29.12.08

Pinceladas de tiempo

No recuerda por qué un día pintó un esquema hasta su mundo ni por qué dejó la llave bajo el felpudo de la entrada. Es más, sigue preguntándose porque sigue allí acumulando el oxido de la ausencia.

Los impulsos no atienden a razones, son potros desbocados que sólo pelean por sentir la libertad. La razón es una cincha que a menudo les retiene, pero no siempre.

No se arrepiente de haber dejado la puerta entreabierta, de permitir ver que hay cuando se rasca un poco la superficie. Algunos miran un cuadro. Otros ven lo que hay detrás de ese paisaje, de esos colores, de esa textura.

Detrás de las palabras, de las metáforas hay una historia, unas sensaciones, unos principios que colorean las escenas que aparecen entre pinceladas.

Cada cuadro tiene una lectura diferente para el que lo contempla que, a veces, poco o nada coincide con lo que el aprendiz de pintor quiso expresar. Todo es un juego de luces y sombras, de sueños y realidades que se entremezclan, de momentos en los la vida coquetea con la inspiración, erizándonos la piel y permitiendo que las emociones dormidas, emerjan a borbotones desde las entrañas


"En un momento dado de la vida, morimos sin que nos entierren. Se ha cumplido nuestro destino. El mundo está lleno de gente muerta, aunque ella lo ignore." Goethe

19.12.08

Eres

Eres la voz del poeta que la ausencia no pudo borrar, la gota de rocío que acaricia las mañanas, el viento frío que acuna los silencios y arranca suspiros a las hojas secas…

Eres la ilusión que el corazón me prohibió olvidar, el tono añil con el que pintar el desteñido príncipe azul…

Eres el que suena entre los chopos del río, el que juega a escribir nombres en las cortezas de los árboles, el que se diluye cuando parece que podemos atraparlo…

Eres el sonido del agua impasible al pasar, el que guarda en su interior el secreto de las estrellas, el baile de olas de este mar de agua dulce…

Eres el ritmo de las ondas que pasan, de nadas que son todo, de todos que se diluyen en ausencias, el reflejo de la nostalgia en el agua, la mirada escéptica que se pierde entre la niebla, el ruido de los pies que se arrastran...

Eres la sonrisa que el tiempo no pudo robar…

14.12.08

Esta noche

En noches como hoy todo se siente demasiado, como si no pudiésemos desprendernos de esa mugre fría que nos asfixia e inunda el corazón. Todo parece adquirir unas proporciones inmensas que nos arrastran y nos golpean hasta lanzarnos lejos… y dejarnos exhaustos.

Son momentos de reflexión profunda, de dudas existenciales, de preguntas que se nos escapan de las manos, de balances que no cuadran, de silencios que gritan como demonios, de frío que cala los huesos y de lágrimas que se asoman al abismo.

En noches como ésta, siento el cansancio y el dolor en el alma, la desilusión y la tristeza en el corazón, los zarpazos de la desconfianza y la sinrazón de lo que no entendemos.

Hoy, y en momentos como este ahora, me debato entre luchar o tirar la toalla. Regreso sobre mis pasos a ese punto donde, quizá, confundí mi camino. Busco entre mis desgastados recuerdos esa pista que me indique en qué me equivoqué y cuál es el sendero a seguir. Siempre caminando, aunque uno no sepa casi ni de dónde se viene, ni hacia dónde se va. Arrastrando los pies, desmigando el alma para que nos sigan y nos encuentren, para que nos rescaten de esta soledad que a veces se hace tan amarga

En noches como hoy, busco esas palabras mágicas que abran la puerta de la ilusión, que tiñan de esperanza nuestros amaneceres, que sean bálsamo en nuestro lastimado ego, que sólo quiere ser, con una sonrisa.

Sí, en momentos como éste, vendería mi alma al mismo diablo, por unos brazos donde refugiarme, unos besos que me añoren, un corazón que lata y sienta al mismo compás que el mio...

13.12.08

Brillos mates

Un día escribiré nuestra historia. La tuya y la mía. La tuya en la penumbra, la mía en primer plano. Ya ves, a mí que nunca me gustaron los focos, que prefería caminar en la sombra, ahora me atrevo a situarme frente a ellos. Como esa casa en ruinas que soy, con grietas en mis recuerdos y rotos los cristales de esas ventanas que el viento vapulea hasta desencajarlas. Somos muñecos rotos, soldados heridos y abandonados a nuestra suerte, siluetas que se deslizan en la oscuridad.

Y sin embargo, un día un gato negro se cruza en nuestra vida, y todo cambia. Al menos durante un tiempo. Y durante ese periodo todo se viste de colores alegres y risas contagiosas… Como cuando éramos niños y no teníamos que preocuparnos por nada.

Escribiré mi historia para que el alzheimer no me la arrebate de mis recuerdos, por miedo a que las sensaciones dulces se tornen amargas, y olvide el sonido de tu risa. Quiero hacer eternos esos instantes, atrapar el tiempo que vivimos en pequeñas burbujitas multicolores y guardarlas como tesoros en nuestro tarrito de cristal.

Te encontré, cuando ya estaba de vuelta de todo, cuando un velo de escepticismo cubría el horizonte y dudaba de la existencia de los colores anaranjados del amanecer. Me hubiera gustado ser una araña que teje su tela para atrapar el brillo de la ilusión, la capacidad de mirar el futuro desde esa perspectiva, poder acariciar los sueños con la punta de los dedos. Necesitaba volver a creer en los Reyes Magos y tú me tendiste el bolígrafo con el que escribirles.

9.12.08

41.43 N 3.21 O


Mi infancia son recuerdos de una tierra roja como la sangre, que se ocultaba bajo un manto blanco cada invierno; de verdes promesas cada primavera y tonos dorados como el sol, cada verano…

Árida y fría, como la tristeza que se cierne cuando uno ve como camina hacia el olvido. Pasear por allí es empaparse de ese abandono gradual pero sin pausa que se asoma por allí, donde un día la vida brotaba a borbotones.

Hay lugares que no se entienden sin las personas, sin esos benefactores que hicieron resplandecer sus rincones… pero también hay personas que no son sin esa referencia. Es como si nunca hubiesen cortado ese cordón umbilical del que siguen alimentándose en la distancia. Quizá haya que volver allí, con ellos, para entender esa parte que se queda en las sombras, esa mirada que adquiere un brillo especial cuando la nostalgia y la ilusión se entremezclan. Ellos son y se explican, en parte, a través de esas coordenadas geográficas… Ellos. Nosotros. Yo.

4.12.08

Se hunde



El tiempo es el capitán de este barco, el que recorre pasillos y camarotes buscando algo que haga de tapón en medio de la tormenta, el que ordena que se reparta los chalecos salvavidas y se preparen los botes. Caminar por cubierta es peligroso. Resbalar y caer al mar del olvido es demasiado probable.


Cómo cambia todo, en apenas unos instantes. Porqué no nos asimos a la mano que nos tendieron. Porqué pensamos que nosotros podíamos avanzar solos. Porqué seguimos haciéndonos los remolones en este barco que parece zozobrar. Tal vez porque por un momento creímos que era nuestro hogar, y quizá aún lo sigamos sintiendo y sea ese el ancla que nos impide salir corriendo ….

3.12.08

Blanco

Se viste el paisaje de blanco como una novia en su gran día. Cubre con su manto el desorden de las cosas, limpia el suelo ennegrecido, atenúa baches y montañas, silencia aberraciones. Insinúa pero no muestra, deja que la imaginación vuele, que los sentidos se desperecen, que el viento frote nuestros ojos y limpie nuestras legañas.


Copo sobre copo como metáfora blanca, la vida continua bajo esa capa de olvido invernal, acompañada del calor de una chimenea francesa, con el tic tac de un reloj como banda sonora de nuestros días. Enaguas blancas y puntillas de escarcha en los tejados, témpanos de hielo que sucumben a la pasión de los primeros rayos de sol. Silencios que se tornan susurros de blandura, que acarician la tierra y la fecundan como un amante enamorado, en una noche de locura

2.12.08

Dibuja

Coge el pincel y dibuja mis curvas. Perfila mi silueta antes de que el sol se funda en el agua, y las estrellas sean los únicos testigos. Añade un poco de rojo pasión al verde esperanza, y colorea el lienzo de la piel. Extiende la pintura como si fuesen caricias, diluye besos. No te olvides de colocar estratégicamente los lunares...


Traza líneas y brochazos que se entremezclen como si fuesen olas salpicando mis pies, mientras la arena corre hacia el mar. Matiza el horizonte en el que ansío perderme. Ilumina la luna, que velará los sueños. Sigue añadiendo sombras, degradando colores como dos cuerpos que se envuelven hasta confundirse...


Ven. Toma el pincel y pinta nuestros sueños. Ponle color a nuestro horizonte. Sueña. Vive. Ama. Sonríe.

1.12.08

En venta

Nacemos y empezamos a prostituirnos aunque no vendamos nuestro cuerpo. Nadie nos habla de esas ataduras, más o menos invisibles, que nos coartan. Desde niños la educación que recibimos intenta dirigir nuestros pasos. Somos trozos de barro en manos de alfareros. Aprendemos de lo que nos enseñan, pero sobretodo de lo que vemos, del ejemplo que recibimos, de lo que no se dice pero se hace.

Crecemos y nos enseñan que el día a día es un trueque. Uno cambia lo que tiene por lo que quiere: tiempo por trabajo, trabajo por dinero, dinero por bienestar… y en este intercambio de cromos, algunos pierden incluso la única realidad que tenemos: nosotros, yo, tú…

La vida es una gran tómbola en la que casi todo está en venta. El tamaño de ese casi es diferente en cada uno de nosotros y nuestras circunstancias. Todo es relativo, el volumen de ese casi también.

Todos los días renunciamos a algo. Lo vendemos pensando obtener algo para nosotros necesario. A veces esas necesidades no existen. Son creaciones de esta sociedad consumista donde el tener es poder, y el poder resulta afrodisíaco.

Uno vende y sigue vendiendo... Vendería el alma e incluso la vida siguiente si existe, por un halago o por otra cosa.

Todos nos prostituimos diariamente, pero quizá la mayor prostitución sea dejar de ser uno mismo…