Cuando las manecillas del reloj se adelantan en medio de la noche, y nos roban una hora del domingo, siento que la primavera empieza. La luz de la tarde empieza a crecer como si necesitase iluminar a las plantas que empiezan a vestirse con hojas de todas gamas de verdes. Las flores multicolores llegarán después, cómo traca final de unos fuegos artificiales. El ciclo vital arranca de nuevo con cantos de apareamiento y promesas de rayos de sol. "Volverán las oscuras golondrinas" cómo escribía el poeta.
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