Nacemos y contamos los años como si fuesen primaveras, aunque hayamos nacido en mitad del mes de enero. Vamos añadiendo dedos a esa cuenta, con la ilusión de quien sueña con hacerse mayor.
Un día descubrimos que ya los tenemos todos, y en algún momento de reflexión nos preguntamos por qué crecer nos hace daño, en qué momento dejamos de desear seguir haciéndolo.
Descubrimos que aquellos árboles bajo los que jugábamos siendo niños, no eran de hoja perenne sino caduca; que la explosión de color de la primavera acaba en tonos marrones tras los rayos de sol veraniego; que las flores se marchitan y el olvido son las arrugas de la vida.
Dejamos que la inercia fuese el mulo que arrastrase nuestro carro en algunos ratos del camino, mientras nosotros deshojábamos una flor que nunca respondería nuestras preguntas. Vimos como el horizonte se vestía con nubes negras, pero nos quedamos ahí, observando como los rayos y los truenos se enzarzaban en sus peleas.
Alguien nos dijo que detrás de la tormenta hay un arco iris para los que saben esperar. Calados hasta los huesos, con el miedo pegado en la piel, preguntándonos si hacíamos lo correcto, permanecimos ahí, alimentando la llama de la ilusión y los sueños.
Cuando la tormenta arrecia, la calma vuelve. El olor a tierra mojada lo impregna todo. La vida renace a borbotones y desde el cielo, un az de luz multicolor nos hace un guiño. Todo florece. Nosotros también. Somos un jardín en primavera, así como la literatura es la infancia por fin recuperada.
Un día descubrimos que ya los tenemos todos, y en algún momento de reflexión nos preguntamos por qué crecer nos hace daño, en qué momento dejamos de desear seguir haciéndolo.
Descubrimos que aquellos árboles bajo los que jugábamos siendo niños, no eran de hoja perenne sino caduca; que la explosión de color de la primavera acaba en tonos marrones tras los rayos de sol veraniego; que las flores se marchitan y el olvido son las arrugas de la vida.
Dejamos que la inercia fuese el mulo que arrastrase nuestro carro en algunos ratos del camino, mientras nosotros deshojábamos una flor que nunca respondería nuestras preguntas. Vimos como el horizonte se vestía con nubes negras, pero nos quedamos ahí, observando como los rayos y los truenos se enzarzaban en sus peleas.
Alguien nos dijo que detrás de la tormenta hay un arco iris para los que saben esperar. Calados hasta los huesos, con el miedo pegado en la piel, preguntándonos si hacíamos lo correcto, permanecimos ahí, alimentando la llama de la ilusión y los sueños.
Cuando la tormenta arrecia, la calma vuelve. El olor a tierra mojada lo impregna todo. La vida renace a borbotones y desde el cielo, un az de luz multicolor nos hace un guiño. Todo florece. Nosotros también. Somos un jardín en primavera, así como la literatura es la infancia por fin recuperada.
Deshojamos días como margaritas, ansiando saber las respuestas, pero con la esperanza d q la siguiente flor nos dirá q sí ante nuestros sueños...
ResponderEliminarBesos mil !
De nuevo expresas muy bien con tus palabras una bonita reflexion. se nota que vives la estacion de la primavera, muak
ResponderEliminarFlorecemos, nos marchitamos y el ciclo se abre y se cierra mientras el sol ilumine los campos y las raices beban agua de lluvia.
ResponderEliminarUn puñadito de besos
quiero ese arcoiris.
ResponderEliminarbesos.
Somos un jardín en primavera, así como la literatura es la infancia por fin recuperada.
ResponderEliminarMe gusta.
Saludos
En realidad no dejamos de florecer. Nos marchitamos por un tiempo para volver plétoricos al poco, en el peor de los casos, al mucho. Pero volvemos a florecer con hojas maduras.
ResponderEliminarBesos muchos
"Cuando la tormenta arrecia, la
ResponderEliminarcalma vuelve."
Me quedo con esa frase totalmente, y espero que se me convierta en una realidad, porque en el trabajo estos últimos días he tenido una experiencia tan fea, que la verdad me he quedado sin palabras. Pero en fin. El texto precioso, insisto y no me cansaré de hacerlo, cómo es que sacas tantas cosas tan reales y bellas de tu interior.. Impresionante.
Un abrazo enorme,
que linda eres
ResponderEliminarme encanta como tomas el sabor de la magia en todo
gracias, cada vez que te leo busco dentro de mi lo que a veces no veo o he dejado en el camino
solo que sin ser genio, ni hada ymensos princesa, busco solo calmar mi alma
mil besos ymil gracias por estar ahi siemre conmigo
mi abrazo grande y mi cariño
besos y sueños
Somos flores caducas
ResponderEliminaren el letargo de una vida.
Besitos.
Espero no dejar nunca de crecer. Espero ser de los que siempre puedan celebrarlo. Pero sobre todo espero seguir floreciendo y que con cada primavera pueda además de sumar años, seguir sumando sueños...
ResponderEliminar"Nacemos y contamos los años como si fuesen primaveras, aunque hayamos nacido en mitad del mes de enero."
ResponderEliminarHace unos dos años en el mes de enero te conocí y me contagiaste con esto de los blog. Fue muy lindo y muy bueno para mi.
Hoy debo tomar otros rumbos pero no queria hacerlo sin antes pasar por aqui y decirte cuanto te quiero y agradecerte por ser como te dije en una oportunidad MI MAMÁ BLOGERA.
Te dejo el abrazo el beso más grande que te hayan dado en tu vida.
Muchas pero muchas gracias por todo, por tu amistad y solo te dejo un deseo:
¡¡¡Que Dios te bendiga grandemente!!!
Siempre debo reflexionar a la vez que te leo. Me encanta.
ResponderEliminarY esa frase final que por sí sola es ya todo un post lleno de significado.
Un beso!
Aunque no tengo demasiada paciencia espero ese arco iris también.. Siempre me haces pensar;) un beso grande! y una flor..
ResponderEliminarbuen finde
Hasta el árbol más seco vuelve a reverdecer :)
ResponderEliminarEs algo que siempre engo presente...Después de la tempestad, siempre llega la calma y en seguida de una noche fría y oscura le vislumbra un nuevo amanecer :)
Un saludo.
;o)
Tb es bonito sentir que después de las hojas caídas florecen otras nuevas...Si permaneciéramos igual, inmóviles y/o perennes sería muy aburrido, verdad?
ResponderEliminarbesos
También los tonos marrones son hermosos, hay olvidos y hay remembranzas que renacen,....sí, detrás de cada ocaso existe un nuevo amanecer.
ResponderEliminarEs bellísima tu reflexión, para mí, leerlas es como una primavera.
Besos.
Ummm el tema del paso del tiempo puede ser uno de los que más quebraderos de cabeza me dan, supongo que porque no me apetece nunca que llegue el invierno, que pase la primavera. Aunque me ha gustado eso de la literatura, aporta, de alguna forma, esperanza, o al menos el sentir que no todo está perdido.
ResponderEliminarCreo que nunca lo tenemos todo, quizás siempre quedé algo por descubrir, hasta el día en que dejamos de contar...
ResponderEliminarBesitos ideas
Somos flores "recurrentes" florecemos, nos marchitamos, florecemos, nos marchitamos...
ResponderEliminarcomo el sol sale y se esconde... cada dia...
besos¡
Siempre nos llenas de energía y cosas hermosas entre tus palabras...graicas por ello!
ResponderEliminarMil bikiños y que tegnas un buen fin de semana!
¡Cómo me ha gustado tu post! Florecer es tan mágico, tan real, tan sublime... Cuando siento pequeños desazones, miro en mi interior y me abrazo; es como tener la confianza en uno mismo de salir de cada bache que ponga el camino. Se que ahora todavía tengo mucha energía que se verá reducida según pasen los años, pero las ganas de vivir espero que no me falten nunca...
ResponderEliminarPorque me gusta la vida, sentir los rayos del sol y disfrutar de mis amigos.
Un post precioso...
Qué ciertas todas tus palabras...
ResponderEliminarUn abrazo.
Y nos quedamos quietos, inmunes, casi sin hacer nada, simplemente contemplando, contemplándonos en esta nuestra, a veces, inexistente existencia.
ResponderEliminarMuchos besos y buen descanso.
Cuando la tormenta... luego la calma, si señora, tal cual. La primavera nos vuelve un poco mas vulnerables? lo vengo leyendo en otros post... pero lo dudo.
ResponderEliminarA veces nos quedamos en la inercia... A veces, más allá, la inercia se rompe en mil pedazos, o la rompemos nosotros, o nos la rompen...
ResponderEliminargracias por tus palabras
ResponderEliminarsi aunque vuelva a mi isla y me refugie en ella, siempre tendre que volver al mundo
pero sabes, ahi en esa isla logro tomar fuerzas, y envolverme en recuerdos que simpre logran sacra una lagrima y sonrisas
mi abrazo grande y gracias por tu compañia
mil besos y una bella semana
besos y sueños
El pasar de los años esconde cierta trampa. Hay puntos en la vida en que llegamos a pensar que no hemos hecho lo que debíamos. Esta falacia nos puede llegar a sumir en una absoluta tristeza, melancolía o inactividad. Desgraciadamente "pensamos" en esos casos con el corazón y no con la cabeza. Porque, cualquier cosa que emprendamos supone una decisión; y se tome la decisión que se tome, está bien tomada por el hecho de haberla tomado. ¿Por qué se olvida esto tan fácilmente?
ResponderEliminarParece una sentencia filosófica afirmar que cada edad tiene sus virtudes y que a cada momento le basta su afán; o al menos la cotidianidad no asume esto. Los tránsitos entre etapas son traumáticos. La voluntad va por un lado, queriendo madurez en la infancia, adolescencia en la vejez e inconsciencia en la madurez. La razón, por su parte, se adapta al olvido sabiendo que tiene la última palabra y el último auxilio (salvo en los lamentables casos en que las circunstancias la sumen en el olvido).
Siempre hablamos de "primaveras"; porque siempre germina algo. Hasta el último momento, más o menos desconocido, siempre puede brotar algo nuevo y lleno de vida, algo que gozar como se gozan las cosas que permanecen: como un instante. Pero me temo que aún no hemos educado la voluntad para que deje de ser veleidad o capricho y se adapte a ser auténtica voluntad, capaz de asumir su valor independientemente del tiempo en que transcurra. Esa educación nos convertiría en seres naturales, ajenos al tiempo pero anclados en el ciclo de la vida.
La primavera siempre vuelve, todos los años, es la promesa cumplida... Creo que cuantos más años de vida acumulamos, más apreciamos ese florecer porque nuestra experiencia se va llenando de nuevos brotes, porque los miedos de juventud dan paso a la ilusión de esa otra juventud eterna en nuestro Ser. He vivido 53 primaveras y las conservo todas en el fondo del alma. Quiero seguir renaciendo, reconociendo nuevos brotes, que lo de dentro se perciba fuera y viceversa.
ResponderEliminarUn besito
Me encantó el comentario del "Anónimo", aunque cuando dice:
ResponderEliminar"se tome la decisión que se tome, está bien tomada por el hecho de haberla tomado"
más me parece un consuelo premeditado, un autoconvencimiento de que no podía ser de otra manera, y, así de esta forma y conscientemente se está evitando un sufrimiento o un arrepentimiento posterior.
Creo que es una manera muy cómoda, demasiado racional de llevar la vida,....pero la vida es algo más de razón y naturaleza,!!!!!!!
ideas, disculpa el cruce y la intromisión.
Un abrazo para tí y otro para el anónimo.
De nuevo estoy por aquí recreándome en la sentencia filosófica y en el tránsito del anónimo.
ResponderEliminarBesos ideas y gracias anónimo tus palabras dan qué pensar.