaste en sus flores, en esos pétalos que son suaves como arrumacos y dulces como el azúcar? Dicen que son orgullosos y crueles. Y sin embargo, a mi me parecen desvalidos. Encubren sus miedos entre las espinas y se muestran erguidos como fortalezas protectoras en mitad de la guerra. Su dureza me recuerda a la fragilidad de la tela de una araña. Sus aires de independencia sólo son el escudo ante el desinterés del resto del mundo