Yo no puedo tender mi hígado cada noche, y dejar que escurra llevándose con el alcohol mis penas ahogadas … Yo me quedo con mis pensamientos bailando recursivamente Paquito chocolatero, y recorriendo todas y cada una de esas baldosas que me llevan hacia el abismo.
Yo no puedo justificar las verdades a bocajarro con las cañas. Ni las ausencias, ni los comentarios hirientes.
Yo no puedo cerrar los ojos, y dejarme arrastrar.
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