27.6.22

IV.

 

¿A quién iban dirigidos aquellos mensajes? ¿Quién seguía pensando en  “mi” en cada atardecer, en cada  arcoíris,  en tantos detalles sencillos del día a día? ¿Quién era “yo”?

Lo admito, hubo momentos en los que  sentí miedo, en  los que pensé en bloquear su número,  pero también los hubo en los que me pregunté de quien había sido anteriormente mi número de teléfono, qué le había pasado, qué tipo de  relación “nos” unía, y hasta cuándo iba a seguir compartiendo  momentos “conmigo” aunque  sólo  recibiese silencio por mi lado. 

Con cada mensaje  volvía a poner  preguntas sobre la mesa, y a hacerme sentir un obstáculo en esa comunicación  unidireccional.  Me preguntaba hasta cuándo iban a seguir llegando mensajes, pero sobre todo, por qué no era capaz de contestar  un escueto “ te has confundido”, o algo como  “Este número me lo acaban de asignar y desconozco quien eres”

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