Hay trenes que te llevan a ninguna parte, y sabes , que cuanto más tiempo sigas en ellos, más costará el viaje de regreso, pero eso no es suficiente para bajarte en la primera estación. A menudo vivir, es pagar billetes que nos alejan de lo que somos o queremos ser, quizá para ver en perspectiva o simplemente porque cuando uno vive la locura empieza a apreciar la calma.
No hay caminos rectos, ni jardines sin malas hierbas. La precisión es una tarea de muchos intentos fallidos antes, de fijar la vista en el horizonte para no perder el equilibrio, de creer que uno puede hacerlo …