Aquellos mensajes eran
botellas que el mar arrojaba a mis pies erróneamente. No pedían auxilio, al menos explícitamente; pero me imaginé tantas situaciones detrás de ellos,
que cada vez entendía menos el
comportamiento de quien los enviaba ni de quien los recibía…
Por qué seguimos recordando
viejas canciones que nos llevan a momentos
únicos, pero no por ello felices, por qué nos seguimos fustigando con
las dudas cuando podríamos intentar aclararlas si las expresásemos en voz alta, por qué preferimos seguir mirando hacia otro lado, como si no fuesen
con nosotros las cosas en lugar de dar un paso al frente…
Por qué …
Por qué …
Por qué cuando pasaban semanas en
silencio, me preguntaba si se habría cansado
ya, si estaría bien, … La vida
era eso, esperar el siguiente mensaje
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