31.5.06

Educamos

¿Nacemos, nos hacemos o nos hacen? Llegamos a este mundo, vestidos únicamente con una herencia genética. La educación y el entorno en el que crecemos, son las ropas con las que nos vamos engalanando.

Nos cortaron el cordón umbilical y nos vistieron de blanco. Empezamos a contar desde cero, a rellenar silencios y a practicar mirando. Éramos apenas unos niños de tres años y ya habíamos aprendido casi todo en el tema de la emocionalidad. El resto era jugar según las reglas del juego de la vida, observando. Siempre observando.

Algunos mayores olvidan el sentido común que aplican en su vida, y se comportan como niños con sus hijos. Han pasado de ser padres a ser amigos. Delegan su educación y cuidado en terceros. Acallan su sentimiento de culpabilidad, siendo permisivos y generosos cuando están con ellos. El miedo a enfrentarles es el abono de esos niños que saben cómo usar el chantaje emocional para conseguir lo que ellos quieren.

Los bebés crecen. A veces se sienten los tesoros de la casa y, otras, los estorbos que impiden vivir eternamente como si tuvieran 30 años a sus padres.

Paren y, algunos olvidan que incluso la mejor semilla requiere cuidados y abonos para crecer…

12 comentarios:

  1. Para educar se requiere ser antinatural y, por ello, maleducado.
    Sólo la naturaleza y los instintos educan. Todo lo demás es un artificio que, conforme creces, vas deformando.
    Sobre las formas que se inculcan a un niño, después él dibujará muecas grotescas y levantará esperpentos.
    Las formas que educan sólo pretenden contener artificialmente la tempestad.
    La educación es una deformidad.
    Como bien decía Voltaire, la civilización no elimina la barbarie, la perfecciona.
    Se ha plantado la educación como el "deber ser" en el terreno de lo que realmente es; de ahí la esquizofrenia del fruto.

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  2. Hay una parte de naturaleza que cuenta, otro tanto de herencia genética, otra parte de condicionantes de educación, aprendizaje...

    Somos un cocktel, resultado de muchas variables, a la mayoria de las cuales no se les da la importancia que en verdad tienen.

    Un abrazo

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  3. Yo estoy empezando a ser madre y la verdad no se a quien le duele más, si a mi hijo o a mí.
    Es duro pero se que es lo que tengo que hacer, se que no puedo ser su amiga, soy su educadora, su madre. Soy la que tiene que poner las normas, y la que muchas veces será su verdugo.
    Pero eso sí, siempre va a recibir mi amor.
    Besos

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  4. Que razón tienes, se es padre en el momento en que se concibe esa semilla, que necesita de cuidados para germinar y brotar en todo su esplendor durante toda la vida.

    Saludos

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  5. Educar no es fácil...
    Me dedico a ello, como padre y como profesor... y no es fácil... al final, creo que la mejor educación es el ejemplo... que la disciplina es importante, pero también la comprensión, que las reglas existen para entender que hay un camino que seguir, pero que ,a veces, pueden romperse, si queremos sentarnos a un lado y echar un vistazo a nuestro alrededor... hoy en día falta educación, mucha educación, porque falta dedicación, compromiso, interés, emoción, implicación, comprensión, autoridad, ilusión y un montón de otras muchísimas verdades...

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  6. Se puede educar; pero, ¿en qué? ¿En principios? ¿En cómo desenvolverse entre los demás? ¿En adaptación? Si es así, lo que menos se necesita es educar. El individualismo es una selva fecunda para que germinen los mejores especímenes; y el individualismo no requiere educación ni convivencia: es agreste e implacable con todos (y sobre todo con uno mismo).
    ¿Educar límites y principios? ¿Para ver cómo son incumplidos y generar decepción tras decepción? ¿Enseñar procedimientos para ser los mejores? Eso no se enseña, se arrebata en una lucha sin educación.
    ¿Educar para mostrar las vergüenzas en una pantalla? ¿Para sentirse digno donde la indignidad es victoria y ley?
    Formamos a inocentes para que aprendan qué es la culpa (triste formación y necesaria formación); les formamos a imagen y semejanza, pero... ¿de qué modelo? Ya no hay imágenes ni semejanzas; hay que ser original y creativo como un activista de Salsa Rosa o Gran Hermano.
    Quizás educamos cuando enseñamos a competir, a mostrar las fauces, a devorar; a reivindicar porque sí y a escaquearse siempre.
    No corren buenos tiempos para la dialéctica y se echa de menos la solidaridad (aunque provenga de un Catilina).
    Hubo una edad de oro para la educación antes de que desaparecieran todas las edades. Esa es la cuestión: ya no hay edades. Es muy difícil saber quién es el educador y quién el educando.

    Un saludo

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  7. bufffff.....
    ¡Vaya tema! Una opinión fundamentada: La dejación irresponsable de muchos padres en la educación de sus hijos va a volver en forma de avalancha que cubra los valores esenciales de una sociedad civilizada.
    Es muy fácil echar la culpa "a la sociedad"... la sociedad somos cada uno de sus componentes.

    sorry.

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  8. Anónimo1/6/06 00:28

    ANÓNIMO,

    pudiera hasta entender que estés desencantado de la educación, pero siempre, a lo largo de la historia, cuando algo ha estado prácticamente hundido, de las propias cenizas ha resurgido una edad de oro.
    Puede que "ya no haya edades" para muchos pero sí quiero creer que las hay para la educación.
    De acuerdo con el anónimo en que la educación no es todo lo que él ha expuesto pero no se debe perder la esperanza ni la ilusión.
    Yo entiendo que educar es desarrollar las facultades intelectuales y morales, dirigirlas en pro de la tolerancia y la cortesía, y perfeccionar los sentidos para así poder disfrutar a tope de la vida.

    Ideas gracias por hacer posible estas reflexiones.

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  9. Anónimo1/6/06 10:26

    Los padres, vamos intentando educar de la mejor manera; cada hijo es diferente, y necesita una forma diferente de ser educado.

    No obstante, es tan dificil... tan dificil.

    Y al final, lo único que pretendo, es que ellos sean felices.

    un beso

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  10. Anónimo1/6/06 16:06

    Estamos en la época en que los padres obedecen a sus hijos, en que sus hijos dictan las reglas, los procedimientos, los castigos, y los padres cautelosos de no ser "malos padres" se convierten en personajes permisivos que únicamente saben mover la cabeza para asentir...

    Es terrible ver las situaciones en las que se confunde todo, ya no se le enseña a nadie lo importante, se cree que con enviar a alguien al colegio, a la universidad, se hace mucho, o se hace todo.. Pero la verdad es que no se logra nada...

    El valor fundamental de la educación es enseñarle al educando a no depender de la educación formal, a ir más allá, a no limitarse... Pero qué pasa en realidad, se "educa" en dar a conocer los derechos que tienen los jóvenes, en lo que se debe hacer por ellos, etc... Para verlos frustrados porque no rinden para cubrir lo que se espera de ellos, o para verlos en la pantalla asesinando a alguien inocente por pura diversión... No se les enseña lo que ellos deben hacer na la sociedad también, en construirse interiormente, en crecer espiritualmente, en ser personas de bien...

    La vida, las generaciones, cambian... Ahora es la época de obedecer a los hijos, o de lo contrario ser -para el mundo- un pare agresor, o malo... No hay límites bien definidos, ni nadie que se atreva a establecerlos...

    Un beso,

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  11. Anónimo2/6/06 05:18

    Hola Ideas :)

    Creo que para lo único que no se estudia es para ser papás :( Realmente solo me ha tocado estar de un solo lado (hija) y aún no entiendo como le hicierón mis padres para educarnos (a sus hijos) No recuerdo malas palabras ni tampoco golpes, pero si tengo fijos muchos recuerdos de amor. Creo que en mi caso la educación se ha basado en el ejemplo, no hay otra forma.
    En la actualidad cada vez es más difícil pues la juventud es terriblemente rebelde :( pobres profesores y papás :(

    Un abrazo.

    ;o)

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  12. Anónimo2/6/06 05:32

    Nunca acabaremos de estar como deberiamos ser,pero seguimos intentandolo. :)

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