30.10.08

Mirame

Hace tiempo que ese reloj de pared marca la hora en la que tú y yo nos encontramos en mitad del mundo. Un ritual que se repite día tras día, a la misma hora, en el mismo escenario. Una rutina que saca de la rutina o quizá la hace más profunda como esa soledad compartida que llevamos como ropa interior.

Apagas las luces y te escondes tras la cortina. Te asomas. Miras como un ladrón de momentos, de sensaciones... Dibujas con tu mirada la silueta que se desnuda. Acompañando desde la distancia las idas y vueltas por esa habitación que conoces mejor que la tuya… Sueñas con esa piel de terciopelo sedienta de cariño, perfilas esos labios que añoran besos de pasión… Dejas que la tentación te seduzca, te atrape y te arrastre a esos mares de provocación

Las campanadas del reloj marcan la hora. El telón sigue abajo otro día más… y ya van tres.

Suena el teléfono.

-Te descubrí tras la cortina. ¿Qué esperas? ¿Cómo es la vida sin ese momento? ¿A que sabe la soledad? ¿A dónde van los sueños que uno no se atreve a vivir? No te muevas de ahí. Corre la cortina si quieres. Hoy este espectáculo es para ti. Puedo quitarme la ropa. Soltarme el pelo. Dejarte soñar con mi piel. Desnudarme en esta intimidad falseada…

… que se diluye tras los cristales de una ventana en el décimo piso de un edificio cualquiera de una ciudad sin nombre…

3 comentarios:

  1. Pero resulta que no es un edificio cualquiera ni una ciudad sin nombre...


    besos

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  2. tal cual a Cenizas... existe, es... y está allí...

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  3. ... quién sabe, quizás mañana a la misma hora...

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