Cuando apareció el miedo, las nubes ocultaron el sol y se desató la tormenta. Corrimos a buscar refugio sin mirar atrás, cómo aquel naufrago que se lanza al agua cuando ve que la barca se empieza a llenar de agua en busca de una orilla que aún lejana parece un lugar seguro.
Cuando la tormenta empezó su baile de truenos y relámpagos, la duda se caló hasta los huesos, y las sonrisas se borraron… el invierno llego en Julio y los 35º no eran suficientes para calentar el vacío que se expande.
Cuando llego la titubeo, el silencio fue el refugio donde esperar que el aguacero arrecie,...
Donde esté yo , siempre tendrás un refugio....
ResponderEliminarTu fiel amiga y admiradora