29.1.25

Parroquia

Sé que tengo la parroquia desatendida y me gustaría tener la capacidad de dejar mi sermón semanal, pero sinceramente, cuanto menos escribo, menos ganas de hacerlo tengo. Puedo justificar mi ausencia con razones que son excusas, con alegatos a mi falta de tiempo, motivación e incluso inspiración. Y quizá en este momento que vivimos, valdrían para pasar de curso, cubrir expediente y seguir dándole vueltas a esa rueda como si fuésemos un ratón.

Escribir siempre ha sido una manera de ordenar ideas, de fijar pensamientos en el corcho de la memoria, de compartir dudas existenciales.  Pero, a veces, a una le gustaría reinventarse, cambiar no sólo el color de sus zapatos, sino atreverse a caminar descalza o subirse a un alambre a 20m sobre el suelo.  Después uno mira sus pies y los ve anclados al suelo, a la rutina, arrastrando miedos e inseguridades.

No prometo misa semanal, ni rosario diario, … pero voy a tratar de atender este pequeño templo con el mismo cariño, y con más asiduidad

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