30.4.09

TeSeLaS

Somos grandes mosaicos. Estamos hechos de teselas, unas grandes y otras tan pequeñas que pasan desapercibidas para casi todos. Las unas son las líneas maestras, las otras son esos pequeños detalles que hacen que las cosas tengan un matiz especial.

Somos, dicen, porque alguien nos piensa, porque alguien va uniendo esos pedacitos de puzzle hasta completarnos, y hacernos suyos. No es recopilar información, sino ir vistiéndose con nuestras ropas y colocarse nuestros zapatos.

Me pregunto si una vez que ya no estamos, habrá alguien que se preocupe en seguir uniendo las teselas que dejamos huerfanas y abandonadas. Si habrá alguien que se interese por esa persona anónima que fuimos, que busque en ese mundo en el que vivimos, pequeños fragmentos para moldearnos. Quizá no sea necesario escarbar mucho, ni sumergirse demasiado para darse cuenta de lo desconocidos que algunos podemos llegar a ser para el resto. Desafortunadamente, seguimos siendo teoremas, cuya demostración no interesa a la mayoría de las personas, con las que nos cruzamos en nuestra rutina diaria. Tal vez sea mejor así. Quizá seamos una versión moderna de esa madrastra que se asoma al espejo y en lugar de preguntarle quién es la más guapa, le indica con que imagen de todas las posibles se queda… Quizá vemos lo que queremos ver, porque es más fácil quedarse en la superficie que rascar y aventurarse a encontrar otras facetas que no esperábamos…

Quizá haya demasiadas anotaciones invisibles en ese diario que no escribimos…

28.4.09

Eternos amantes

Paseando por aquel camino de los chopos, donde los enamorados graban eternamente su amor efímero, uno no puede dejar de respirar ese romanticismo nostálgico que está impregnado en cada estrofa de agua.

Paso tras paso, uno no puede dejar sentir esa magia que palpita entre esos dos viejos amantes que se buscan cada amanecer, cuando esa tierra árida y fría se despierta bajo las caricias de ese río que la abraza hasta hacerla suya. Siempre ahí, a su vera, como esa sombra que la acompaña. Siempre, incluso cuando le da la espalda, el sigue ahí, ronroneándola, agasajándola con el trinar de los pajarillos cada amanecer, acariciándola con sus piraguas, poniendo una alfombra verde repleta de flores a sus pies cada primavera, esperando que le busque antes de que el sol se esconda…

El es el espejo en el que ella, desde lo alto, se mira tímidamente, el amante tierno y paciente que vive soñando y sueña viviendo con un nuevo despertar a su lado…

21.4.09

Titubeamos

Nacemos y la vida se encarga de ir colocando en nuestra mochila existencial pequeñas piedrecillas que, a veces, nos ayudan a tener los pies en el suelo y otras, son un lastre que nos impide volar con libertad. Los fracasos, las decepciones encharcan nuestras ilusiones y hacen que nuestros pies se hundan en ese fango que dificulta nuestro avance. Es fácil hundirnos en nuestras miserias, cerrar los ojos y sentir el miedo como una segunda piel.

Nadie nos habló de la letra pequeña que todo contrato, incluso el vital, encierra. Crecimos bajo la sombra de los desasosiegos de los que nos rodearon, absorbiendo como esponjas que somos. la ansiedad que el día a día produce. Y seguimos avanzando sacudiéndonos el polvo que se posa sobre nuestros hombros en este polvoriento camino que recorremos. A veces más que andar, arrastramos los pies. Nos sentimos torpes, indecisos, trabados por los miedos y las desilusiones. Avanzar se convierte entonces, en una lucha por abrir una senda en medio de un paraje donde las malas hierbas y las zarzas han crecido a su libre albedrío. La incertidumbre es nuestra compañera de viaje. También el miedo a equivocarnos, a tropezar de nuevo, porque sabemos que en cada caída, vuelven a despertarse nuestros fantasmas y a abrirse viejas heridas.

Nos repetimos, intentando autoconvencernos, que debemos saborear la vida sin miedos, pero no podemos dejar de enviar desde nuestro inconsciente señales de precaución, cada vez que giramos una esquina o pasamos bajo una escalera. Queremos volar libres, pero seguimos unidos a ese cordón que nos une con nuestro ayer… Recelamos de ese claro que aparece en nuestro sendero, buscamos la manzana prohibida que todo paraíso encierra y nos disponemos a morderla, porque nuestras desconfianzas e inseguridades nos impiden ver más allá.

Llevamos buscando tanto tiempo ese oasis que cuando lo tenemos frente a nosotros, no podemos dejar de preguntarnos si es real o sólo un espejismo, un juego caprichoso de la vida,… como aquellas pompas de jabón con las que jugábamos siendo niños y se explotaban cuando intentábamos atraparlas... Hemos crecido y ahora tenemos miedo, a veces, hasta de ilusionarnos

17.4.09

Riendo

No reímos porque seamos felices. Somos felices porque reímos. William James

La imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser. El humor los consuela de lo que son. Winton Churchill

La risa es como los limpiaparabrisas. Nos permite avanzar, aunque no detenga la lluvia. Gérard Jugnot

La risa es la distancia más corta entre dos personas. Víctor Borge

Unos persiguen la felicidad, otros la crean. Anónimo

8.4.09

Entre puntos y comas

¿Qué viene detrás de un punto?
¿De qué color es el silencio?
¿De dónde vienen los suspiros?
¿A qué sabe la lluvia?

¿Qué queda cuando ya no hay nada?
¿Por qué se deshojan las flores?
¿Cómo se llega a la isla del tesoro?
¿Qué es lo que nunca me dirás?

¿Cuánto son dos y dos?
¿Me miras o me ves?



1.4.09

Ocasiones especiales

A veces creo que ha llegado el momento de resumir estas décadas con aquel detalle que siendo apenas una niña me hicieron llegar y que durante estos años ha sido vigía de mis idas y vueltas.

Siempre pensé, o al menos al principio, que sería la copa de vino en mi mano en uno de esos momentos especiales, las burbujas de champan en las que bañarte, la rubrica de la firma... pero nunca llegó ese instante, o no supe reconocerlo... Dejé que envejeciese como buen rioja, sin miedo a que el paso del tiempo lo avinagrase y tatuase en él también, arrugas y canas...

Fiel compañero en este viaje sin retorno, no puedo dejar de preguntarme si esa ocasión existirá, si habrá una circunstancia en el que yo consienta que desaparezca entre las grietas de un instante efímero bendecido por sus intensas lágrimas rojas...