Desembarcamos en este mundo ligero de equipaje, pero con los bolsillos llenos de esa capacidad de sorprenderse que se pierde según vamos creciendo. El cristalino de esta sociedad pierde flexibilidad a la par que nosotros nos vamos adaptando sin revelarnos a esa perdida gradual. Las arquitecturas personales se devalúan, se vuelven opacas,… Es una especie de amputación de alguno de los fragmentos del alma –piensan algunos. Es una especie de tirita que protege las heridas del alma –dicen otros.
Esta sociedad moderna avanza a pasos agigantados, aniquilando esa sensación que hace que nos frotemos los ojos para ver si estamos viendo bien, anestesiando ese mundo de emociones que sacuden nuestro interior cuando algo incomprensible nos ocurre… En estos tiempos, sorprender es un valor en desuso, lo raro se ha convertido en común, y lo incomprensible es demasiado frecuente en nuestra vida diaria.
Demasiada información, demasiado de todo, va arruinando ese rincón humano habitado por la inocencia y la sensibilidad. Ese conformismo y esa mediocridad que amenaza con convertir en más de lo mismo nuestros días crecen sin que nada ni nadie ponga barreras.
Quizá lleven razón los que piensan que la perdida de esa capacidad de asombro, nos va convirtiendo poco a poco en seres grises, en estatuas de sal
Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender. Ortega y Gasset
Cierta voluntad de dejarse sorprender es necesaria.No podemos mandar la caballería de la razón, lógica, sentido común... por delante arrasando el campo, pues lo dejamos sin flores.
ResponderEliminarbesos
Es tan cierto que nuestra capacidad de sorprender(nos) se va perdiendo con el tiempo...Aun recuerdo la sorpresa del primer beso que se volvio en roce de labios cansado con el paso del tiempo. La sorpresa del primer "te quiero" convertido hoy en palabras banales que salen por la boca cuando sales por la puerta de casa, vacía ya de sorpresas. Hagamos un esfuerzo por hechar la vista atras, por olvidar lo que sabemos y redescubrir la vida una vez mas. Besos!!!!
ResponderEliminarEl fragmento no shace reflexionar y no sdamo scuenta de que si cada vez nos sorprendemos menos de lo ue pasa, est acambiando el mundo o somos nosotros los que cambiamos
ResponderEliminarHay que mirar cada día con los ojos de un recién nacido.
ResponderEliminarNo te sorprendas... siempre me gustó tu blog
ResponderEliminarPues a mí me encanta sorprenderme ante cualquier cosa. Si me queda atontada mirando como nieva, o con los gorriones revolcándose en la tierra. Y estaré así toda la vida.
ResponderEliminarBesos