22.10.05

¿recuerdas?


¿Recuerdas? Apenas si han pasado un par de meses y sin embargo, con la lluvia en los cristales, parece como si hubiese pasado una eternidad desde ese momento. Pronto el agua cubrirá las rocas sobre las que doramos nuestros cuerpos al sol, y la arena de nuestra playa volverá a ser el fondo de ese acuario en el que nos bañamos. Volverán al anonimato los troncos de los árboles caídos, y las piedras ibernaran de nuevo.
Los robles que nos dieron sombra y cobijo han comenzado a vestirse con tonos amarillentos mientras los pinos siguen luciendo sus mejores galas verdes. El agua que aquella tarde refresco nuestro piel, continua siendo el espejo en el que cielo se refleja, aunque ahora su mirada no brilla con la misma intensidad y parece cabizbajo. El alboroto de las tardes de verano ha dado paso al silencio del otoño, a la nostalgia que se asoma entre las siluetas de esos arboles que le rodean, como si pretendiesen abrazar o reterner a ese barco que navega.
Volverá la nieve a teñir las cimas de las montañas, y el agua comenzará a inundar ese pueblo abandonado. Regresaran el silencio y la tranquilidad a ese lugar donde todo duerme. Habrá muchas más tardes al ladito de ese mar de agua dulce, pero aquella tarde fue especial

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