2.11.05

Bajo un paraguas

El reloj marca la hora de regresar. La lluvia continúa cayendo como si fuesen lágrimas resbalando por el rostro de los edificios. Otro día más que se prepara para irse a dormir, y se perfuma con aromas de melancolía. Hoy la luna bailará su vals alejada de las miradas de lo curiosos que se asoman cada noche a la ventana, o de esos amantes que se comen a besos.

La calle está desierta. Sólo se escuchan unos tacones que se alejan sorteando los charcos. La noche invita a compartir ese paraguas que es demasiado grande para uno solo. Caminar juntos siguiendo el paso, mientras su brazo rodea mi cintura. Crear un mundo de caricias y besos en ese refugio que se pinta bajo esa tela multicolor. Escuchar sus susurros en mi oído mientras la lluvia forma una cortina alrededor nuestro. Saborear sus labios. Deslizar mis dedos entre su pelo. Detener el tiempo

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