9.12.09

Espadas de doble filo

Dice el refrán que las palabras son espadas de doble filo que sirven para crear, describir, analizar, revivir,… lo que pasa por nuestra cabeza. Son bosquejos de una realidad que, al menos, existe en nuestra imaginación. Paraíso o infierno, luz u oscuridad, según el caso.

A veces son nuestros pinceles para soñar, dibujar mundos, pintar puertas por la que colarnos y soñar; otras, son los barrotes de nuestra cárcel, el candado sin llave, el frío interior…

Uno es  esclavo de sus palabras y dueño de su silencio. Quizá por eso uno se acomoda en ese colchón de sensaciones interiores hasta hacerlo una extensión de uno mismo y  una vez que uno se adentra en ese laberinto, encontrar la salida empieza a dejar de tener sentido…



1 comentario:

  1. Si uno es esclavo de sus palabras también lo pueda ser de sus imágenes? Tuve que pensar a parte de un texto que escribí hace poco en el post http://zambrone.blogspot.com/2009/12/kees-4-incluir-y-abrazar.html

    Si las palabras son espadas de doble filo, los silencios lo son también?

    Un abrazo

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