Nacemos y el mundo desfila ante nuestros ojos. Nos intentaron enseñar el valor de las cosas mientras aprendíamos que dos y dos sumaban cuatro.
Ahora, observamos como los objetos que nos rodean han ido perdiendo su valor y han pasado únicamente a ser un precio. Todo parece devaluarse tan rápidamente como los dientes de león en un día con viento. Es difícil tomarle cariño a esos objetos que nos han acompañado los últimos meses, pero que abandonaremos en cuanto se estropeen.
Todo está condenado a rebajas y ofertas, a la moda que se renueva cada temporada. Las relaciones con las cosas se han enturbiado. Prescindimos de ellas en cuanto no nos sirven, en cuanto nos molestan. Los objetos son el primer eslabón, las personas y los sentimientos somos el siguiente.
Ahora, observamos como los objetos que nos rodean han ido perdiendo su valor y han pasado únicamente a ser un precio. Todo parece devaluarse tan rápidamente como los dientes de león en un día con viento. Es difícil tomarle cariño a esos objetos que nos han acompañado los últimos meses, pero que abandonaremos en cuanto se estropeen.
Todo está condenado a rebajas y ofertas, a la moda que se renueva cada temporada. Las relaciones con las cosas se han enturbiado. Prescindimos de ellas en cuanto no nos sirven, en cuanto nos molestan. Los objetos son el primer eslabón, las personas y los sentimientos somos el siguiente.
Hemos creado una sociedad que necesita sangre nueva constantemente, emociones que no perduraran más allá de los atardeceres.
Vivimos en un mundo donde todo parece devaluado, donde todo parece tener un precio, incluso las almas.
Para la mayoría somos un número: un código de identificación, un teléfono, un salario, el precio de una casa o de un coche, el crédito de una tarjeta visa, el prestigio social,…
Algunos son tasadores de todo y de cada instante. Se atreven a tasar una obra de arte, un mueble antiguo, un viaje, una vida,... hasta un beso o una caricia.
Otros creemos que lo único importante es lo que no se puede perder en un incendio. Defendemos que no se puede poner precio a los vínculos emocionales que nos unen.
Desgraciadamente, a veces, sólo descubrimos el valor real de las cosas cuando las perdemos...
Esto de valorar es tener los ojos bien abiertos, y me parece muy oportuno tu post y muy verdadero.
ResponderEliminarno soy sabia con el mundo...he vivido mucho y poco, pero siento que cada dia que pasa todo van tan rapido...que se olvidan valores y sentimientos.
ResponderEliminarque me encantaria sentir un mundo libre...y lleno de amor y paz.
gracias por tus saludos en Sucesos...sabes siempre guardamos algo...el amor es infinito
mi abrazo grande y que sea un buen fin de semana
besos y sueños
Hace tiempo que aprendí eso, que lo verdaderamente importante lo llevo siempre dentro de mí. Hace poco más de un año entraron ladrones en mi casa y me robaron las joyas que tenía.
ResponderEliminarNo fue difícil reemplazarlas por nuevas, pero lo que llevamos dentro no se puede dejar de lado.
Muchos besos
Más que devaluado, tiene un valor diferente, que muchas veces no es el indicado.
ResponderEliminarValorar va un poco más allá...como este sentimiento que nos dejas hoy.
Un biko!
En otras (mi caso) la vida te da la oportunidad aunque con dolor de valorar la oportunidad que te da la vida.
ResponderEliminarUn saludo
Así es nada más valorado que lo perdido. Nada más apreciado que lo que hemos estado a punto de perder.
ResponderEliminarBesos muchos
Tienes razon en eso de la devaluación y en que buscamos sangre nueva continuamente, ¿será por eso que la fidelidad, en general, a la pareja, a los amigos, a lo que uno es...está tan devaluada? Un besote.
ResponderEliminarEs tan contundente tu post que no necesita de más, (nada más valorado que lo que perdimos) dejo constancia de mi paso.
ResponderEliminarQue bella reflexion y que realidad en la misma.
ResponderEliminarSaludos y me encanto leer tu blog
Valor es algo tan subjetivo, como el individuo mismo.
ResponderEliminarDecimos que algo nos costó tanto,cuando alguién puso un precio por ello.
Decimos que algo lo valoramos, no por lo que nos costó sino por lo que nos supone tenerlo o perderlo.
Por eso lo que verdaderamente valoramos no tiene precio, y tanto añoramos cuando lo perdemos.
Será también por eso que tanto valoramos lo que de tí leemos.
No nos cuesta, pero es un lujo leerlo.
Poco importa lo que somos para los demás (Sobre todo para aquellos que no nos importan) Valorémonos y podremos valorar a quien queremos y a quien nos quiere¡
ResponderEliminarun beso¡¡¡
No nos enseñan a valorar lo esencial, Eso lo descubrimos a medida que vivimos, porque lo esencial no se ve ni tiene precio. Una vez se descubre todo lo demás deja de tener importancia.
ResponderEliminarUn beso
Desgraciadamente tienes razón en la última frase. Besosss, bonitas palabras en tu post, como siempre!
ResponderEliminartus reflexiones, hacen que piense, que medite.
ResponderEliminarLa foto, piedras y agua.
un beso.
En este mundo donde todo parece tener un precios real, contante y sonante, el valor sentimental está devaluado.
ResponderEliminarPara mi, el valor de la mayoría de las cosas que tengo no es material. Y sigo pensando que hay muchas cosas que no tienen precio...
Un abrazo
Completamente de acuerdo contigo, somos la generación de "lo quiero aquí y lo quiero ya", ni nos enseñaron a valorar, ni a esperar ni a conservar. Y cada vez va a más, algún día, la vida irá tan rápido, que ni la veremos pasar...
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo contigo, somos la generación de "lo quiero aquí y lo quiero ya", ni nos enseñaron a valorar, ni a esperar ni a conservar. Y cada vez va a más, algún día, la vida irá tan rápido, que ni la veremos pasar...
ResponderEliminar"Para la mayoría somos un número: un código de identificación, un teléfono, un salario, el precio de una casa o de un coche, el crédito de una tarjeta visa, el prestigio social,…"
ResponderEliminarPalabras sabias como siempre Ideas... La verdad que me dejas pensando mucho de lo que pienso, este mundo es de negocios, e incluso nosotros tenemos un precio para el mundo... Y eso lejos de enaltecer, denigra tanto a la humanidad, que da lástima ver los "avances" que hemos tenido como sociedad...
Precioso...
Un abrazo,
Y por fortuna también cuando estamos a punto de perderlas y no las perdemos.
ResponderEliminarBesos.
Es lo de la modernidad líquida de la que habla Zygmunt Bauman.
ResponderEliminarTodo intrascendental y efímero.
Pobres de nosotros.
Valorar lo que tenemos, antes de perderlo.
ResponderEliminarY valorarnos.
Tienes un blog precioso, muy "emocional".
besos.
no importa cuáles sean los valores "establecidos".
ResponderEliminarNadie podrá despejarnos de los propios...
un abrazo grande
Creo que lamentarse de "las cosas" que nos rodean sólo sirve para perpetuarlas. Porque con el lamento se instaura la pasividad, y con ella, se inicia el hacerse siervos de esas cosas... Este mundo existe porque nosotros lo hacemos así, y es nuestro hacer lo que lo pervierte. En la medida en que nuestro pensar, nuestro hacer y nuestro sentir cambia, "nuestro mundo" también tiene la oportunidad de cambiar.
ResponderEliminarUn entrañable abrazo
Hannah
Creo que el verdadero valor de lo que nos rodea, el ser humano lo aprecía el momento en que lo pierde
ResponderEliminarTriste realidad, pero es así.
"Desgraciadamente, a veces, sólo descubrimos el valor real de las cosas cuando las perdemos..."
ResponderEliminarEs una cruel realidad.Pero nos queda la esperanza de poder aprender a valorar desde ahora lo poco o mucho que nos queda.
Tus palabras nos enseñan a ser un poco mejor cada día.
Gracias y un gran abrazo con todo mi cariño. Ya sabes que te aprecio mucho.
Tristemente así es ideas, cuando perdemos algo escuando realmente le damos su justo valor, pero ya esdemasiado tarde, posiblemente vivamos demasiado deprisa.
ResponderEliminarBesos y abrazos.
y no vemos más allá de nuestras narices, y no sentimos que nos falta algo hasta que no podemos tenerlo y... da una pena... quizás algun dia aprendamos!
ResponderEliminarbesitos guapa!!
Ciertamente a veces valoramos tarde, pero de lo que aún estamos a tiempo, valoremos ahora!
ResponderEliminarValoremos la vida, por sobretodas las cosas :)
ResponderEliminarA VECES... NO TENDRÍAMOS QUE VALORAR... SI TUVIÉSEMOS LA VALENTÍA DE HACER LO QUE FUESE: INTENSAMENTE... COMO VIVIR...
ResponderEliminarGRACIAS POR UN MÁGICO RECORRIDO DE PALABRAS POR LAS VOCES...