31.12.05

Adiós maestro


Esta tarde me guiñaste un ojo a modo de despedida. Después de 365 días juntos tu tren te espera en marcha. Tú y yo sabemos que no quiero que subas a ese convoy que te conjugará en pasado, que estiro estas últimas horas a tu lado hasta que se deshilachan y se rompen.
Son tiempos de reencuentros, de turrones y peladillas, de felicitaciones de corazón y otras de compromiso e hipocresía, de balances y propósitos de enmienda.


Has sido la estrella que acompañó mi camino, el sol que iluminó mis amaneceres y el arco iris que secó mis lágrimas. Has sido mi motor y mi freno, el cuaderno en el que he escrito mis días y he dejado mis huellas aun sin quererlo. Has sido el libro que he ido leyendo, y descubriendo mundos accesibles con tan sólo girar el pomo de una puerta. Has sido mi compañero de viaje, a veces en silencio y otras en una charla incesante.
Has sido mi maestro. Me has puesto pruebas amargas para enseñarme lo afortunada que soy. Me has enseñado a mirar hacia adentro para apreciar lo de afuera.

Es época de bienvenidas a prósperos años, pero no me olvido de ti, que aun moribundo me das hasta tu último segundo.
Hoy el atardecer que me regalaste fue tu forma de decirme adiós. Tú y yo sabemos que dejaste sembrados muchos sueños e ilusiones, que sin tí y sin tus instrucciones nunca podrían haber germinado...

Frases

Yo no tengo ideas; sólo tengo palabras y silencios. Marguerite Duras

Grabad esto en vuestro corazón: cada día es el mejor del año. Ralph W. Emerson

Somos lazarillos de nuestros sueños. Ramón Gómez de la Serna.

Los niños imaginan con facilidad las cosas que desean y no tienen. Cuando en su madurez conservan esa facultad maravillosa, se dice de ellos que son poetas o locos. Anatole France.

30.12.05

Ríos de tiempo

El reloj de péndulo no deja de anunciar la partida de los minutos. Es como si agitase su pañuelo blanco cuando el tren en el que el tiempo viaja comenzase a arrancar. Un eco que suena a condena repitiéndose en mi cabeza: Todo lo que no se disfruta se pierde irremediablemente.

Esas campanadas son puñales afilados que hieren mi alma. Quiero coger el tiempo entre mis manos, congelarlo durante nos momentos y disfrutar de la eternidad mientras te siento cerca. Pero los segundos son como el agua, se escapan entre mis dedos camino de ese río que corre a encontrarse con el mar. Y en su huida, se olvida de los detalles que hicieron esos instantes mágicos e inolvidables.

Todos los ríos de tiempo llevan entre los cantos rodados, pepitas de oro. Somos buscadores de ese preciado metal que llamamos tiempo, y pensamos que podremos guardarlo en una caja de terciopelo rojo, como se guardan los tesoros. Pero el tiempo no son pepitas sino polvo, soplos de aire que doran nuestras mejillas como el sol en pleno agosto. Y cuando intentamos atraparlo, se diluye dejándonos sólo recuerdos.

29.12.05

Llave


Discúlpame, pero cuando pase por tu casa, no pude evitar mirar si la llave continuaba tras la maceta de la ventana, como siempre escondías cuando ibas de paseo. Y a pesar de que han pasado muchos años, detrás de la hiedra estaba ese frío hierro moldeado por el herrero. Era tan grande como recordaba, y estaba tan helada como los chuzos que caían de las canales. Dudé si debía abrir aquella pesada puerta de madera ahora que ya no estabas, ahora que ya nadie vivía allí.

La cerradura seguía funcionando tan bien como entonces. Dos vueltas de llave y un empujón a aquel viejo portón abrieron aquella vieja casa que tantas veces recorrí cuando era niña. Las tela de araña han decorado muchos de los rincones, y el polvo ha cubierto casi todos los muebles.

Todavía está tu cajita de costura, al lado de la mecedora que tenías frente a la ventana, y en la mesa tus gafas siguen apoyándose sobre aquella revista que tú debiste leer. Parece que en ese lugar el tiempo se detuvo, en el mismo momento que tú te marchaste. En un rincón, cerca de la chimenea algunos troncos siguen esperando calentar tus manos a tu regreso.

26.12.05

Desearía

Si la suerte hoy estuviera de mi lado,
y a través del agujero de la cerradura
pudiese ver

Me gustaría mirar
cómo se refleja el mar
en tus pupilas

Desearía observar
cómo se iluminan tus ojos,
Cuando enamorado te sientes.

Me encantaría ver
Cómo te alegras y sonríes
Cómo recoges tus cosas,
Cuando te vas a dormir

No podría renunciar
a mirarte embelesada
cuando saludas al alba

Desearía acompañarte
En tu caminar diario
cuando vienes
y cuando vas

23.12.05

Puntos suspensivos

Hubo un tiempo que ahora parece conjugado en pasado en el que los puntos suspensivos fueron como migas de pan lanzadas en el camino, para que las palabras no se perdieran de una frase a la siguiente.

Eran el último escalón de esa escalera que a veces subía soñando tocar el cielo, y otras bajaba para bañarme en las aguas gélidas del infierno. Y mientras duraban esos tres puntos, que a veces ampliaba a cuatro o cinco, a veces acariciaba las estrellas y me dejaba acunar por la luna, y en otras ocasiones miraba atónita el paisaje que frente a mi se dibujaba.

¿Dónde se han ido los puntos suspensivos? Esos que acompañaron mis silencios y mis reflexiones, esos que fueron mis comodines cuando no encontraba las palabras apropiadas para expresar mis sensaciones, esos que fueron hilos dispuestos a tejer nombres, frases, versos...

20.12.05

En blanco

Amaneció como un día más de esos monótonos días de invierno, pero todo era distinto. Todo parecía recién pintado. Todo estaba teñido de un blanco inmaculado que nadie había osado manchar. Se dislumbraba como una postal navideña de esas que antes llegaban a nuestro buzón. Ahora también ese paisaje es extraordinario. Ni los inviernos son como aquellos acompañaron nuestras guerras de bolas de nieve, ni el cartero nos visita con postales manuscritas.

Ya nada es como antes, nos recuerdan a cada paso. Dicen que son instantes únicos, e irrepetibles como aquel primer beso que rozó nuestros labios.

Mirabamos atónitos. Parecía un sueño. Una imagen de esas que soñábamos cuando éramos pequeños.
Y sin embargo, ¡parecía tan real! ¡Ni siquiera desaparecía cuando frotamos nuestros ojos!

19.12.05

Última cena

Supe que aquella comida era mi última cena incluso antes de que me llegase aquella invitación. Decidí ir porque para mí, era una despedida sin palabras; el punto final a más de siete años en los que fuimos practicamente nada. No se puede decir adiós, a lo que nunca se ha tenido; pero a veces, se necesita reafirmar que uno es invisible para poder irse sin remordimientos.

Mientras los camareros comenzaban su baile de cacerolas, recorrí con la mirada las mesas repletas de desconocidos.

El código deontológico les llama compañeros; yo les llamo extraños. Se empeña en recordarme que un papel compró mi lealtad a esas siglas, y el sudor de mí frente a cambio de una transferencia bancaria a principios de mes.

Cuando salí por aquella puerta, supe que no habría más comidas en ese lugar, con esas personas como compañía. El reloj de arena había comenzado su cuenta atrás.
No se puede añorar, lo que nunca se ha querido


17.12.05

Frente a...

El suelo comenzó a moverse, como había soñado en noches anteriores. Las prediciones se empezaban a cumplir. No sintió miedo. Sabía que iba a ocurrir. En el fondo lo deseaba. La calma había empezado a sentir los primeros temblores del suelo sobre el que se apoyaba.
Le hubiese gustado tener una mano apretando la suya, unos brazos rodeando sus hombros a modo de refugio.
Cuando la lluvia comenzó a caer, recordó que siempre se enfrentó sola a las cosas. Nunca hubo nadie que le defendiese en las peleas, nadie que le dijese "no te preocupes, tu puedes. Yo te ayudo".
Cuando el terremoto empezó a mover su suelo, le hubiese gustado encontrar una escalera por donde escapar a un lugar seguro...

... Estaba sola pero no tenía miedo

15.12.05

Cambios

Se prevén cambios. Se respiran en el aire. Se sienten en la piel.

La tierra sabe que habrá alteraciones, que el letargo en el que estaba sumida ha acabado, que la sangre que la recorre empieza a bullir como cuando la vertedera comienza a removerla. Todo empieza a moverse bajo esos bloques de calma aparente que cubren la superficie. Es el tiempo de retirar la costra de cansancio de la piel, de sacar a la superficie las ilusiones, de preparar el corazón para la siembra. Es el momento de buscar nuevas semillas para que el ciclo de la vida vuelva a resurgir.

La intuición no falla. Siempre hay señales para los que buscan pistas, para los que se pierden buscando detalles.

Se huele. Se presiente. Habrá un torbellino de cambios, un desfile de piezas en ese tablero de ajedrez que se prepara para una nueva partida. Sin prisas pero sin pausas, es el momento de mirar las cartas que nos tocaron en el reparto y de preparar la estrategia a seguir.

Se vislumbran nuevos cruces en el camino, senderos que nos llevaran quién sabe dónde. Se abre una puerta hacía nuevas rutas, y en nuestro interior se oye “no tengas miedo, sigue adelante

14.12.05

Entre pinos


Estaba en medio de ese pulmón que oxigena aquella tierra. El destino la había abandonado a su suerte.

Una vez miró al cielo desde lo alto, ahora lo hace desde el suelo.

Antes bailaba con el viento y las nubes.

Ahora prefiere pasar el tiempo tumbada sobre la tamuja o jugar al escondite con los hongos y las setas

11.12.05

Envolver sueños

Hacer la cama es como envolver de nuevo los sueños entre los pliegues de las mantas, para que nos esperen cada noche y no escapen.. y no huyan (lasombradeunagota.blogspot.com)

10.12.05

De dónde

Muchos no saben cuál es mi nombre, ni dónde vivo, ni a qué me dedico; y sin embargo, la gran mayoría de la gente que me conoce, respondería sin titubear de dónde procedo, de dónde soy. Y eso me enorgullece, porque adoro esa tierra, mi tierra.

Hace años que empecé mi destierro, que emprendí mi camino hacia aquel lugar donde el corazón me lleve y las circunstancias lo apoyen; y sin embargo, si hay un lugar donde regresar, siempre será allí donde procedo.

No es sólo el nombre que rellena en mi carné de identidad el “nacido en”, es algo más. Es el origen de mi existencia, la tierra me dio cobijo y alimento cuando era una niña, el camino donde di mis primeros pasos y aprendí lo que soy en esencia.


Mi infancia son recuerdos de un pueblo,
donde el río baña las tierras rojas;
mi juventud, veinte años fuera de esta tierra,
mi historia, un largo camino por andar

7.12.05

Cuenta la historia


Cuenta la historia que hubo un pueblo que tuvo en jaque durante veinte años a diversos ejércitos romanos, que aguantó un terrible asedio, sin provisiones ni recursos para vivir, durante casi un año, y que sus habitantes amaban tanto la libertad que prefirieron morir antes que perderla.

Dicen que cuando los romanos entraron a la ciudad no encontraron ni a nadie vivo ni nada aprovechable, que todo había sido destruido por el fuego que habían prendido los que allí se suicidaron.

Narran que la ciudad resistió hasta el último suspiro del último de sus habitantes, que después fue reducida a cenizas, para que su memoria fuese borrada en las siguientes generaciones, y que se prohibió reconstruirla.
No lo consiguió. El final fue el principio de un mito que ha tomado raíces en nuestra historia y que ha ido creciendo.

Nadie sobrevivió, sólo unos pocos moribundos que fueron vendidos como esclavos. Las generaciones posteriores somos hijos de Roma, pero heredamos el carácter de aquella gente que “tenía el ánimo preparado para la muerte y el cuerpo para la fatiga, y luchaban contra ellos mismos cuando no existía contrincante exterior“, “que eran felices en la batallas y se lamentaban en las enfermedades”, que amaban la libertad más que la vida.

5.12.05

Escribir

Bajo mi almohada, el último libro de Sampedro, vela mis sueños. Como si fuese un eco, se repite insistentemente: ¿por qué escribes?. La misma pregunta que busca respuesta cada cierto tiempo, y que se abandona poco después sin responder. Decía Fernando G. Delgado, en la Mirada del otro, que “Un diario es un simple instrumento de la memoria, aunque no todo lo que se recuerda se haya vivido realmente o, por lo menos, no del mismo modo.”

Empecé a escribir como aquel que escribe una carta a una amiga, y sin embargo, aquella carta nunca llegó al buzón. Fue el inicio de mi “diario de ideas”. No era un diario al uso, porque para mi lo importante no era lo que pasaba en la vida, sino como lo veía desde mi retina, desde mi piel. Son ideas que un día cruzaron por mi cabeza, y encendieron la luz en alguna parte. Son pinceladas con palabras de momentos que pudieron ser reales o imaginados, pero al fin y al cabo vividos.


A veces escribo para no olvidar esas sensaciones que sentí, otras siento que necesito escupirlas como si fuesen un veneno que mastico y que no quiero digerir.

A veces escribo para hablar conmigo misma, como ahora, y poner en orden mis ideas y mis sueños.
A veces escribo para vivir, como Sampedro, y otras para recordar lo vivido.
A veces escribo para liberarme de mis fantasmas, y otras para aventurarme en una nueva aventura.
A veces escribo para confirmarme que soy muy afortunada, porque a la hora de hacer ese inventario de cosas, la vida ha sido extremadamente generosa conmigo.
A veces escribo para pintar de ilusión los días grises, y los momentos caóticos.

A veces escribo para hablar, otras para interpretar el silencio o simplemente para callar

4.12.05

HOY ME HAGO PASAR POR... (El juego de imitación)

Sabía que no iba a ser fácil este juego cuando me apunté. Pero ha sido bastante más difícil de lo que preveía. Lo mejor ha sido descubrir un blog que no había leído nunca, y que como previa Bito, me ha gustado mucho. Lo peor, creo que es la imitación... pero espero que no se moleste el imitado, y os recomiendo que busquéis y leais el original.

Pongámonos a imaginar por un instante y busquemos en la lista de los participantes. Ya se que no es fácil encontrar quien se esconde tras estas líneas, pero es lo que hay.
Habrá varios que lo intenten desentrañar. Me gusta. Quiero que lo hagan. Les voy a ayudar. No puedo decirles ni cuál es mi nombre, ni de dónde procedo. Les dejaré un relato...

Y el anciano cansado de no encontrarse cada vez que se miraba al espejo, le pidió al mago una pócima que transformase esa imagen en el mismo. El mago le dio el ungüento y le dijo que cada vez que no se reconociese frente al espejo, frotase sus ojos con aquel aceite. Aquella misma mañana, el anciano se asomó al espejo y se encontró con un extraño. Frotó sus ojos y miró atónito como las imágenes cambiaban, pero ninguna era la suya. Cansado, con lagrimas brotando de sus ojos, se alejó. Una enfermera lo mira desde lejos..¡qué lástima da llegar a viejo!

2.12.05

Caricias de agua

05-11-2004
Hace más de dos años que caí en tus redes de seducción. Desde entonces, cada martes, cada jueves, tenemos una cita. Nuestro nido de amor, es un mar hecho a mi medida. Preparo esos encuentros con mimo, mientras me visto para ir a tu encuentro. No hay sorpresas, los dos sabemos cual será el final,..

Apenas entró por la puerta, siento que estas ahí, esperando impaciente mi presencia. Me gusta hacerte esperar. Se que estás cerca, imaginándome, mientras voy quitándome prenda a prenda. Sólo dejo lo esencial, para ir a tu encuentro. Me gusta entrar despacio en tu escenario. Tú me miras fijamente desde lejos. Siento que me sigues con tu mirada azul. Me acerco sin prisa, dejo que huelas mi perfume de lilas recién cortadas y moldees con tu mirada mi figura de guitarra española.

Me gusta alargar los preámbulos. Ahora me alejo, voy a hacerte sufrir un poco más. Sólo serán un par de minutos. Me gusta que el agua de la ducha recorra mi piel mientras tú venderías tu alma al diablo por ser una de esas gotas… Se que esperas mi presencia impaciente… Me acerco con paso lento y decidido. Se que como siempre el primer abrazo será frío. Me gusta acercarme a ti, y probar tu temperatura con mi pie. Siempre repito lo mismo, ¡uff, que frío!, después me armo de valor, y me zambullo en tu mar, ¡ese mar tranquilo hecho a mi medida! Siento tus frías manos acariciar mi cuerpo, mientras yo voy y vuelvo. Te dejo seducirme con ese azul celeste que te envuelve. Y ese susurro que me dice palabras de amor en mis oídos…

A veces preparas para mi un espectáculo de sirenas enfundadas en trajes de colores, otras me invitas a un pase de ropa interior masculina…

Mientras mis ojos recorren esas marionetas que aparecen en mi camino, mi cuerpo va y viene entre tus brazos. Me gustan tus caricias, sumergirme en tus profundidades en busca de un tesoro,… me gusta deslizarme, sentir que me falta el aire,..

Pasan los minutos, el final se acerca. Los dos sabemos que no puedo más. Mi cuerpo está exhausto, cansado de tantas caricias,.. Tú te quedas ahí, mirando como me retiro lentamente de tu lado. siento tu mirada en mi espalda. Seguro que oyes mis pasos alejarse. el agua de la ducha correr… recojo mi ropa, coloco mi pelo…

El sonido de mis pasos por el pasillo será lo último que oigas… No miro atrás, no quiero ver si otra sirena ha ocupado mi lugar… Tu espérame, acicálate para la próxima cita.. ¡Hasta el próximo martes!

Ahora, cierro los ojos. Me gustaría estar ahí, a tu lado, coger aire, y deslizarme mientras saboreo tus besos de agua clorada...

30.11.05

Somos números

Éramos números. Secuencias de dígitos escogidos por un sistema informático que ofrecía un lugar donde expresarse amparados por el anonimato. Fuimos un 22 y un 320. El azar nos puso en el mismo pañuelo, y nosotros fijamos nuestras miradas unos en otros.

Todavía me sigo preguntando cuál fue el motivo por el que un día decidí cruzar el umbral de tu refugio y detenerme a leer tu diario. Eras una de las bitácoras más leídas. Recuerdo que entonces librabas una batalla interior, buscando las palabras y el momento para expresar en voz alta y clara lo que sentías. Hablabas de las dificultades que encontrabas en un pueblo pequeño para mostrarte tal como eras, y me quedé atrapada entre las líneas tejidas con sentimientos a flor de piel. Apenas si había empezado a saborear tus artículos, cuando leí que tus pasos se perdían por las tierras de Machado, y todavía no me había recuperado del vuelco que me había dado el corazón, cuando escribiste tu despedida. Cerraste la puerta de tu casa pero conmigo fuiste generoso, me dejaste una dirección donde encontrarte, y una adivinanza. “Soy de un lugar por donde el Duero pasa bajo un puente de 13 ojos”.

Durante días aquel mapa fue mi brújula, y guió mis pasos. Acompañé a ese río de leyendas desde su nacimiento hasta perderse por tierras burgalesas. Encontré puentes y más puentes, la mayoría de tiempos más prósperos. Y entre ellos, estaba ese puente medieval del que me hablabas. Fue la primera vez que sentí esa sensación de que a pesar de estar cerca estamos muy lejos. Habíamos pasado de ser números a nombres, y sin embargo, en algún punto del camino, éramos de nuevo números camino del olvido.

Te fuiste cuando el otoño comenzaba a tejer su alfombra de hojas secas. El destino actuó como un mago, y cubrió con una tela de niebla y silencio tu marcha, para sorprendernos cuando al retirarla apareció otro número, 1230.

Sus pasos iniciales fueron tímidos, como aquellos que buscan un sitio donde ubicarse, donde sentirse cómodo, y poder hablar con libertad. Era adorable, tierno, con el encanto que da la juventud y ese aire adolescente que algunos hemos perdido en el camino y que añoramos. Tenía la sensibilidad a flor de piel, y el corazón rebosando de amor. Contagiaba tanto su optimismo como sus días grises.

No recuerdo que fue lo qué hizo que empezase a sumar dos y dos en mi cabeza. Frente a mi se presentaban muchas piezas y ni siquiera sabía si eran del mismo puzzle. Empecé a escarbar en mi memoria, y a encontrar coincidencias que habían pasado desapercibidas. Los números volvían a transformarse en nombres. Las cosas empezaban a tomar forma y lugar.

Durante días mi imaginación buscó entre las miradas verdosas, la esencia de aquel 1230. No fue posible. Habría que esperar que el azar nos volviese a sorprender. Fueron apenas 15 metros en medio de una gran calle repleta de gente, un cruce de miradas que se graba en la memoria, y un montón de comentarios al día siguiente colocan nombre a esas figuras que se cruzan en mitad de la noche. De nuevo, tan cerca y sin embargo tan lejos…

La sensación de que este mundo es un pañuelo inundó el aire, mientras los miedos y las inseguridades volvieron a conjugarse en presente.

Tu regreso, supuso su huida. Las cartas estaban descubiertas, y las decisiones tomadas.

No se debe buscar a quien no quiere que le encuentren” me recomendaron. Si alguna vez busqué, a partir de entonces dejé de hacerlo. Pero a veces, cuando abandonas las búsquedas es cuando encuentras. Una tarde de domingo, el aburrimiento y mi curiosidad me llegaron a tu nuevo diario.

Aquel descubrimiento fue agridulce. La alegría de reencontrarte se mezclaba con el miedo a que abandonases tu refugio en mitad de la noche. Casualidades de la vida, hablabas de sorpresas, de cómo nos gustaría que nos sorprendiesen, y sin pretenderlo, conmigo tu lo habías conseguido.

29.11.05

Sobre la vida

La vida se puede ver de muchas maneras...
puedes hacer una lista con lo que tienes o un inventario de lo que te falta...

26.11.05

Descubrí

Descubrí que de nada sirve seguir, si el camino se hace en solitario, si al avanzar vamos dejando la piel y no hacemos nada para curar las heridas.
Descubrí que algunos sacrificios no lo son, porque al hacerlos saben dulces en nuestros labios.
Descubrí que lo que gano es demasiado valioso para no luchar por ello, aunque los demás no lo entiendan.
Descubrí que sin su mirada, seguir escribiendo públicamente no tiene ese aroma a tomillo que me gusta oler.
Descubrí que una casa no es un hogar porque tenga un tejado y unas paredes, sino por el calor que se siente dentro.
Descubrí que muchos te pueden ofrecer el mundo, pero sólo tu decides el mundo que quieres vivir.
Descubrí que mirar un atardecer es más precioso si se hace en las pupilas de alguien a quien se quiere.

20.11.05

Te extraño

Pienso mientras tecleo. Te has ido. Se han cumplido los augurios y ahora ese sitio donde me refugiaba está vacío. Te llevaste todo, como si quisieses borrar tus huellas, como si pretendieses engañar a mi memoria de que alguna vez has existido.

Nada es eterno. Todo llega, es y pasa. Todo se transforma como la energía.

Querías irte. Necesitabas levantar el vuelo en solitario y sentir la libertad que dan las palabras no escritas. Yo nunca podría retenerte, aunque hubiese vendido mi alma para que no te fueses.

Desde que te has ido, la vida se ve en blanco y negro, con aroma de nostalgia y romero,..

Para ti nunca habrá un adiós en mis labios. Seguiré esperando tu regreso, como espero la llegada de la primavera...

Actriz [2]

La oscuridad es su aliada, la noche una fuente de inspiración y de reflexiones. A veces se pregunta, cuánto queda de esa actriz que se sube cada atardecer al escenario, cuando se pone a escribir. Nada y en el fondo todo.

Cuando empieza a teclear, se olvida de esos accesorios que la vida añade a nuestra rutina. Siente que es más ella, la esencia más concentrada de ese perfume llamado “uno mismo”. Frente al computador, en pijama y en zapatillas, busca rayos de sol que calienten ese cuerpo helado por el frío, un refugio donde esconderse de si misma o de esa caricatura que a veces aparece frente al espejo.

Hay momentos en los que la soledad le pesa demasiado, y la imagina como una losa que le aprisiona el alma y sus ilusiones. Ni siquiera puede interpretar su papel, se siente vacía.

Atrás quedaron las conversaciones con desconocidos que le prometieron la luna, y un crucero a través de las estrellas, confesiones del alma sin tapujos, sin vergüenza. No es lo mismo hablar frente a frente, que hacerlo sin mirar a los ojos, con el corazón en la mano, y los sentimientos a flor de piel. Para quien no busca nada, encontrar nada es suficiente, e incluso demasiado.

Está agotada de tantas batallas inútiles, de pintar cuadros multicolores que sólo ve en tonos grises, de fingir que no se entera de algunas mentiras.


Ella, la gran actriz que llena escenarios, está cansada de tantos aplausos, de regresar a casa cada noche acompañada por el frió que le congela el alma. Está hastiada de escuchar piropos y elogios de gente que sólo conocen el color de su colorete. Casi nadie está dispuesto a mirarle a los ojos con la cara recién lavada.

18.11.05

Actriz [1]

http://ideas320.blogspot.com/2005/11/actriz.html

Esta noche está especialmente cansada. Sus pasos se tornan torpes sobre ese suelo resbaladizo. Sólo le falta girar la próxima esquina y habrá llegado a ese apartamento, que desde hace años es su casa.

El sonido de la puerta al cerrar es el gong de salida para la imaginación. En esta carrera de relevos que es su vida, la realidad pasa el testigo a la fantasía.

Sentada frente al ordenador, enciende el monitor y una puerta imaginaria se abre. Descorre las cortinas de ese mundo virtual al que se asoma. Le gusta ser un espectador que mira perplejo a los transeúntes a través de la ventana e imagina la historia que cada uno arrastra como si fuese su sombra. Después en un rincón apartado, trascribe el dialogo con su conciencia y con sus sueños. Comienza su viaje privado a través de las palabras en busca de adjetivos que contengan las esencias y sensaciones que a ella quiere pintar.

Sin lastres sociales ni personales, sin más rumbo que el que marcan los sentidos y con el anonimato como brújula, recorre veredas mientras otros recorren caminos.

16.11.05

Actriz

Otra noche más el telón de terciopelo rojo desciende lentamente en el escenario mientras los aplausos se tiñen de silencio, y el patio de butacas murmura una despedida. Poco a poco, las luces se van apagando como estrellas en el firmamento. Los trajes duermen apoyados en sus perchas y los algodones desmaquillantes acarician los rostros de los personajes.

En los carteles de la función, ella es la actriz principal. Aún conserva la frescura de la juventud, aunque ya peina canas. Tiene instalada la nostalgia en la mirada, como aquellos que han ido abandonando sueños por el camino. Su caminar cansino se vuelve grácil cada vez que sube a un escenario. Es como si se reinventase cada vez que asciende esos tres escalones que separan su vida personal de la profesional.

El frío del otoño se cala en sus huesos cuando se despide del resto de la compañía, y comienza a caminar hacia su casa. Veinte minutos andando en la penumbra de estrechas callejuelas desiertas donde sólo se escucha su taconeo, es el tiempo que deja que su conciencia le hable y le traiga recuerdos de otros tiempos.

Ya ha perdido la cuenta de los años que han pasado desde que dejó atrás la tierra que le vio nacer en busca de un futuro que tiene sabor agridulce. A veces sueña con volver, pero sólo durante un instante se permite fantasear con esa utopía. Después llega la cruda realidad que desbarata ese castillo de naipes. “Alguna cosas sólo son dulces cuando se toman en pequeñas cantidades” se repite, como si al hacerlo estuviese acallando su conciencia, e incluso autoconvenciéndose mientras busca mentalmente una fecha en ese calendario para regresar.

La nostalgia se apodera de ella en esos paseos a media luz, cuando la ciudad duerme arropada por ese echarpe de lluvia que comienza a caer. Volver no tiene sentido cuando nadie nos espera, cuando al abrir la puerta nadie corre a nuestro encuentro, cuando sentimos el frío en nuestro interior.

Ironías de la vida, ella interpreta su mejor papel cuando desciende de ese escenario y retirado el maquillaje, pinta en su cara una sonrisa y abrillanta sus ojos.

15.11.05

Columpio

Acompáñame. Volvamos a subirnos a ese columpio como cuando éramos niñas, y soñábamos con acariciar el cielo con las manos.
Miremos el mundo a través de los ojos inocentes de un niño que cree en un mundo mágico donde viven duendes y brujas.
Coloreemos nuestro día a día como entonces lo hacíamos sobre nuestro bloc de dibujo, y pintemos arco iris tras la tormenta.
Tiñamos con ternura y risa contagiosa, el agobio y el desanimo.
Recojamos renacuajos como entonces, y piedras de colores en la regadera como si fuesen tesoros
Volvamos a bañarnos en el río y juguemos al escondite entre los ojos del puente.
Subamos de nuevo al tobogán, como si fuese la escalera que nos conduce a las estrellas. Deslicémonos por esa superficie que conduce al paraíso de los sueños.

14.11.05

Fotografia

Tenía los ropajes de los colores del otoño y en la mirada la nostalgia de otros días que tuvieron un brillo especial. Todo parece igual aunque sea distinto.

Miles de pájaros levantan el vuelo al sonar de esas campanas que son las únicas que he oído en esta ciudad. Es como si el cielo fuese de pronto, una tela de lunares, como si se contagiase de sarampión. El silencio de esas calles semipeatonales, del viejo coso, se interrumpe por el piar.

Alguien me pregunta si hay un concurso de fotografía. No era el caso pero hubiese sido mas fácil decir que si y continuar el camino.


¡Cómo explicar esa necesidad de grabar imágenes! ¡Cómo hacer entender lo que siente uno cuando ve algo así, y cuando pasado el tiempo vuelve a vivir ese momento mientras contempla esa fotografía!. El presente se hace pasado a cada instante, pero el pasado se hace presente cuando las imágenes nos trasladan a otros sitios, a otros momentos en los que una imagen consiguió seducir a nuestra retina.

13.11.05

Aguila

Hoy es el cumpleaños de alguien que vive en otros mundos. Alguien a quien tengo aprecio y admiro, porque su forma de mirar la vida, de vivirla, me parece que debería ser contagiosa. Me ha enseñado muchas cosas sin pretenderlo ni saberlo. Sus palabras son, a menudo, semillas de pensamientos que se desarrollan en mi cabeza.

Es culpable de que deje la puerta entreabierta de mis días grises, de que hable en voz alta en los momentos bajos, de que no corra a refugiarme cuando me hacen daño.

Es el perdedor de una
apuesta, que jamás creí ganar, pero con la que me he reido infinitamente. Quizá porque a menudo no sé donde acaba el yo y dónde empieza los demás. Quizá porque pensar en mi o pensar en los demás, cuando esos demás son tan cercanos, para mi es lo mismo. Porque perder era ganar, y quizá ganar fue perder.

Gracias por esas palabras de ánimo, por esos abrazos cálidos, por esa sonrisa contagiosa,..

12.11.05

Más palabras

Siento que las palabras se quedan cortas para expresar muchas veces eso que nos pasa, o aquello que ocurre en nuestro interior. Se quedan pobres e insuficientes para poner todos esos matices que tienen las cosas y los sentimientos. Ni siquiera tienen los mismos matices cuando nos las dicen unos u otros, o incluso, la misma persona en diferentes momentos.

A veces suenan vacías, huecas.. y sin embargo en otras ocasiones tienen tanta riqueza que podríamos escucharlas cientos de veces y seguiríamos encontrando algo nuevo.

Hay días, en los que las palabras se ensartan como cuentas de un collar, como si de una mano hábil y ágil se tratase. Pintan sensaciones y consiguen enviar mensajes que parecen más escritos con el corazón que con las manos. Otros, como ahora, todo parece que se atropella. Se quiere decir tanto, que uno se queda mudo, y quizá es ahora, cuando el silencio de las palabras dice más que ellas mismas.

Hoy me preguntaba una amiga, “Tu, si quisieras demostrar a alguien que es importante para ti, desde el punto de vista de amistad, ¿cómo lo harías?“ Quizá lo importante no es el cómo, sino hacerlo, y hacerlo de manera que el otro sea consciente de que lo estamos haciendo. No es fácil demostrar los sentimientos, desnudar el alma y ponerla en las manos de los demás, pero quizá cuando lo hacemos nos sentimos más libres, y crecemos interiormente. Despojarse de esa coraza que a menudo creamos a nuestro alrededor para protegernos, nos aísla de los demás, y nos hace prisioneros de nosotros mismos. Cada vez que conseguimos desprendernos de ella, y lanzamos un mensaje en una botella a ese mar somos más felices. Si además, podemos ver que esas líneas llegan a esas manos para las que fueron escritas, uno siente que la misión esta cumplida..

Demasiadas palabras. Quizá lo mejor se queda entrelíneas. Demasiadas palabras para decir que te quiero mucho, y que espero te sientas la persona más feliz de la tierra.. hoy, mañana y siempre

11.11.05

El silencio de las palabras

Dicen que las palabras son tan importantes como el silencio. Son trazos que intentan dibujar un cuadro de sensaciones y sentimientos aunque a menudo se quedan en esbozos de ellos. Siempre he creído que cuando algo empapa tu alma, las palabras son insuficientes para describir esa aventura, ese momento, esos cientos de detalles que hacen que esos momentos sean inolvidables. Esos huecos se llenan de silencios, de miradas cómplices, de cosquillas en la piel,…

Silencios que son remiendos en ese alma, a veces maltratada por el día a día, deshilachada de tanto intentar estirarla. Redes que construimos para no dejarnos caer en el abismo sobre el que caminamos como si se tratase de un alambre.

Seguimos avanzando, entre la magia de las palabras y el misterio de los silencios, desequilibrando en cada paso nuestro peso, oscilando entre el sonido y el eco mudo de la conciencia, entre las cosas que nunca te dije y que nunca te diré, y aquellas otras que te he dicho y te diré hasta que rapten mi voz

9.11.05

Somos

Somos islas que flotamos en un mar a veces en calma y otras embravecido. Transeúntes en una playa desierta en pleno mes de enero. Huellas en la arena que las olas se empeñan en borrar. Cometas que el viento arrastra y gira a su capricho.

Somos contradicciones. Subimos a las montañas para tocar el cielo, para ver el mundo a vista de pájaro, pero sentimos vértigo y corremos al suelo. Recorremos kilómetros para encontrarnos, y nunca hemos estado solos. Soñamos con vivir, y entre sueños nos olvidamos de hacerlo.

Somos capitanes de un barco, donde somos el único pasajero. Buscadores de tesoros hace mucho tiempo descubiertos. Calas solitarias, inaccesibles por tierra, paraísos en la ruta de un velero.

Existimos. Somos, porque alguien así lo quiso, y nos dibujó en su pensamiento.

7.11.05

cita

Apenas si quedaban unos minutos para las seis mientras ella marcaba con su taconeo el tic tac del minutero de ese reloj que no avanza. De reojo, volvía a mirar la hora y frotaba sus manos. Su estomago era un nido de mariposas, un enjambre en pleno mes de mayo. Buscaba entre los transeúntes una figura difusamente conocida. Sentía que caminaba en lo alto por un alambre mientras cientos de miradas estaban fijas en ella. Intentaba calmar un nerviosismo, demasiado patente en cada gesto. Recolocaba una ropa cuya elección había sido muy estudiada. Repasaba mentalmente un discurso improvisado, que ya se ha aprendido de memoria. Recorría con su mirada ingenua rostros que parecían mirarla pero sin verla, y se preguntaba si alguno de ellos sería algo más que un espectador casual. Llegaba tarde, el reloj de la iglesia ya había dado sus campanadas.

El teléfono suena en un diminuto bolso que parece el escondite perfecto para ese artilugio. La ansiedad sube al cielo y desciende por las montañas mientras responde. Su cara dibuja una sonrisa mientras habla y habla. Su nerviosismo queda en un segundo plano. La conversación continua mientras una figura por su espalda avanza. Unas manos suaves se posan sobre sus ojos, unos labios que estampan un beso en su nuca mientras un susurro lanza una pregunta al aire: ¿me esperabas?

4.11.05

En la fuente


La imaginación se dispara en esas noches de lluvia que dejan las calles huérfanas. Parece una ciudad fantasma envuelta en una penumbra que sólo rompen las luces de algún coche camino del hogar. Las puertas del parque se cierran como se bajan los telones tras la función teatral. Sólo la fuente desafía ese silencio que se ha instalado en los bancos de madera. Desde lo alto del pedestal Zorrilla sigue vigilando la ciudad, mientras las luces de colores se mezclan con los surtidores de agua. Hace un tiempo marcaron las horas como sus manillas de agua. Ahora son como velas encendidas.

Esta noche dibuja la tentación. Invita a un baño entre sus caricias húmedas. Propone jugar al escondite entre sus pirámides de agua. Seduce con sus juegos de colores. Describe con versos fluidos una locura Hipnotiza y enreda con sus hilos de líquido cristalino. Susurra como las gotas de lluvia: ven, y hacia allí los pasos se encaminan. Sólo faltas tú.

2.11.05

Bajo un paraguas

El reloj marca la hora de regresar. La lluvia continúa cayendo como si fuesen lágrimas resbalando por el rostro de los edificios. Otro día más que se prepara para irse a dormir, y se perfuma con aromas de melancolía. Hoy la luna bailará su vals alejada de las miradas de lo curiosos que se asoman cada noche a la ventana, o de esos amantes que se comen a besos.

La calle está desierta. Sólo se escuchan unos tacones que se alejan sorteando los charcos. La noche invita a compartir ese paraguas que es demasiado grande para uno solo. Caminar juntos siguiendo el paso, mientras su brazo rodea mi cintura. Crear un mundo de caricias y besos en ese refugio que se pinta bajo esa tela multicolor. Escuchar sus susurros en mi oído mientras la lluvia forma una cortina alrededor nuestro. Saborear sus labios. Deslizar mis dedos entre su pelo. Detener el tiempo

30.10.05

Primavera en el camposanto

Pronto llegará de nuevo la primavera, al menos a los camposantos. Miles de flores adornaran esas tumbas de mármol de aquellos que un día fueron vecinos, amigos o familiares. Nombres y fechas sobre un papel de granito que parecen desafiar a un tiempo que se conjuga en pasado. Dicen que existimos porque alguien nos piensa, pero el olvido es nuestro mortal enemigo.
Nada más triste que ver esas tumbas abandonadas, donde ni siquiera el transcurrir del tiempo ha respetado esos nombres escritos sobre ellas. “Aquí yace...” todos esos que el olvido borra de nuestras memorias, todos esos desconocidos que nunca llegamos a conocer, todos esos que se fueron sin hacer ruido,..
Cruces y lápidas, monumentos de visita obligada cada uno de noviembre, un pequeño homenaje a nuestros muertos, a esos seres queridos.
Por esas fechas vuelvo allí, a ese cementerio donde están los abuelos. Frente a esas cruces, busco imágenes y momentos con ellos en mi memoria. No se puede recordar lo que nunca se ha vivido y no cabe otra opción que recordarles en la memoria de otros que tuvieron la dicha de conocerles. Otros apenas si son recuerdos de una temprana niñez que casi está olvidada..

28.10.05

Melodias

Algunas melodías forman parte de esa banda sonora que acompaña nuestra vida. Cada vez que suenan vuelven a traernos los recuerdos que entonces las acompañaron. Escucharlas es subir a ese tren que nos espera en la estación y que nos lleva a ese pasado para volver a vivirlo.
Hay canciones que ponen voz a los sentimientos del alma, y entre notas musicales el corazón se confiesa. Algunas son eternas, otras efímeras como esas canciones de verano que se desgastan de tanto oírlas.
Hay canciones que llegan a nuestra cabeza y se repiten insistentemente sin saber muy bien por qué. Son ecos de la conciencia, acertijos que el azar pone a nuestra memoria, piezas de un puzzle que dibuja nuestra vida como si fuese un pentagrama.

26.10.05

Entre Quijote y Sancho

En medio de unas ruinas romanas, una silueta de don Quijote y Sancho me recordó que todos en nuestro interior albergamos un poco de estos personajes. A veces la sombra del uno es tan alargada que oscurece la presencia del otro. Siempre creí que son las dos caras de una misma moneda, que el uno no puede existir sin el otro.
Hay momentos en los que al mirarnos al espejo nos preguntamos si esos rostros somos nosotros mismos o nuestra caricatura. Nos extrañamos, nos echamos de menos.
“Echo de menos la parte soñadora e idealista que se asocia a don Quijote,
La parte cuerda, y trabajadora que tenía Sancho. Esa energía y paciencia que tenía a raudales
Echo de menos la magia que antes veía, y que ahora no encuentro, la ilusión por las cosas.“-escuchaba entonces.
Las cosas se veían desde la mirada de un Sancho que ve molinos en lugar de gigantes, o mujeres hundidas en la pobreza en vez de doncellas. Don Quijote y Sancho son dos modos de ser, dos tendencias de las que ningún humano se escapa, predominando una u otra dependiendo de las personas y de los momentos…

25.10.05

Carta (JUEGO)

Deshojando una flor que desafía al otoño, levanto mi mirada a ese cielo que guía mis pasos.
Eres la brisa que acaricia mis mejillas y las sonroja como los tímidos rayos del sol en primavera. Tus palabras son ecos en mi memoria, y tu risa la mejor melodía.
Has pintado mis días con trazos de ilusión y fantasía, aun sin tu saberlo. Has sembrado inquietudes que había olvidado. Has despertado sensaciones, recuerdos, sueños que estaban invernando.
De tu mano, viajo cada noche a las estrellas y desde la luna, contemplo cómo ese sol se despereza cada mañana entre cortinas de colores.
En tus labios, los “te quiero” suenan a gloria y despiertan ese sentimiento que como genio se esconde en una lámpara en forma de corazón…
No lo olvides nunca, te quiero

24.10.05

Sangre


Las gotas de lluvia dibujan jeroglíficos en los cristales de esa ventana por la que se ve la vida pasar. Meses de sequía interrumpidos por estos días en los que la lluvia no ha dejado de cesar. Diminutos ríos de agua esculpen la tierra ya saciada, y discurren camino de ese río que casi se secó hace unos meses de tanto dar. Ahora parece herido. Las lágrimas del cielo parecen lastimar la tierra, y el agua se torna roja como la sangre.

Los ríos son las arterias de este cuerpo que llamamos tierra. El agua, su sangre

23.10.05

Rural

Otro día de lluvia se asoma a los cristales por donde la vida se cuela entre la persiana. Las tierras siguen mostrando su color rojo, mientras los chopos que marcan el discurrir del río, empiezan a desnudarse de sus vestimentas amarillas. La tormenta oscurece todo, incluso la mirada de esos ancianos que ven la vida pasar, desde la mesa camilla de sus casas, con el brasero encendido. Algunos no sobrevivirán al invierno, otros se irán en busca de algún clima más cálido. Sólo los valientes, o los cobardes, según se mire, serán los que sigan aquí dentro unos meses. Los pueblos pequeños parecen condenados a morir. Cuando oigo hablar a los ancianos, siento que son los únicos que nunca se irán, que son los únicos incondicionales de ese amor por la tierra que les vio nacer. Los últimos que han saboreado la vida en un lugar, que parece caminar hacia la nada. Cuando ellos emprendan el viaje eterno, se llevarán en su maleta imágenes y recuerdos que sólo ellos supieron atrapar, momentos históricos que no aparecerán en los libros de historia, porque a la mayoría no interesan. La tierra ya no es lo que era, y el amor a ella se ha vuelto mercenario. Desgraciadamente, el mundo rural agoniza

22.10.05

¿recuerdas?


¿Recuerdas? Apenas si han pasado un par de meses y sin embargo, con la lluvia en los cristales, parece como si hubiese pasado una eternidad desde ese momento. Pronto el agua cubrirá las rocas sobre las que doramos nuestros cuerpos al sol, y la arena de nuestra playa volverá a ser el fondo de ese acuario en el que nos bañamos. Volverán al anonimato los troncos de los árboles caídos, y las piedras ibernaran de nuevo.
Los robles que nos dieron sombra y cobijo han comenzado a vestirse con tonos amarillentos mientras los pinos siguen luciendo sus mejores galas verdes. El agua que aquella tarde refresco nuestro piel, continua siendo el espejo en el que cielo se refleja, aunque ahora su mirada no brilla con la misma intensidad y parece cabizbajo. El alboroto de las tardes de verano ha dado paso al silencio del otoño, a la nostalgia que se asoma entre las siluetas de esos arboles que le rodean, como si pretendiesen abrazar o reterner a ese barco que navega.
Volverá la nieve a teñir las cimas de las montañas, y el agua comenzará a inundar ese pueblo abandonado. Regresaran el silencio y la tranquilidad a ese lugar donde todo duerme. Habrá muchas más tardes al ladito de ese mar de agua dulce, pero aquella tarde fue especial

20.10.05

Batallas estupidas

Cansada de tantas batallas estupidas, en medio de una guerra donde las palabras son proyectiles y las amenazas los escudos protectores, de aquellos que el poder coloca en la cima de un pedestal formado por el orgullo y la soberbia. Harta de los vendedores de consejos gratuitos bañados en advertencias, de los correveidiles que sólo enredan las buenas intenciones. Fatigada de hablar sin que nadie escuche más que lo que quiere oír, de intentar avanzar por un camino que algunos se encargan en minar. Extenuada en este laberinto inútil, donde David vuelve a reencontrarse a Goliat, donde el espíritu numantino vuelve a resurgir….

19.10.05

Volver a casa

Volver a casa. Recorrer ese camino, acompañando al río. Recrear la mirada en esas luces que se reflejan en sus aguas y escuchar su vieja canción. Caminar con las manos en los bolsillos mientras el aire acaricia sus mejillas, y la luna llena vuelve a mostrarse en el horizonte. Pensar. Volver a repasar un día que ahora termina. Sentir el peso de las horas sobre las espaldas. Oír el silencio. Perder la vista entre las siluetas de los árboles. Acelerar el paso mientras comienza a llover. Subir los escalones de dos en dos. Abrir la puerta. Dejarse impregnar por el calor del hogar, en medio de la más absoluta soledad.

17.10.05

enamorada

El despertador sigue sonando a la misma hora, pero los amaneceres teñidos en tonos naranjas y rosados que me acompañaban en mi camino, se han tornado hileras de luces rojas. Los periódicos siguen llegando puntuales a su cita, como la gripe cada invierno. Repaso algunos de mis últimos pensamientos, de esas ideas que se repiten en mi cabeza. Me siento feliz y afortunada a pesar del caos que me rodea. Mi serenidad contrasta con la impotencia que siento a veces. Soy más consciente que nunca de lo importante que es saborear el presente. Me lo recuerdan cada día. Ayer me preguntaron si estaba enamorada. Mentí, o al menos hoy así lo siento. Dice el diccionario que enamorar es” Excitar en uno el amor a otra persona.” “Gustar o disfrutar mucho de algo”.” Cortejar, expresar el amor “. Siempre me he declarado una enamorada de la vida, y del amor. Ahora más que nunca.

16.10.05

¿qué vi?

Mirando a las estrellas, en medio de esta noche tan oscura, te envío con la luna mi felicitación en este día en el que las velas adornaran tu tarta de cumpleaños. Perdí la cuenta de cuántas serán esta vez. Todavía recuerdo cómo y cuándo te conocí. En mitad de aquella pista de baile, rodeado de niñas que besaban el suelo por el que pisabas, que hubiesen vendido su alma por saborear tus labios, o sentir tus caricias en su piel. Yo también te miré con ojitos de cordero degollado y dejé migas camino de mi casa por si querías ir. Nunca fuiste. Preferiste ser mi amigo, confiarme tus indecisiones, tus dudas, tus paseos de flor en flor.

Mirando a las estrellas recuerdo esas madrugadas regresando a casa. Algunas ilusionada, otras cansada de ser transparente. Hubo un momento en el que brille con luz propia en tu mundo, en el que te tuve al alcance de mi mano. Demasiado tarde, el tren ya había partido. No se puede perder lo que nunca se ha tenido.

Si hoy volviesen a cruzarse nuestros caminos, como lo han hecho otras tantas noches en la discoteca,.. quizá volviese a sentir que regreso a un tiempo pasado. Quizá pudiese confundir la conversación con una de entonces, porque para ti, el tiempo no ha pasado. Tu sigues siendo un hombre, yo una niña que se hizo mujer. Aquella muchachita te colocó en un pedestal, te coronó con su gran amor y escribió tu nombre con tinta dorada. La de ahora, se pregunta qué pacto hiciste con el diablo, por qué los años no parecen haber pasado por ti.. pero sobretodo ¿qué es lo que vió en ti? ¿en qué momento perdiste tu magia?

Repasando lista objetivos

Apenas si quedan dos meses antes de que las campanadas de la Puerta del Sol nos indiquen que hemos cambiado de año. Es hora de repasar aquella vieja lista de objetivos que Joel me animó a hacer.
Sigo diciendo tacos, aunque el número se ha reducido. Hace meses que abandonamos la hucha en la que íbamos “castigándonos” cuando mi compañero y yo de mesa cada vez que una de esas palabras salían de nuestra boca. He invertido tiempo y esfuerzo en volver a retomar las clases de idiomas, aunque a veces sienta que no tengo oído para ellos. He saboreado algunos momentos irrepetibles, de esos que contaré a mis nietos si un día los tengo. He vuelto a subir montañas, y a refrescarme los labios en lugares que no sabía que existían. He dado un paso al frente, y he puesto palabras a sentimientos que guardaba en mi interior. He visto miradas emocionadas, abrazos cálidos, sonrisas nerviosas, personas felices... He sentido la magia de esas palabras, de esos “te quiero”, “te admiro”.¡ Vencer la timidez, la vergüenza ha sido tan satisfactorio!
Me he propuesto que la sonrisa sea algo perenne en mi cara. No es una tarea fácil, pero me siento afortunada, y doy gracias a la vida por todo lo que me ha enseñado estos meses.
Sigo buscando ese vendedor de tiempo que me permita llenar mis bolsillos con algunas migajas de ese preciado tesoro.

14.10.05

Vuelve a sonar por enésima vez su voz ronca. Es la banda sonora que me acompaña en estos días de otoño, que acaricia el alma e invade el silencio. Derrotada de tantas batallas inútiles, sintiéndome un quijote, dividiendo la vida y el alma en dos, la noche me arropa con su manta de estrellas. Me enredo en el hilo que sujeta los sentidos, que pone los sentimientos a flor de piel. Ser sensible es caminar por la hoja de una espada. Deshojar una flor que te hace tocar el cielo, o te empuja al infierno.

Escucha…

me quedo con el roce de tus manos
me quedo con el borde de tus labios
me quedo con el sol de tu sonrisa
me quedo con el mar de tus caricias
que nadie me acaricia como tu,
dime, ¿con qué te quedas tú?

12.10.05

La señora Rosa

En mi niñez pasé muchos ratos en compañía de aquella anciana señora, que se pasaba las horas en la puerta de su casa tejiendo puntillas a ganchillo mientras el sol calentaba sus huesos. Era menuda y tenía la piel curtida por el sol y la vida. Aquella callejuela que separaba nuestras casas era el camino que recorría cuando iba a casa de mi abuela. ¡Cuántas veces me paré allí, a mirar embelesada como sus diminutos dedos tejían el hilo! ¡Cuántas veces fui a su encuentro cuando me sentía sola! ¡Cuántos ratos pasé a su lado jugando con mi muñeca!

Dicen que era una solterona, pero yo no lo recuerdo. Dicen que olía a vino, que era alcohólica, aunque yo nunca lo noté. Dicen que su casa estaba muy sucia, que apenas si tenía sabanas en la cama pero yo nunca subí a su hogar. Dicen que deshacía la puntilla por las noches porque no tenía dinero para comprar más hilo, pero yo nunca se lo vi hacer. Dicen que era pobre, pero yo sólo recuerdo lo cariñosa que era conmigo

11.10.05

JUEGO

Jugando en la mesa camilla una partida a las cartas, mi abuela me contaba historias de su infancia y juventud. Le gustaba recordar aquellos años mientras el frío del invierno nos hacia refugiarnos al lado de aquella estufa de madera. La lluvia seguía cayendo fuera, formaba un laberinto en los cristales de la ventana. Los troncos de madera chisporroteaban mientras las castañas se asaban.
-Tenía yo apenas 18 o 20 años cuando comencé a ir al baile que los domingos. Nos juntábamos en la casa que estaba al lado de la fragua y entonces era nuestro lugar de encuentro. Teníamos una gramola y un montón de discos.
A veces venían chicos y chicas de otros pueblos. Recuerdo que entre aquel grupo de jóvenes siempre me llamó la atención uno. Tenía la piel morena, y unos ojos negros como el azabache. No sólo yo pensaba que era el chico más guapo del baile. Julio, que así se llamaba, tenía una corte de admiradoras que comían en su mano. Compartió bailes y conversaciones con una y con otra, pero el nunca se decantó por ninguna.
- ¿Y tu qué hiciste? ¿Te gustaba?- le pregunte a mi abuela
- Yo siempre fui muy tímida. Le conocí un otoño cuando mi prima Sonia vino, y Él y su mejor amigo se acercaron a nosotras porque Julio quería conocer a esa joven rubia de ojos azules. Después de ese día, el siguió viniendo al baile, y siguió preguntándome por ella, aunque ella ya había regresado a la ciudad.
- ¿y que pasó?
- Yo seguí conversando con ellos, más con Fernando que con El. A veces pasaban semanas sin vernos, y cuando lo hacíamos me contaba su vida. Me consideraba su amiga. Yo prefería eso a nada. Le veía ir y venir con una y con otra –decía mi abuela, con una gran serenidad.
- ¿y no lo pasabas mal? ¿Por qué no te alejaste? Yo creo que no podría ser la amiga de alguien en esas circunstancias
- A veces me alejaba un poco, pero al final siempre le vi como un cachorro que busca cariño.
- ¿y que paso al final?
- recuerdo un día muy especial. Era un domingo de navidad. Ya no recuerdo ni el año. Había un concurso de baile, y no se por qué El me escogió a mi. Pasé la mitad de la tarde bailando con Él, sin parar baile tras baile en sus brazos. ¡No sabes cuantas sensaciones pasaron por mí! Estaba bailando con el hombre de mis sueños. Tenía sus brazos rodeando mi espalda. Baile tras baile acabamos ganando el concurso entre jadeos y risas –proseguía mi abuela con una gran sonrisa en los labios y un brillo en esos ojos que el tiempo ha tornado grisáceos.
- ¿y? -preguntaba yo toda intrigada
- El premio era un par de refrescos. Cuando nos acercamos a por ellos a la barra, recuerdo que me preguntó si quería salir con Él, que quería que le diese una oportunidad.
- ¡bien!. Se la diste, ¿verdad?
- es curioso, pero después de estar esperando ese momento meses, quizá incluso años, sentí que su tren ya había pasado. Las oportunidades se ganan con hechos y no con palabras. Preferí seguir pensando en Él como un amor platónico…
- ¿te arrepentiste alguna vez?
- hay veces que pienso en cómo habría cambiado mi vida si lo hubiese intentado, pero no me arrepiento. El siguió de flor en flor, aunque su éxito fue disminuyendo a la par que su cabellera. A veces se culpaba de no haber sabido aprovechar su oportunidad cuando la tuvo.
- ¿Qué fue de su vida? –le pregunté intrigada
- Seguimos viéndonos una temporada más en el baile. Después ellos dejaron de venir tan frecuentemente, y nosotros comenzamos a ir algunos domingos al pueblo de al lado. Algunas veces volvimos a vernos, y seguimos conversando como al principio. Para mí, El siguió siendo el mismo, con sus mismas inquietudes e incertidumbres, con la misma indecisión que siempre le guió en la vida. A veces me preguntó qué vi en Él.”
Después mi abuela se quedó en silencio. Se levantó y se puso a mirar por la ventana. Sus ojos se habían humedecido, y su mirada estaba cargada de nostalgia.

- ¿qué día es hoy? -me preguntó pasado un rato
- 11 de octubre -le contesté
- dentro de 5 días será su cumpleaños

10.10.05

Viaje de regreso

Calculo mientras conduzco en los miles de kilómetros que llevo a mis espaldas, en esos viajes de ida cargados de ilusión que contrastan con esos regresos llenos de nostalgia. Esas tardes de domingo que agonizan incluso antes de empezar. Apenas si son las nueve, y ya es de noche. Ni un alma recorre las calles. La carretera y los pueblos están desiertos como si fuese pleno invierno. Un escalofrío recorre mi cuerpo, como esta mañana cuando volví al pantano. El agua sigue retrocediendo. Ya se puede pasear al lado del campanario. Aquello que un día fue un pueblo, hoy sólo es una torre que desafía al tiempo, líneas de piedras que delimitan lo que un día fueron casas y tapias de huertos. Un silencio que se cala hasta los huesos cuando paseas por allí o te acercas al cementerio. Todo está vacío. Los que se fueron, también se llevaron a sus muertos.

Estiro los minutos de esas tardes de domingo hasta que se agotan, y en la oscuridad de la noche comienzo mi destierro. Los kilómetros se recorren en dirección contraria, mientras los recuerdos pasan como si de una vieja película se tratase. La nostalgia se tiñe de ternura, de ilusión, de satisfacción cuando se recrean esos momentos que me hicieron tocar el cielo con las manos, cuando paseé por allí donde soñé, cuando escribí con sonrisas instantes que serán, en mi memoria, eternos…

7.10.05

Soledad

Algunos siempre se sentirán solos a pesar de estar rodeados de gente. Otros llevan la soledad tatuada en la piel, y la ven como esa amiga incondicional que les acompañará allá donde vayan. Son solitarios. Se sienten completos y disfrutan de esos momentos tanto o más que cuando están acompañados. Se han acostumbrado a esa independencia, a esa forma de vida. Oigo que algunos comentan que esta sociedad está fomentando una generación de solitarios, de seres que se aíslan entre cuatro paredes y sólo miran al exterior a través de la ventana del monitor. Vivir en una burbuja tiene sus riesgos. Dejar de sentir el contacto del aire en nuestra piel, el olor de la primavera o la tierra mojada es uno de esos placeres inigualables. Ver las montañas no es lo mismo que ascender por el sendero que lleva a la cima. Mirar una fotografía no es lo mismo que grabarla en la retina mientras la tomas.
Algunos tienen miedo a la soledad, otros la ven como ese amante que les visita cada noche.

5.10.05

En el asfalto

Aquel día con el título académico en sus manos, se olvidaron las noches de estudio, las entregas de prácticas a última hora y los exámenes suspendidos unos tras otros. Casi 10 años de su vida invertidos para obtener aquella cartulina. Había hipotecado su juventud, y el futuro se mostraba prometedor. Dentro de unos días se incorporaba a su primer trabajo en la gran ciudad. Estaba nerviosa, deseosa de saborear esa libertad fuera del hogar familiar mientras preparaba sus maletas.

Nadie imaginaba que la chica que aquel domingo subió al tren, no regresaría. Aquel accidente hizo desaparecer la amiga incondicional y aventurera. Se llevó su alma, y abandonó su cuerpo. Dejó una caricatura de aquella muchacha alegre y dicharachera. Su dulzura y optimismo se esfumaron entre lo fármacos de aquel hospital. No perdió la existencia, pero la esencia de su vida quedó aplastada contra el asfalto.

3.10.05

Cae el telón

Cae el telón de nuevo, y sin embargo ahora es todo diferente. Mañana ese patio de butacas permanecerá vacío y en el escenario nadie recitará el monólogo. El polvo cubrirá las butacas. La oscuridad cobijará al silencio que ahora borra los aplausos de otros días.

Quizá algún despistado se cuele por la puerta, y espere en su butaca una función que nadie representará, como aquellos que siguen esperando con los brazos cruzados en el sofá de su cuarto de estar que la vida les sorprenda.

Tal vez algún actor sienta nostalgia al abandonar el teatro, y mañana sus pasos se dirijan hacia él como si de un autómata se tratase. Subido esas tarimas que un día le vieron recoger sus éxitos, quizá, descubra que el silencio es a veces el mejor premio a nuestro discurso, que los aplausos también se los lleva el viento. Sentado en mitad del escenario, descubrirá esa voz interior que ahora le hace ver que los titulares de la página cultural del periódico amarillean y se olvidan, que el mejor triunfo es volver a ser él, cuando se baja de ese escenario, y abandona la piel, de ese papel que le dejaron prestado.

Ahora que el telón ha descendido, comienza la diáspora. Cada uno con la maleta bajo el brazo camina allá donde le lleve el corazón, el destino, o el billete de tren que un día compró...

2.10.05

¿Te vienes?

Si te vienes conmigo te enseñaré palmo a palmo la tierra que me vio nacer. Te llevaré allí donde el Duero derrama sus primeras lágrimas, en las faldas de Urbión. Le acompañaremos en sus primeros pasos por los pinares y nos bañaremos en las charcas bajo las cascadas que forma en su camino. Seguiremos escuchando sus versos de agua, como si nos hubiese hipnotizado. Veremos desde el Mirón como rodea la ciudad con su abrazo a modo de despedida, antes de continuar su camino hacia el mar. Pasearemos por esos rincones que inspiraron a Machado y a Bécquer, y nos subiremos a lomos de un caballo para seguir al Cid en su destierro. Descansaremos en cada pueblo que encontremos en nuestro camino, buscaremos ese puente de 12 ojos por el que pasa el río, y le acompañaremos en su discurrir. Beberemos ese néctar de los dioses que algunos llaman vino, de la ribera del Duero soriana. Visitaremos castillos de moros y cristianos, uniremos con nuestra mirada las atalayas. Cerraremos los ojos para imaginar aquellas batallas que enfrentaron a moros y cristianos. Grabaremos en nuestras retinas inmensas llanuras de trigo, pequeños pueblos, eternos silencios que sólo algunas aves rapiñas rompen.
Si te vienes conmigo te enseñaré como el niño Duero nace y crece cada día, como sus aguas son el espejo donde mirarse, y te embrujan para volver

29.9.05

Está cansada

Está cansada. Tiene la mirada triste y melancólica. Perdida en un punto en el horizonte que no ve porque es miope. Se siente como un saco de boxeo, en el que todos descargan sus frustraciones y preocupaciones. La vida pasa por sus días de puntillas. Todo continúa por inercia. Reinventarse cada mañana es ponerse de nuevo el disfraz, pintar en la cara la sonrisa que esperan ver.

Está cansada de arrastrar sus pies por el camino, de buscar energías donde no las hay para seguir pintando ilusiones donde otros se empeñan en colocar realidades. ¿Por qué algunos se empeñan en lanzar jarros de agua fría o realidades donde otros sólo quieren ver ilusiones y esperanzas? Algunos sueñan de noche, otros lo hacen de día..

27.9.05

Si por un momento

Si por un momento dos miradas se cruzasen, unos ojos recuperarían el brillo perdido, una sonrisa tímida se asomaría a unos rostros apagados por la rutina. Los pasos se tornarían más lentos, y quizá un saludo inundase el silencio, mientras el resto del mundo y de sus pensamientos desaparecen. Quizá por un instante, sus corazones latiesen más deprisa, y sintiesen que en su estomago se ha alojado un enjambre.

Si por un momento se asomasen a la mirada del otro, a ese pozo de deseos donde arrojar una moneda, quizá desearían perderse y no regresar. Quizá en ese laberinto entre los pensamientos y los deseos, encontrasen ese paraíso donde refugiarse, bajo un paraguas de ilusiones.

24.9.05

De su mano

Es mágica. Ha conseguido que mi reloj se pare y las manillas giren al revés. Ha abierto esa puerta a un tiempo pasado y de su mano, he vuelto a caminar por ese mundo de ilusión. Es un paseo por sendas que yo recorrí hace años agarrada a otra mano adulta, y que ahora redescubro a través de sus ojos.

Agarrada de su mano he vuelto correr tras las mariposas y a ensartar margaritas para hacer collares en primavera, a construir muñecos y a tirar bolas de nieve en invierno.

Los garabatos son obras de arte cuando salen de sus diminutas manos. Esas que tiran de mi hacia abajo, y me hacen mirar la realidad a un metro del suelo, con la mirada tierna de la infancia..

De su mano, los castillos tienen princesas esperando a príncipes que las rescaten, caperucita sigue paseando por el bosque camino de casa de su abuelita, y las muñecas son esos bebés que probablemente nunca tengamos.

Cogida de su mano, los charcos son piscinas donde bañarse aún en pleno invierno, las sillas, montañas que escalar; y su inocencia, la cortina a través de la que cual se ven las cosas...

23.9.05

Sus manos

Sus manos permanecían entrelazadas mientras su mirada se perdía en algún rincón de aquella sala. Las mismas que aparecen en mis sueños.

Sus manos, son mariposas que revolotean sobre mi piel, y la erizan con solo mirarla. Se deslizan como gotas de lluvia, refrescando ilusiones y sensaciones olvidadas.

Sus manos moldean mi cuerpo como las manos de un experto alfarero se deslizan por el barro, acariciando los poros de mi piel.

Sus manos navegan en los mares de la fantasía, despertando sueños en las noches más oscuras mientras las estrellas brillan. Encienden el fuego y me arrojan a sus brasas. Recorren rincones sin explorar y provocan tormentas.

Sus manos caminan bordeando el límite entre la razón y la cordura, crean paraísos, y prenden hogueras en las que quemarse…

21.9.05

La vida

La vida se nos escapa de las manos como el agua de un manantial. Somos figuras de barro a la intemperie, azotadas por el viento y la lluvia. Hojas de árboles caducos.
Miramos hacia el futuro como si nunca se nos fuese a escapar, como si el camino nunca tuviese final, pero la carretera está cortada en algún punto. Quizá en la siguiente curva o en el próximo cambio de rasante. Conducimos tan rápido nuestro día a día que a menudo dejamos de mirar el paisaje. Nos saltamos semáforos en ámbar y rojo. “De algo hay que morir“ repetimos justificando nuestras imprudencias. Sólo vemos las señales de precaución cuando es demasiado tarde. Después llegaran los “te lo dije” acompañados con lágrimas y lamentos.

El presente es un instante que no existe más que un momento, una gota de lluvia que resbala por nuestra piel, y se precipita al suelo…

16.9.05

Si hoy el niño

Si hoy el niño que alguna vez fuimos nos preguntara qué es lo más importante que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida, ¿qué le responderíamos y qué descubriríamos nosotros mismos?

El río del Olvido

La primera vez que fui a Galicia, mis amigos me llevaron al río del Olvido. Mis amigos me dijeron que los legionarios romanos, en los antiguos tiempos imperiales, habían querido invadir estas tierras, pero de aquí no habían pasado: paralizados por el pánico, se habían detenido a la orilla de este río. Y no lo habían atravesado nunca, porque quien cruza el río del Olvido llega a la otra orilla sin saber quién es ni de dónde viene.
Yo estaba empezando mi exilio en España, y pensé: si bastan las aguas de un río para borrar la memoria. ¿Qué pasará conmigo, resto de naufragio, que atravesé todo un mar?
Pero yo había estado recorriendo los pueblecitos de Pontevedra y Orense, y había descubierto tabernas y cafés que se llamaban Uruguay o Venezuela o Mi Buenos Aires Querido y cantinas que ofrecían parrilladas o arepas, y por todas partes había banderines de Peñarol y Nacional y Boca Juniors, y todo eso era de los gallegos que habían regresado de América y sentían, ahora, la nostalgia al revés. Ellos se habían marchado de sus aldeas, exiliados como yo, aunque los hubiera corrido la economía y no la policía, y al cabo de muchos años estaban de vuelta en su tierra de origen, y nunca habían olvidado nada. Y ahora tenían dos memorias y tenían dos patrias.


El libro de los abrazos (E. Galeano)

15.9.05

Quisiera

Apoyo la cabeza en el cristal de la ventanilla de ese autobús que devora kilómetros. La mirada se pierde entre las montañas y los pueblos que se quedan atrás. La próxima parada es la mía. En el andén varias personas recorrer las ventanillas con la mirada, esperando a alguien que descenderá por la escalera con la ilusión en los ojos.
La estación es un hormiguero donde miles de personas se cruzan, suben y bajan a autobuses y trenes que les llevan a sus destinos. Me cruzo con ellos, les miro a la cara y me hago preguntas. ¿Cómo hacen para vivir? ¿Qué sueñan? ¿Cuándo fue la última vez que les sorprendieron? ¿Alguien les espera en alguna parte?
Esa última pregunta aparece reiterativa en mi cabeza. Nadie es imprescindible, y sin embargo quisiera que alguien me esperase en alguna parte…

14.9.05

Cuadro

No recuerda por qué un día pintó un esquema hasta su mundo, por qué dejó la llave bajo el felpudo de la entrada. Los impulsos no atienden a razones, son potros desbocados que sólo pelean por sentir la libertad. La razón es una cincha que a menudo les retiene.

No se arrepiente de haber dejado la puerta entreabierta, de permitir ver que hay cuando se rasca un poco la superficie. Algunos miran un cuadro, otros ven lo que hay detrás de ese paisaje, de esos colores.

Detrás de las palabras, de las metáforas hay una historia, unas sensaciones, unos principios que colorean las escenas que aparecen entre pinceladas. Cada cuadro tiene lectura diferente para el que lo contempla que, a veces, poco o nada coincide con lo que el pintor quiso expresar.

Hoy el cuadro es para ti, para que lo disfrutes desde tu retina... ¡¡felicidades!!

13.9.05

il y a trop clics qui se perdent

il y a trop de clics qui se perdent: ayez le bon XXX ” dice el eslogan que aparece en la pantalla. Hay demasiadas cosas que se pierden en la vida, que arrinconamos sin una buena razón que lo justifique. A veces son miedos o vergüenzas, otras indiferencias. “ningún lugar está lejos” me recuerda que nada es imposible para el que verdaderamente desea algo. Recuerdo silencios que debieron ser gritos, pasos en los que retrocedí en lugar de avanzar. ¡Cuántas veces reemplazamos la espontaneidad por lo que se espera de nosotros! ¡Cuántas veces anteponemos cosas banales sobre lo que realmente es importante para nosotros!
Demasiadas fuerzas se pierden recorriendo caminos que no nos llevan a ninguna parte. Listas de objetivos que inauguramos cada comienzo de curso o cada principio de año, y que se quedan en agua de borrajas.
¡Cuántas veces escribimos cartas que nunca enviamos! ¡Cuántas veces necesitamos abrazos que no pedimos! ¡Cuántas veces no pedimos perdón a pesar de que sabemos que nos hemos equivocado! ¡Cuántas veces nos hemos tragado “te quiero” que no hemos pronunciado! ¡Cuántas veces caminamos en zigzag, por miedo a coger el camino directo!
Hay demasiados sueños, deseos y sentimientos que se pierden en el mundo… pero nada está lejos si realmente se desea…

No dejaré que termines de leer esto, sin decirte que te aprecio, que te tengo cariño, que te quiero.

12.9.05

Lugares

Poco a poco los kilómetros se van devorando. Oscilamos entre lugares donde el corazón nos lleva y otros donde los compromisos nos obligan a estar. Miramos a través de la ventanilla, como quien observa un documental. Paisajes que resbalan en nuestras pupilas como si de gotas de lluvia se tratasen. Todo es efímero. También esas imágenes que se solapan. Miramos pero no vemos, almacenamos en memoria volátil. Todo es susceptible de olvido. Morir es desaparecer, diluirse de la memoria de los que quisimos, ocultarse bajo una capa de amnesia, de indiferencia.
Sólo lo que tatuamos en el alma es eterno como esas montañas que orada el viento...

9.9.05

Todo se hace

Todo se hace silencio, ausencia cuando te vas. Recoges tus cosas y pensamientos, tu sonrisa y tu voz. Apagas el brillo de tus ojos, y fijas tu mirada en el suelo. Tus pasos torpes se alejan, y los metros se hacen abismos infranqueables.

Todo se hace oscuridad, en el mismo momento en el que tus ojos me dejan de mirar. No hay estrellas ni luna comparable con esas pupilas repletas de ilusiones.

Todo se hace frío cuando dejas de sujetar mi mano entre las tuyas, cuando dejas de abrazarme. Un frío polar recorre mi cuerpo, y la nieve cubre mis esperanzas

Todo se hace humo de ilusiones, cuando despierto y veo que todo es un sueño.. nada más que un sueño

7.9.05

Fiestas de pueblo

Septiembre siempre tendrá marcado en rojo ese día, como aquel que se tatúa en el brazo “amor de madre”. Días de fiesta que se repiten cada año, aunque siempre con sabor diferente. Hitos que marcaban el final del verano, el retorno a las clases, a la nostalgia de unas vacaciones que parecían eternas y sin embargo, se acababan. Eran almendras garrapiñadas, cachabas de caramelo. Eran noches de vigía mientras la música sonaba y dianas al tardío amanecer. Juegos tradicionales, reencuentros y misas a las 12. Volteos y repiques de campana que suenan alegres como cascabeles. Vestidos nuevos y zapatos recién limpiados. Banderas que cuelgan de los balcones y cohetes que tocan el cielo. Castillos de aire. Luces de colores y verbenas. Sonrisas perennes en la cara, ilusión en la mirada. Brazos que rodean cinturas, cuerpos que se balancean al son de la melodía. Chocolate y bizcochos en la madrugada. Amaneceres que marcan la hora de irse a dormir…

6.9.05

Tristeza

Todos los días sale a pasear por el parque, deteniéndose en ese banco de madera que siente como suyo. Invierte muchos minutos observando a la gente pasar, imaginando la historia que arrastra cada uno, como si de otra sombra más se tratase. Parecen hojas secas arrastradas por el viento del otoño, marionetas que mueve el tiempo.

Le atraen las miradas tristes, melancólicas. La felicidad siempre le ha parecido que tiene algo de superficial. Es bonita pero insípida. Prefiere la profundidad de la tristeza, los matices que se ven desde el interior.
Le gusta ser su testigo. Cree que es eterna, reflexiva, silenciosa...

Sus pasos se tornan más torpes, de regreso a casa. Camina ensimismado. ¡Qué bella es la tristeza!-piensa.

5.9.05

velas

Durante meses espero este día, con la ilusión de una tarta llena de velas. Soñaba con esas lamparitas de fuego que se apagan cuando ella sopla.

Llevaba meses preguntando cuánto faltaba para ese día mágico, al que todos llaman cumpleaños. Para ella es un día donde se reciben regalos, y unas velas esperan sobre la tarta.

El tiempo es eterno desde los ojos de un niño. Cómo explicarle que tendrán que pasar muchos soles y muchas lunas antes de que llegue ese día. Cómo endulzar esa espera que parece no llegar nunca.

Los niños son cajas de sorpresas y de sabiduría. Por ella han vuelto a aparecer las velas sobre las tartas de cumpleaños. Esos días, ella trepa a los brazos del afortunado, y se acomoda sobre sus piernas. Le sientes moverse inquieta sobre ti, esperando ese momento mágico en el que el fuego baila sobre las velas, y se refleja en sus pupilas... No necesita pedir deseos. Ella los tiene todos al alcance de su mano. Lo que ve es lo que quiere. Sueña con apagar velas y velas, mientras el ambiente se llena de su alegría y risa contagiosa.

Si cierro los ojos, imagino que habrá empezado de nuevo a preguntar cuándo es su cumpleaños, cuánto falta para que llegue ese día mágico...

Si cierro los ojos, recuerdo su respuesta cuando le he preguntado qué regalo quería.. con sus tres añitos recién estrenados, me ha vuelto a sorprender.. unas velas me ha contestado

4.9.05

Felicidades princesa

Es una princesita que suena con ser mayor, mientras duerme a sus muñecas en el sofá de la abuela.
Te coge de la mano, te lleva a su terreno, imita tus movimientos.
Te presta sus niñas, te pide que les des la comida.
Hoy es su cumpleaños… Hoy hace 3 añitos que llegó hasta este mundo… Traía bajo sus bracitos miles de sonrisas, cientos de caricias, toneladas de besos. Día a día, reparte alegría e ilusión a su paso, arranca carcajadas con sus ocurrencias.
Es una princesita que corre a mi encuentro, que rodea mi cuello con sus brazos, y llena mi cara de besos, que me mira con una inmensa ternura y una sonrisa en los labios… Tiene la magia, el poder de hacerte tocar el cielo, de vivir en el paraíso…


Felicidades princesa…

3.9.05

Final del verano

El sol parece cansado. Sus rayos han perdido intensidad y parecen apagarse como una lámpara de aceite. Ya no queman la piel, ahora sólo la acarician. Ha recobrado su timidez. Empieza a jugar al escondite. Le gusta esconderse entre nubes y días grises, teñir de amarillo las hojas de los árboles, asomarse por las tardes a la orilla del río.

Ahora se aleja en silencio, arrastrando los pies, sin levantar la vista del suelo, sin mirar atrás… El reloj ha marcado su hora. Se ha acabado su tiempo. Es hora de recogerse, de descansar entre nubes de algodón, y promesas de amores veraniegos que algunos creyeron eternos…

2.9.05

Alivio

Respiro aliviada mientras leo el email. No habrá un lugar donde se recojan mis desvestires diarios.
Los sueños son pompas de jabón, mariposas de colores que uno se empeña en perseguir. Yo también me lancé a coger una. Quería tenerla cerca, porque a otros les hacia ilusión, pero yo prefiero seguir lanzando pompas al aire, contemplar como suben, como crecen.. y como desaparecen.
Durante un momento, estuvo una en mis manos y después levantó el vuelo…
Poseer no significa disfrutar. No quiero que deje de ser un juego, un pasatiempo, un remanso de paz, una caja de embalar donde recojo sensaciones de mi alma. No quiero sellarlo con cinta de embalar, y enviarlo…
Nadie puede comprar ideas, como no se puede comprar tiempo…

Todavía quedan algunas cartas pendientes de enviar y otras de escribir. Sentimientos y recuerdos encerrados entre palabras… “te quieros” “te echo de menos” enredados entre caricias y abrazos disfrazados entre metáforas…
Ojos brillantes de ilusión, emociones a flor de piel, esa es la mejor respuesta..

31.8.05

Camino del cielo

Apenas unos minutos para subir. Siento que estoy en el penúltimo escalón antes de llegar al cielo. Si extendiese las manos podría acariciarlo.

Camino alejándose del mundanal ruido, de los domingueros. Busco un lugar donde sentir como el viento golpea en mi cara mientras los buitres sobrevuelan mi cabeza. Pierdo la mirada entre las montañas grises que se alzan entre la niebla. Dejo la mente en blanco. Saboreo miles de sensaciones que se agolpan. Escucho el silencio que suena a música celestial. Me dejo inundar por la madre naturaleza, por la tranquilidad que se respira. Me siento como una hormiga en medio de este universo, un convidado de piedra que saborea un auténtico manjar. Son minutos que saben a eternidad…

30.8.05

Taller de sueños


Paseando por una ciudad, preñada de turistas que mendigan momentos de tranquilidad mientras sus sentidos se inundan de sensaciones únicas, encontré este establecimiento: “Taller de los sueños. Todo lo que deseas está aquí”

Algunos entran y recorren las estanterias que se amontonan. Buscan regalos para llevar a sus seres queridos, y a sus compromisos sociales. Algunos se asoman a un espejo, y quizá atónicos descubran reflejados sus sueños en él. Otros se quedan en la puerta, mirando el escaparate antes de proseguir su camino. No necesitan entrar para sentir que los sueños van pegados a su piel, a su alma, que inundan cada poro, cada minuto de su vida.. Piensan que los sueños viajan con ellos, en esa mochila que algunos llaman sombra...

28.8.05

no soy más

No hay más que lo que ves.
No te enseñaré nada que tu imaginación no pueda dibujar.
No pintaré paisajes que en tus sueños no hayan ya aparecido.
No dejaré huellas en la arena de tu playa que el mar no pueda borrar.
No soy más que una silueta que algunos adornan a su gusto, unas líneas en blanco que algunos creen leer, un silencio que algunos intrepretarán como música

26.8.05

Aquella postal



El olvido ha teñido en sepia aquella postal que un día recibió. Nada queda de aquello, tan sólo cenizas, y algunos recuerdos que el tiempo ha endulzado mientras ha borrado otros. Todo cambia, cuando variamos la perspectiva desde donde miramos.

Esta postal la hicieron para ti”-aparece en el reverso. Palabras que suenan irónicas con el paso de los años. Ella ha crecido, Él ha envejecido, como las fotos en blanco y negro. El camino de los chopos se volvió silencio. Las hojas secas tapizaron el suelo, mientras a lo lejos, dos amantes dan juntos su último paseo. Atardeceres que dan paso a noches de invierno, “hasta prontos” que son adiós encubiertos.

Creían tatuados en su corazón momentos que debieron ser importantes mientras duraron. Eternidades que se tornaron suspiros, mientras buscan en su memoria aquel sentimiento que un día les tintó de rojo pasión sus pupilas.

“¡consérvala!, la tenía guardada para una ocasión especial, para una chica especial”-aparece escrito sobre la firma...

24.8.05

Vendedor de tiempo

Cuando la noche comienza si retirada, piensa en lo afortunada que es por ver desperezarse un nuevo día, mientras sus pies acarician el suelo. Otros no pueden hacerlo. Hipotecaron ese pensamiento en su afán consumista. Lo olvidaron en alguna parte del camino, mientras corrían tras una felicidad que probablemente nunca lograrán alcanzar. Otros comienzan a albergar esa sensación, ahora que ven esa figura negra con la guadaña recorriendo su mundo. Nadie nos dió un manual para aprender a vivir y si nos lo hubiesen dado, quizá tampoco lo hubiésemos leído. Algunos cuando reciben una carta con acuse de recibo con su sentencia, empiezan a vivir. Entonces, cuando el tiempo se les escapa de las manos.
Sólo nos damos cuenta de lo que tenemos, cuando vemos que apenas nos quedan unas migajas,…
Algunos se irán sin haber disfrutado ese último amanecer, sin haber iluminado una mirada, sin haber abrazado durante unos segundos a la vida. Otros, más afortunados, sólo recibirán el aviso. Lucharán por alargar esas migajas hasta el infinito. Aprenderán a saborear la ilusión mientras sacian su sed con esperanza.
No hay vendedores de tiempo. Lo que no disfrutemos ahora, se perderá como el agua del río camino del mar…

21.8.05

Me acuso

Me acuso de robar el cariño, los abrazos y los besos, de arrojarme al suelo y ponerme a jugar como cuando era una niña
Me acuso de querer a los míos, de ofrecer mi hombro y mi apoyo cuando lo necesitan. De alejarme cuando sus palabras hieren mi alma, y mi corazón se siente herido
Me acuso de robar tiempo, de soñar despierta, de colorear escenarios..
Me acuso de arrojar agua, cuando el fuego se enciende y arrasa todo lo que a su paso encuentra
Me acuso de callar, de encerrarme cuando el dolor me embarga, de buscar un rincón donde acunar mi alma…
Me acuso de ser yo, de sentir y pensar como me enseñaron desde niña.

19.8.05

Paginas

Hay páginas en blanco que hubiese preferido no emborronar jamás.

Sustantivos y adjetivos que debieron quedarse en el tintero en lugar de pintar escenas que nunca debieron ocurrir.

Palabras feas que un niño jamás debe oír, ni vivir.


Gestos que demuestran el amor y el cariño incondicional. Sacrificios que sólo se comprenden desde el corazón.


Tropiezos y errores que sólo añaden piedras al camino, por donde caminan no sólo los adultos, sino los niños.


Fechas escogidas para celebrar aniversarios y que se convierten en puntos de una frase, que aún queda por determinar si serán puntos y seguidos, puntos y aparte o puntos y finales.


Hay páginas que debieron ser cuentos de princesas , mundos pintados en rosa, horas marcadas por las muñecas,...

17.8.05

Por la verja

Recuerda aquel día en el que rompió su silencio y le lanzó su pregunta al aire. Aquellos ratos en los que se asomaba por la puerta del jardín, y se sentaba a su lado en aquel banco de madera.

Aquellas horas de conversación en las que el tictac del reloj era música celestial.

Momentos que fueron eternos mientras duraron, y aun lo son en su memoria.

Las olas borraron las huellas en la arena, el sendero que tantas veces recorrió. Aquel día sólo se asomó a la verja. “He venido a despedirme” fueron sus palabras, jarros de agua fría lanzadas en la noche más invernal.

Para alguno el sonido de la puerta al cerrar sonó como un adiós, para el otro fue un hasta pronto.


Los atardeceres se suceden y pintan de color naranja ese sol que ilumina ese jardín en primavera. Estrellas que brillan en las noches más oscuras mientras la verja sigue abierta y la luna se cuela entre lo barrotes


15.8.05

Es hora de

Es hora de empezar a recoger las cosas
de guardar sensaciones y recuerdos
de despedidas y lágrimas en los ojos

Llega la hora de regresar a la civilización
de abrir puertas que cerramos,
de desempolvar agobios que creimos olvidados

Es el momento de volver
aunque mi alma se quede aqui,
atrapadada entre las cadenas de la nostalgia

12.8.05

¡ay!

¡¡ Te echo de menos!!


11.8.05

Lugares olvidados

Paseando entre los estantes repletos de esa vieja librería de esa capital de provincias que adoro, encontré una mesa donde los libros se muestran amontonados unos sobre otros. Los ojos deambulan entre las fotos que aparecen en esas tapas que hablan de rutas y lugares de una tierra que me gustaría conocer como la palma de mi mano. Apenas si soy una aprendiz de todo, y de esta tierra en particular.

Miles de fotografias inundan las páginas de algunos libros, autores que parecen editar libros, como si fuesen churros. Hay demasiado “copy-paste” apilado en esa mesa dedicada. Monólogos que se suceden libro tras libro. Incluso aquí, hay grandes olvidados. Lugares que sólo atraen la atención de aquellos que un día pasaron por allí, y se dejaron seducir por su encanto virgen. Sitios a los que se llega por casualidad o por curiosidad…

10.8.05

Por la Muedra


He vuelto al pantano. Apenas si acababa de regresar y he vuelto a su regazo. Siempre me fascinó la magia que envuelve ese pueblo que duerme en el fondo. He buscado mucho hasta encontrar ese camino que lleva a la Muedra. Varios kilometros de camino de arena para llegar a un lugar donde una vez hubo vida, y hoy sólo se oye el silencio. Piedras que delimitan lo que un día fueron casas, y calles. Sólo el campanario permanece erguido. El resto de los edificios se han ido encorbando hasta caer al suelo…

Poner mis pies en lo que un día fueron sus calles ha sido cumplir un sueño. Quería estar allí, ahora que el nivel del agua lo permite. Sentir en mi piel la sensación de abandono, la desolación cuando alguien decide por ti que eso no te pertenece, la renuncia. El dolor que supone respetar la decisión de los demás.

Siempre me ha fascinado ese pueblo. Esa magia que se oculta entre el fango y los pinos. No se por qué, pero ese lugar, esa torre del campanario, me recuerda a mí.