19.2.09

Renunciamos

Nacemos con los ojos cerrados. Quizá por eso no distinguimos los juegos de sombras en la oscuridad. Nos obsesionamos con retener instantes fugaces, con buscar una felicidad que se nos escapa de las manos y nos sentimos insatisfechos cuando no logramos nuestras metas. Llevamos demasiado tiempo siendo molinos pero somos incapaces de retener el viento.

Estamos hechos de sueños y engaños. Los científicos dicen que nuestro cerebro es crédulo, que activa el mismo grupo de neuronas al percibir la realidad que al imaginarla. Pero nosotros preferimos teñir nuestro mundo del color de nuestro ánimo, y adentrarnos en él, como si fuese un bosque encantado. Vemos la realidad que queremos ver, escuchamos lo que queremos escuchar… Somos subjetivos inevitablemente. Nadie puede ser imparcial cuando forma parte…Algunos dicen que nunca llueve sino diluvia. Los pequeños chubascos y las ligeras lloviznas apenas nos molestan. Pasan desapercibidos, casi ni las notamos. Sólo cuando hay un verdadero chaparrón nos hacemos conscientes del clima. Y entonces, nuestro cántaro cae al suelo, se desparraman nuestras ilusiones y nuestro mundo se rompe en cientos de trozos de loza. Los límites se difuminan como lágrimas en el mar. La alegría y la pena están separadas por una frontera del grosor de un sedal para las personas sensibles. Para ellos, vivir es caminar por el filo de ese cuchillo, asumir el riesgo de la emociones en su estado más primitivo, jugar cada juego como si fuese quizá nuestra última partida.

Vivir es suscribirse los vaivenes de la vida, pasar o aceptar el órdago que nos lanza cada amanecer. Autoengañarse es un paraguas en un día de viento y lluvia, un préstamo temporal a un alto interés. No hay secretos para vivir o, quizá haya demasiados. Apenas una gota puede separar el todo al nada, el vacío al lleno… No somos el burro al que el granjero coloca una zanahoria a unos pocos centímetros de si para que siga dando vueltas a la noria, y si lo somos, lo somos concientemente. La vida está llena de abandonos, de promesas caducadas, de sueños rotos. Dicen que querer también es renunciar. Es admitir nuestros límites. Asumir que quiero pero no puedo… Es mirarse desnudo frente al espejo y, a pesar de nuestros defectos, quererse…

Hay días en los que uno se levanta de la cama convencido de que ha llegado el final de un viaje…

5 comentarios:

  1. Tu texto me ha llegado muy adentro...me siento ahora, pese al sol que ilumina la tarde, tal y como describes. Vivo en la montaña rusa de las ilusiones, ayer sonreia sola caminando por las calles una llamada, una mirada, un gesto. Pequeñas cosas que para mi eran la vida. Hoy, la misma mirada, los mismos gestos, pero quizas una palabra fuera de lugar me hace caer al vacío de la desesperanza...Renunciar a lo que queremos..es eso posible? y aunque nos queramos a nosotros mismos, podemos sentirnos completos sin poseer el amor anhelado? Ahora lloro en silencio, sin lagrimas en los ojos, pero se que mañana, inevitablemente me volveré a ilusionar. Una mirada, un gesto, una palabara en el momento adecuado, una palabra que quizas solo sea eso, una palabra detras de la cual yo veré, otra vez, el cielo abierto.
    Besos!

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  2. Madre mia...he leido tus palabras y me han encantado..aunque, sobre todo, el último párrafo y las dos últimas frases.

    Cómo me suena eso de promesas caducadas, y eso de que querer tambien es renunciar...

    Lo difícil es poder llegar a asumir muchas cosas y estar convencido de otras tantas... quizá es que esperamos demasiado de la vida... y nos pasamos también, demasiado tiempo, soñando con cosas que no llegarán...

    Un besito fuerte

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  3. Ese relato tan perfecto es una manera resumida de describir la realidad de este mundo!!
    Me encanto!!... y ha llegado muy dentro de mi corazon!


    que estes bien
    cuidate!
    ^^

    .·* Alexsandra *·.

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  4. hace casi dos años,en ocutbre del 2007,escribir algo parecido a tus ideas de hoy;
    y tienes razon,"admitir nuestros limites",es el camino para encontrar el equilibrio.
    sabio articulo.
    me gusto mucho.
    besitos.

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