Podría haber sido una más, haber probado la resistencia de los amarres, y regresar resignada al punto de partida, dejando que el tiempo trascurra tras los cristales. Dejando que la vida se conjugue en tercera persona, como si no fuese con ella.
No es diferente al resto, pero no es una más. Es la última antes de levantarse y comprar un billete de sólo ida…