He vuelto al pantano. Apenas si acababa de regresar y he vuelto a su regazo. Siempre me fascinó la magia que envuelve ese pueblo que duerme en el fondo. He buscado mucho hasta encontrar ese camino que lleva a la Muedra. Varios kilometros de camino de arena para llegar a un lugar donde una vez hubo vida, y hoy sólo se oye el silencio. Piedras que delimitan lo que un día fueron casas, y calles. Sólo el campanario permanece erguido. El resto de los edificios se han ido encorbando hasta caer al suelo…
Poner mis pies en lo que un día fueron sus calles ha sido cumplir un sueño. Quería estar allí, ahora que el nivel del agua lo permite. Sentir en mi piel la sensación de abandono, la desolación cuando alguien decide por ti que eso no te pertenece, la renuncia. El dolor que supone respetar la decisión de los demás.
Siempre me ha fascinado ese pueblo. Esa magia que se oculta entre el fango y los pinos. No se por qué, pero ese lugar, esa torre del campanario, me recuerda a mí.
Esa torre que permanece firme reivindicando su ser entre las aguas....solitaria....inaccesible....
ResponderEliminarDesde que vi este paisaje con la torre saliendo de las aguas, tendría diez años, ha sido una de las imagenes que mas se ha repetido en mis malos sueños. Me pareció y me sigue pareciendo un sacrilegio que no se llevaran la iglesia a otra parte para que los desarraigados lugareños pudiesen rezar por su pueblo. Y mer parece una vergüenza que además se lo restreguen por los ojos.
ResponderEliminarVivo en Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina. Mis abuelos maternos eran los 2 españoles, y mi abuelo, en particular, nació en La Muedra y se vino chiquito a vivir a Argentina. Espero algún día conocer La Muedra y poder ver esa torre tan significativa. Mi mail es mdukuen@hotmail.com. Saludos!
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