31.12.05

Adiós maestro


Esta tarde me guiñaste un ojo a modo de despedida. Después de 365 días juntos tu tren te espera en marcha. Tú y yo sabemos que no quiero que subas a ese convoy que te conjugará en pasado, que estiro estas últimas horas a tu lado hasta que se deshilachan y se rompen.
Son tiempos de reencuentros, de turrones y peladillas, de felicitaciones de corazón y otras de compromiso e hipocresía, de balances y propósitos de enmienda.


Has sido la estrella que acompañó mi camino, el sol que iluminó mis amaneceres y el arco iris que secó mis lágrimas. Has sido mi motor y mi freno, el cuaderno en el que he escrito mis días y he dejado mis huellas aun sin quererlo. Has sido el libro que he ido leyendo, y descubriendo mundos accesibles con tan sólo girar el pomo de una puerta. Has sido mi compañero de viaje, a veces en silencio y otras en una charla incesante.
Has sido mi maestro. Me has puesto pruebas amargas para enseñarme lo afortunada que soy. Me has enseñado a mirar hacia adentro para apreciar lo de afuera.

Es época de bienvenidas a prósperos años, pero no me olvido de ti, que aun moribundo me das hasta tu último segundo.
Hoy el atardecer que me regalaste fue tu forma de decirme adiós. Tú y yo sabemos que dejaste sembrados muchos sueños e ilusiones, que sin tí y sin tus instrucciones nunca podrían haber germinado...

Frases

Yo no tengo ideas; sólo tengo palabras y silencios. Marguerite Duras

Grabad esto en vuestro corazón: cada día es el mejor del año. Ralph W. Emerson

Somos lazarillos de nuestros sueños. Ramón Gómez de la Serna.

Los niños imaginan con facilidad las cosas que desean y no tienen. Cuando en su madurez conservan esa facultad maravillosa, se dice de ellos que son poetas o locos. Anatole France.

30.12.05

Ríos de tiempo

El reloj de péndulo no deja de anunciar la partida de los minutos. Es como si agitase su pañuelo blanco cuando el tren en el que el tiempo viaja comenzase a arrancar. Un eco que suena a condena repitiéndose en mi cabeza: Todo lo que no se disfruta se pierde irremediablemente.

Esas campanadas son puñales afilados que hieren mi alma. Quiero coger el tiempo entre mis manos, congelarlo durante nos momentos y disfrutar de la eternidad mientras te siento cerca. Pero los segundos son como el agua, se escapan entre mis dedos camino de ese río que corre a encontrarse con el mar. Y en su huida, se olvida de los detalles que hicieron esos instantes mágicos e inolvidables.

Todos los ríos de tiempo llevan entre los cantos rodados, pepitas de oro. Somos buscadores de ese preciado metal que llamamos tiempo, y pensamos que podremos guardarlo en una caja de terciopelo rojo, como se guardan los tesoros. Pero el tiempo no son pepitas sino polvo, soplos de aire que doran nuestras mejillas como el sol en pleno agosto. Y cuando intentamos atraparlo, se diluye dejándonos sólo recuerdos.

29.12.05

Llave


Discúlpame, pero cuando pase por tu casa, no pude evitar mirar si la llave continuaba tras la maceta de la ventana, como siempre escondías cuando ibas de paseo. Y a pesar de que han pasado muchos años, detrás de la hiedra estaba ese frío hierro moldeado por el herrero. Era tan grande como recordaba, y estaba tan helada como los chuzos que caían de las canales. Dudé si debía abrir aquella pesada puerta de madera ahora que ya no estabas, ahora que ya nadie vivía allí.

La cerradura seguía funcionando tan bien como entonces. Dos vueltas de llave y un empujón a aquel viejo portón abrieron aquella vieja casa que tantas veces recorrí cuando era niña. Las tela de araña han decorado muchos de los rincones, y el polvo ha cubierto casi todos los muebles.

Todavía está tu cajita de costura, al lado de la mecedora que tenías frente a la ventana, y en la mesa tus gafas siguen apoyándose sobre aquella revista que tú debiste leer. Parece que en ese lugar el tiempo se detuvo, en el mismo momento que tú te marchaste. En un rincón, cerca de la chimenea algunos troncos siguen esperando calentar tus manos a tu regreso.

26.12.05

Desearía

Si la suerte hoy estuviera de mi lado,
y a través del agujero de la cerradura
pudiese ver

Me gustaría mirar
cómo se refleja el mar
en tus pupilas

Desearía observar
cómo se iluminan tus ojos,
Cuando enamorado te sientes.

Me encantaría ver
Cómo te alegras y sonríes
Cómo recoges tus cosas,
Cuando te vas a dormir

No podría renunciar
a mirarte embelesada
cuando saludas al alba

Desearía acompañarte
En tu caminar diario
cuando vienes
y cuando vas

23.12.05

Puntos suspensivos

Hubo un tiempo que ahora parece conjugado en pasado en el que los puntos suspensivos fueron como migas de pan lanzadas en el camino, para que las palabras no se perdieran de una frase a la siguiente.

Eran el último escalón de esa escalera que a veces subía soñando tocar el cielo, y otras bajaba para bañarme en las aguas gélidas del infierno. Y mientras duraban esos tres puntos, que a veces ampliaba a cuatro o cinco, a veces acariciaba las estrellas y me dejaba acunar por la luna, y en otras ocasiones miraba atónita el paisaje que frente a mi se dibujaba.

¿Dónde se han ido los puntos suspensivos? Esos que acompañaron mis silencios y mis reflexiones, esos que fueron mis comodines cuando no encontraba las palabras apropiadas para expresar mis sensaciones, esos que fueron hilos dispuestos a tejer nombres, frases, versos...

20.12.05

En blanco

Amaneció como un día más de esos monótonos días de invierno, pero todo era distinto. Todo parecía recién pintado. Todo estaba teñido de un blanco inmaculado que nadie había osado manchar. Se dislumbraba como una postal navideña de esas que antes llegaban a nuestro buzón. Ahora también ese paisaje es extraordinario. Ni los inviernos son como aquellos acompañaron nuestras guerras de bolas de nieve, ni el cartero nos visita con postales manuscritas.

Ya nada es como antes, nos recuerdan a cada paso. Dicen que son instantes únicos, e irrepetibles como aquel primer beso que rozó nuestros labios.

Mirabamos atónitos. Parecía un sueño. Una imagen de esas que soñábamos cuando éramos pequeños.
Y sin embargo, ¡parecía tan real! ¡Ni siquiera desaparecía cuando frotamos nuestros ojos!

19.12.05

Última cena

Supe que aquella comida era mi última cena incluso antes de que me llegase aquella invitación. Decidí ir porque para mí, era una despedida sin palabras; el punto final a más de siete años en los que fuimos practicamente nada. No se puede decir adiós, a lo que nunca se ha tenido; pero a veces, se necesita reafirmar que uno es invisible para poder irse sin remordimientos.

Mientras los camareros comenzaban su baile de cacerolas, recorrí con la mirada las mesas repletas de desconocidos.

El código deontológico les llama compañeros; yo les llamo extraños. Se empeña en recordarme que un papel compró mi lealtad a esas siglas, y el sudor de mí frente a cambio de una transferencia bancaria a principios de mes.

Cuando salí por aquella puerta, supe que no habría más comidas en ese lugar, con esas personas como compañía. El reloj de arena había comenzado su cuenta atrás.
No se puede añorar, lo que nunca se ha querido


17.12.05

Frente a...

El suelo comenzó a moverse, como había soñado en noches anteriores. Las prediciones se empezaban a cumplir. No sintió miedo. Sabía que iba a ocurrir. En el fondo lo deseaba. La calma había empezado a sentir los primeros temblores del suelo sobre el que se apoyaba.
Le hubiese gustado tener una mano apretando la suya, unos brazos rodeando sus hombros a modo de refugio.
Cuando la lluvia comenzó a caer, recordó que siempre se enfrentó sola a las cosas. Nunca hubo nadie que le defendiese en las peleas, nadie que le dijese "no te preocupes, tu puedes. Yo te ayudo".
Cuando el terremoto empezó a mover su suelo, le hubiese gustado encontrar una escalera por donde escapar a un lugar seguro...

... Estaba sola pero no tenía miedo

15.12.05

Cambios

Se prevén cambios. Se respiran en el aire. Se sienten en la piel.

La tierra sabe que habrá alteraciones, que el letargo en el que estaba sumida ha acabado, que la sangre que la recorre empieza a bullir como cuando la vertedera comienza a removerla. Todo empieza a moverse bajo esos bloques de calma aparente que cubren la superficie. Es el tiempo de retirar la costra de cansancio de la piel, de sacar a la superficie las ilusiones, de preparar el corazón para la siembra. Es el momento de buscar nuevas semillas para que el ciclo de la vida vuelva a resurgir.

La intuición no falla. Siempre hay señales para los que buscan pistas, para los que se pierden buscando detalles.

Se huele. Se presiente. Habrá un torbellino de cambios, un desfile de piezas en ese tablero de ajedrez que se prepara para una nueva partida. Sin prisas pero sin pausas, es el momento de mirar las cartas que nos tocaron en el reparto y de preparar la estrategia a seguir.

Se vislumbran nuevos cruces en el camino, senderos que nos llevaran quién sabe dónde. Se abre una puerta hacía nuevas rutas, y en nuestro interior se oye “no tengas miedo, sigue adelante

14.12.05

Entre pinos


Estaba en medio de ese pulmón que oxigena aquella tierra. El destino la había abandonado a su suerte.

Una vez miró al cielo desde lo alto, ahora lo hace desde el suelo.

Antes bailaba con el viento y las nubes.

Ahora prefiere pasar el tiempo tumbada sobre la tamuja o jugar al escondite con los hongos y las setas

11.12.05

Envolver sueños

Hacer la cama es como envolver de nuevo los sueños entre los pliegues de las mantas, para que nos esperen cada noche y no escapen.. y no huyan (lasombradeunagota.blogspot.com)

10.12.05

De dónde

Muchos no saben cuál es mi nombre, ni dónde vivo, ni a qué me dedico; y sin embargo, la gran mayoría de la gente que me conoce, respondería sin titubear de dónde procedo, de dónde soy. Y eso me enorgullece, porque adoro esa tierra, mi tierra.

Hace años que empecé mi destierro, que emprendí mi camino hacia aquel lugar donde el corazón me lleve y las circunstancias lo apoyen; y sin embargo, si hay un lugar donde regresar, siempre será allí donde procedo.

No es sólo el nombre que rellena en mi carné de identidad el “nacido en”, es algo más. Es el origen de mi existencia, la tierra me dio cobijo y alimento cuando era una niña, el camino donde di mis primeros pasos y aprendí lo que soy en esencia.


Mi infancia son recuerdos de un pueblo,
donde el río baña las tierras rojas;
mi juventud, veinte años fuera de esta tierra,
mi historia, un largo camino por andar

7.12.05

Cuenta la historia


Cuenta la historia que hubo un pueblo que tuvo en jaque durante veinte años a diversos ejércitos romanos, que aguantó un terrible asedio, sin provisiones ni recursos para vivir, durante casi un año, y que sus habitantes amaban tanto la libertad que prefirieron morir antes que perderla.

Dicen que cuando los romanos entraron a la ciudad no encontraron ni a nadie vivo ni nada aprovechable, que todo había sido destruido por el fuego que habían prendido los que allí se suicidaron.

Narran que la ciudad resistió hasta el último suspiro del último de sus habitantes, que después fue reducida a cenizas, para que su memoria fuese borrada en las siguientes generaciones, y que se prohibió reconstruirla.
No lo consiguió. El final fue el principio de un mito que ha tomado raíces en nuestra historia y que ha ido creciendo.

Nadie sobrevivió, sólo unos pocos moribundos que fueron vendidos como esclavos. Las generaciones posteriores somos hijos de Roma, pero heredamos el carácter de aquella gente que “tenía el ánimo preparado para la muerte y el cuerpo para la fatiga, y luchaban contra ellos mismos cuando no existía contrincante exterior“, “que eran felices en la batallas y se lamentaban en las enfermedades”, que amaban la libertad más que la vida.

5.12.05

Escribir

Bajo mi almohada, el último libro de Sampedro, vela mis sueños. Como si fuese un eco, se repite insistentemente: ¿por qué escribes?. La misma pregunta que busca respuesta cada cierto tiempo, y que se abandona poco después sin responder. Decía Fernando G. Delgado, en la Mirada del otro, que “Un diario es un simple instrumento de la memoria, aunque no todo lo que se recuerda se haya vivido realmente o, por lo menos, no del mismo modo.”

Empecé a escribir como aquel que escribe una carta a una amiga, y sin embargo, aquella carta nunca llegó al buzón. Fue el inicio de mi “diario de ideas”. No era un diario al uso, porque para mi lo importante no era lo que pasaba en la vida, sino como lo veía desde mi retina, desde mi piel. Son ideas que un día cruzaron por mi cabeza, y encendieron la luz en alguna parte. Son pinceladas con palabras de momentos que pudieron ser reales o imaginados, pero al fin y al cabo vividos.


A veces escribo para no olvidar esas sensaciones que sentí, otras siento que necesito escupirlas como si fuesen un veneno que mastico y que no quiero digerir.

A veces escribo para hablar conmigo misma, como ahora, y poner en orden mis ideas y mis sueños.
A veces escribo para vivir, como Sampedro, y otras para recordar lo vivido.
A veces escribo para liberarme de mis fantasmas, y otras para aventurarme en una nueva aventura.
A veces escribo para confirmarme que soy muy afortunada, porque a la hora de hacer ese inventario de cosas, la vida ha sido extremadamente generosa conmigo.
A veces escribo para pintar de ilusión los días grises, y los momentos caóticos.

A veces escribo para hablar, otras para interpretar el silencio o simplemente para callar

4.12.05

HOY ME HAGO PASAR POR... (El juego de imitación)

Sabía que no iba a ser fácil este juego cuando me apunté. Pero ha sido bastante más difícil de lo que preveía. Lo mejor ha sido descubrir un blog que no había leído nunca, y que como previa Bito, me ha gustado mucho. Lo peor, creo que es la imitación... pero espero que no se moleste el imitado, y os recomiendo que busquéis y leais el original.

Pongámonos a imaginar por un instante y busquemos en la lista de los participantes. Ya se que no es fácil encontrar quien se esconde tras estas líneas, pero es lo que hay.
Habrá varios que lo intenten desentrañar. Me gusta. Quiero que lo hagan. Les voy a ayudar. No puedo decirles ni cuál es mi nombre, ni de dónde procedo. Les dejaré un relato...

Y el anciano cansado de no encontrarse cada vez que se miraba al espejo, le pidió al mago una pócima que transformase esa imagen en el mismo. El mago le dio el ungüento y le dijo que cada vez que no se reconociese frente al espejo, frotase sus ojos con aquel aceite. Aquella misma mañana, el anciano se asomó al espejo y se encontró con un extraño. Frotó sus ojos y miró atónito como las imágenes cambiaban, pero ninguna era la suya. Cansado, con lagrimas brotando de sus ojos, se alejó. Una enfermera lo mira desde lejos..¡qué lástima da llegar a viejo!

2.12.05

Caricias de agua

05-11-2004
Hace más de dos años que caí en tus redes de seducción. Desde entonces, cada martes, cada jueves, tenemos una cita. Nuestro nido de amor, es un mar hecho a mi medida. Preparo esos encuentros con mimo, mientras me visto para ir a tu encuentro. No hay sorpresas, los dos sabemos cual será el final,..

Apenas entró por la puerta, siento que estas ahí, esperando impaciente mi presencia. Me gusta hacerte esperar. Se que estás cerca, imaginándome, mientras voy quitándome prenda a prenda. Sólo dejo lo esencial, para ir a tu encuentro. Me gusta entrar despacio en tu escenario. Tú me miras fijamente desde lejos. Siento que me sigues con tu mirada azul. Me acerco sin prisa, dejo que huelas mi perfume de lilas recién cortadas y moldees con tu mirada mi figura de guitarra española.

Me gusta alargar los preámbulos. Ahora me alejo, voy a hacerte sufrir un poco más. Sólo serán un par de minutos. Me gusta que el agua de la ducha recorra mi piel mientras tú venderías tu alma al diablo por ser una de esas gotas… Se que esperas mi presencia impaciente… Me acerco con paso lento y decidido. Se que como siempre el primer abrazo será frío. Me gusta acercarme a ti, y probar tu temperatura con mi pie. Siempre repito lo mismo, ¡uff, que frío!, después me armo de valor, y me zambullo en tu mar, ¡ese mar tranquilo hecho a mi medida! Siento tus frías manos acariciar mi cuerpo, mientras yo voy y vuelvo. Te dejo seducirme con ese azul celeste que te envuelve. Y ese susurro que me dice palabras de amor en mis oídos…

A veces preparas para mi un espectáculo de sirenas enfundadas en trajes de colores, otras me invitas a un pase de ropa interior masculina…

Mientras mis ojos recorren esas marionetas que aparecen en mi camino, mi cuerpo va y viene entre tus brazos. Me gustan tus caricias, sumergirme en tus profundidades en busca de un tesoro,… me gusta deslizarme, sentir que me falta el aire,..

Pasan los minutos, el final se acerca. Los dos sabemos que no puedo más. Mi cuerpo está exhausto, cansado de tantas caricias,.. Tú te quedas ahí, mirando como me retiro lentamente de tu lado. siento tu mirada en mi espalda. Seguro que oyes mis pasos alejarse. el agua de la ducha correr… recojo mi ropa, coloco mi pelo…

El sonido de mis pasos por el pasillo será lo último que oigas… No miro atrás, no quiero ver si otra sirena ha ocupado mi lugar… Tu espérame, acicálate para la próxima cita.. ¡Hasta el próximo martes!

Ahora, cierro los ojos. Me gustaría estar ahí, a tu lado, coger aire, y deslizarme mientras saboreo tus besos de agua clorada...