Ha pasado casi un año, desde
aquel día en el que me hiciste participe
de tus miedos. Aún recuerdo que te miraba y pensaba qué injusta era la
vida, y qué fuerte te veía a pesar de
todo.
Aún recuerdo los días en los
que me hundía poco a poco en mis
pensamientos y mis miedos. En los que
dudaba si todo era real o había sido un sueño. En el desasosiego que me impedía
preguntar directamente, y en los que pensé cuál era el paso menos malo para intentar
desenredar mis dudas. Y con todo lo que costo
verbalizar mis miedos, el
silencio fue la respuesta. Hubo un
tiempo en el que no supe si estaba
perdiendo la cabeza o si era real… Pero lo que me quedo evidente es que no tenía
a nadie cuando lo necesitaba.
Hoy un
comentario me devuelve a esa casilla de salida. No lo soñé. Era real. Aquella conversación
existió. Y durante este tiempo, hemos
estado buscando alguna pista que nos diferencia realidad de sueños… afortunadamente la realidad es mejor… al menos
una parte de ella.
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