20.11.05

Actriz [2]

La oscuridad es su aliada, la noche una fuente de inspiración y de reflexiones. A veces se pregunta, cuánto queda de esa actriz que se sube cada atardecer al escenario, cuando se pone a escribir. Nada y en el fondo todo.

Cuando empieza a teclear, se olvida de esos accesorios que la vida añade a nuestra rutina. Siente que es más ella, la esencia más concentrada de ese perfume llamado “uno mismo”. Frente al computador, en pijama y en zapatillas, busca rayos de sol que calienten ese cuerpo helado por el frío, un refugio donde esconderse de si misma o de esa caricatura que a veces aparece frente al espejo.

Hay momentos en los que la soledad le pesa demasiado, y la imagina como una losa que le aprisiona el alma y sus ilusiones. Ni siquiera puede interpretar su papel, se siente vacía.

Atrás quedaron las conversaciones con desconocidos que le prometieron la luna, y un crucero a través de las estrellas, confesiones del alma sin tapujos, sin vergüenza. No es lo mismo hablar frente a frente, que hacerlo sin mirar a los ojos, con el corazón en la mano, y los sentimientos a flor de piel. Para quien no busca nada, encontrar nada es suficiente, e incluso demasiado.

Está agotada de tantas batallas inútiles, de pintar cuadros multicolores que sólo ve en tonos grises, de fingir que no se entera de algunas mentiras.


Ella, la gran actriz que llena escenarios, está cansada de tantos aplausos, de regresar a casa cada noche acompañada por el frió que le congela el alma. Está hastiada de escuchar piropos y elogios de gente que sólo conocen el color de su colorete. Casi nadie está dispuesto a mirarle a los ojos con la cara recién lavada.

1 comentario:

  1. La soledad pesa y nos hace entrar en mundos a menudo ficticios, hasta que caemos en la cuenta que son eso, ficticios e imaginarios.
    Besos

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