Nacemos y ese dato rellena casillas en miles de formularios el resto de nuestra vida. Un lugar, una fecha que se repite aunque no tenga sentido en ese momento. Un dato insignificante para aquellos que se sienten ciudadanos del mundo. Pero el tiempo, el mundo, la historia adquiere su máxima expresión cuando los arrastramos a nuestra vera, cuando los vivimos en primera persona. Las cosas comienzan a ser cuando las nombramos con nuestra voz, con nuestras palabras. Es entonces cuando el velo de la indiferencia cae, cuando esa flor de ese jardín en primavera deja de ser una más, para ser nuestra flor. La única. Aquella que reconoceríamos en cualquier lugar.
Pasamos de lo abstracto a lo concreto. Vemos las cosas desde nuestra retina y las sentimos como si fuesen caricias en nuestra piel. La parcialidad es un cheque al portador. Nunca estaremos demasiado lejos para ver objetivamente.
Nombrar es dar vida a las cosas, vestir de gala a un vagabundo, convertir nada en todo en nuestro mundo,.. ese mundo que es porque nosotros existimos, y nosotros somos porque alguien nos nombra…
Pasamos de lo abstracto a lo concreto. Vemos las cosas desde nuestra retina y las sentimos como si fuesen caricias en nuestra piel. La parcialidad es un cheque al portador. Nunca estaremos demasiado lejos para ver objetivamente.
Nombrar es dar vida a las cosas, vestir de gala a un vagabundo, convertir nada en todo en nuestro mundo,.. ese mundo que es porque nosotros existimos, y nosotros somos porque alguien nos nombra…
El mundo se empeña en que seamos simplemente eso: un dato, un número, pero nosotros nos esforzamos en ser algo más...y a fe que lo conseguimos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Puedo nombrarte?
ResponderEliminarPermiteme llamarte dulzura.
Besitos.
Lo que no se nombra no existe, o no se conoce... lo primero que hacen unos futuros padres es pensar en el nombre de su hijo; una niña lo primero que hace con su muñeca es ponerle nombre, o a una mascota....hasta entonces no eras suyas...
ResponderEliminarPor eso cuando perdemos a alguien repetimos su nombre muchas veces para hacernos la ilusión de que aún existe, aún es nuestro... pero entonces ya no sirve de nada... y lloramos como si las lágrimas borraran los nombres escritos en el corazón...
(qué serio me he puesto...¿no?)
besos¡
...cuando las moldeamos con la arcilla de nuestro devenir por la vida.
ResponderEliminarReflexivas palabras como siempre.
Saludos
Por eso te nombro. Porque yo nombro lo que me agrada, y todo lo que pasa por mi vida, dejando algún tipo de huella.
ResponderEliminarUn abrazo.
nombrar es poner un nombre desde el principio del lenguaje, desde el inicio de la palabra… y sigamos nombrando...
ResponderEliminarnombraremos todo lo que nos rodea, todo lo que nos hace sonreir.
ResponderEliminarEl arcoiris en el horizonte.. me hace sonreir.
besos.
Dicen que todos hablamos un lenguaje diferente cuando hablamos en nuestra defensa propia; y creo que eso se ajusta perfectamente a el hecho de que cuando vemos las cosas con ojos propios, en pirmera persona como dices, todo es más intenso, e incluso más grande en muchos sentidos que lo que sucede a los otros, a nuestro al rededor....
ResponderEliminarUn abrazo,
Pero nombrar también es, por contra, petrificar. A no ser que la palabra fluya y cobre vida en cada uno (ardua labor).
ResponderEliminarSiempre comulgué con esa distinción de ídolos (prejuicios o errores que impiden acercarnos a la naturaleza) que hiciera Francis Bacon: ídolos de la tribu, de la caverna, del mercado y del teatro. Los ídolos del mercado o de la plaza provienen del lenguaje y su nombrar "incorrecto".
En eso del nombrar me quedo con "Man gave names to all the animals" de Bob Dylan. El hombre dio nombre a los animales... después se dedicó a dejar de ellos sólo eso: el nombre.
Stat rosa pristina in nomine et nomina nuda tenemus
Un cordial saludo
Me encanta nombrar cosas...en mi propio mundo y lenguaje...me fascina...hermoso lo de hoy, lleno de matices!!
ResponderEliminarMil bikos.
es hermoso lo que dices y como lo dices, y creo al contrario que maura que siempre enriquecemos las cosas al nombrarlas, las reinventamos, las cosas estan ahi para nombrarlas...
ResponderEliminarNombramos, adornamos sentimientos en poemas con un nombre en mente, describimos nuestro mundo desde los nombres q nos rodean, apellidos, títulos, términos cariñosos q sustituyen identidades. Como cada miércoles un placer leerte. Besos y un fuerte abrazo!
ResponderEliminarSin nombres no somos, sin nombres nada es porque para que sea, aunque exista, no será para nosotros si no sabemos nombrarlo.
ResponderEliminarUn puñadito de besos.
Ojalá fuera capaz de vestir de gala a un vagabundo...
ResponderEliminarun nombre... algo tan simple que encierra tantas cosas... letras ordenadas sin niguna conexión que nos producen tantos sentimientos... precioso!!
ResponderEliminarbesitos guapa!!
Anónimo esperemos que de nosotros quede algo más que el nombre. Es un gusto leerte también a tí.
ResponderEliminarBesos ideas.
Nombrar es hacer la cosa "un poco propia". Es distinguirla sobre todas las otras, sobre lo colectivo.
ResponderEliminarLúcido y bello tu post, como acostumbras, querida ideas.
Un beso
La palabra es generadora, al nombrar damos vida, se saca de lo abstracto lo nombrado para personalizarlo
ResponderEliminarUn beso
nombrar, etiquetar, clasificar...nos hacemos un esquema del mundo, de la realidad...y cuando ese esquema no se asemeja a lo encontrado...renombramos??
ResponderEliminarNombrar...mirar con propios ojos...
Saludos
Tenemos esa manía, la de querer poner nombre a todo lo que miramos o tocamos. A todo lo que tenemos o perdemos...
ResponderEliminarBesos
.....tal vez eso sea lo único que quede de todo: el nombre.
ResponderEliminarBesos amiga.