Después de tantos días grises,
de caminar en el alambre a varios
metros sobre el suelo sin red, de sentir
el miedo en cada paso que das, uno se envalentona y da un pequeño paso al
frente. Tan minúsculo como significativo.
Es una promesa a uno mismo, un carpetazo a un tiempo pasado, una tirita
sobre esa herida hurgada en demasiadas ocasiones. Es poner el punto final a un prólogo
demasiado largo, para empezar a escribir el primer capítulo.
No hay un botón de reset, aunque
a menudo nos hubiese gustado. Tampoco un control-z, ni siquiera un control-c o
un restaurar ajustes de fábrica.
Pero en esta sociedad actual, uno puede nacer virtualmente tantas
veces como quiera, vestirse de domingo aunque sea lunes, y ser el más alto,
rubio y con ojos claros de todo el barrio, con tan sólo desearlo.
Empecemos...
Empecemos... yo ya tengo la tirita puesta aunque sigue doliendo... Vamos a pisar en tierra firme aunque sea extraño para mi...
ResponderEliminarTu fiel admiradora! ❤
Estoy espectante. Mucho ánimo.
ResponderEliminarMe gusta el control-z, me hace pensar, me hace pensar sobre lo que pasó y lo que va a ser, sobre volver y avanzar, sobre lo futil y lo importante... Son pocas las cosas que son importantes. El gusto de escribir es uno de ellas. Un abrazo
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