1.12.08

En venta

Nacemos y empezamos a prostituirnos aunque no vendamos nuestro cuerpo. Nadie nos habla de esas ataduras, más o menos invisibles, que nos coartan. Desde niños la educación que recibimos intenta dirigir nuestros pasos. Somos trozos de barro en manos de alfareros. Aprendemos de lo que nos enseñan, pero sobretodo de lo que vemos, del ejemplo que recibimos, de lo que no se dice pero se hace.

Crecemos y nos enseñan que el día a día es un trueque. Uno cambia lo que tiene por lo que quiere: tiempo por trabajo, trabajo por dinero, dinero por bienestar… y en este intercambio de cromos, algunos pierden incluso la única realidad que tenemos: nosotros, yo, tú…

La vida es una gran tómbola en la que casi todo está en venta. El tamaño de ese casi es diferente en cada uno de nosotros y nuestras circunstancias. Todo es relativo, el volumen de ese casi también.

Todos los días renunciamos a algo. Lo vendemos pensando obtener algo para nosotros necesario. A veces esas necesidades no existen. Son creaciones de esta sociedad consumista donde el tener es poder, y el poder resulta afrodisíaco.

Uno vende y sigue vendiendo... Vendería el alma e incluso la vida siguiente si existe, por un halago o por otra cosa.

Todos nos prostituimos diariamente, pero quizá la mayor prostitución sea dejar de ser uno mismo…

3 comentarios:

  1. creo que solo hay un 'algo' en la vida el cual no se vende sino que se obsequia, se regala...ese algo es el AMOR!
    ^^

    besitos!

    =)

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  2. La compra venta existe para este mundo de intercambios como lo más natural, sin sentido alguno de prostitución, o fuera de juicio. Hoy, cambiamos una cara por otra y mañana, esa, por otra... si es mala o buena, agradable o desagradable; ya es otro asunto dependiente del juicio, (tan personal, y voluble,también) pues parece imposible, para este ser humano; contemplar u observar cada cosa, animal o persona, sin tildarla de fea o hermosa, de mala o buena...Digo que parece imposible, porque no dejo de admitir que es posible mirar la rosa y decir que no es ni más ni menos que una rosa, más allá de si me gusta o elijo esa flor, como bonita o fea, para mi... y me la "compro". Cada día, intercambiamos cosas y a veces renunciando; pero la idea de que renuncias a algo esencial que da lugar a la posible prostitución, no es más que un juicio... y los juicios, por su relatividad, y vaivenes, no son inmutables, por tanto falsos... Tan falso, como condenarte a creer que puedes dejar de ser lo que eres esencialmente, por algo que ocurre momentáneamente en este vaiven mundano, al que entras, llorando ya, porque necesitas calor, alimento, cariño... y dispuesto a callar, ofreciendo las gracias al recibirlo.

    Un abrazo (a cambio de tu reflexión;)

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  3. "Nacemos y..." Me recuerda una preciosa serie de post tuyos...
    Quiero ser positivo y pensar que no nos prostituimos, que solo cambiamos cromos con la vida, el tiempos, el destino...


    besos

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