Curva a la derecha, pasas un puentecillo y aparece. Cambia la carretera, el firme, el nombre, el ancho de la calzada... ¡hasta el aire parece distinto cuando uno cruza esa línea imaginaria que divide el todo en partes!
¡Por fin en casa! –uno piensa, aunque aún quedan kilómetros por recorrer. Pero éstos tienen perfume de recuerdos y colores de infancia, saben a promesas dulces y momentos entrañables, son suaves como caricias, tienen calor de hogar y abrazos interminables. Es la cuenta atrás hasta llegar al paraíso más personal, ese al que uno regresa para encontrarse, ese con el que uno sueña cuando esta lejos, y disfruta cuando está en él.
Haga frío o calor, llueva o relampaguee,... Siempre ahí, como el padre espera al hijo pródigo, con los brazos abiertos,... Esperándonos…
Estar en casa, saber de donde vienes. Y sientes que puedes relajarte, no ha que convencer a nadie de quien eres, porque ya lo saben. Es sonreir, sentirte cómodo en casa. :)
ResponderEliminarfuzzy
Hace unos 15 años, en un garito de la Plaza San Miguel nos presentaron. Tus ojitos tan vivos me pusieron nervioso, te dije que tenias nombre de vaca.
ResponderEliminarHOy sigo diciendo lo mismo, pero he visto como escribes y se me saltan las lágrimas
A Anónimo,..
ResponderEliminarDespues de tantos áños, aún te acuerdas de mi? Juegas con ventaja, yo no sé quien detrás de ese "anónimo", y creeme me encantaría saberlo..
Gracias por esas lágrimas...
Es una despedida
ResponderEliminarKKK
No entiendo nada...
ResponderEliminar¿quien se despide? ¿por que? ¿quien eres?
por eso es una despedida
ResponderEliminar¿por que despedirse ahora?
ResponderEliminarno me hagas decir lo que siento por aqui
ResponderEliminarVaya, vaya...
ResponderEliminarParece que sí que hay esperanza. Me alegro mucho.
Es en tus palabras donde encuentro los colores. Y en tus silencios.
Ya puestos...¿habrá señales moradas? Es un color que sienta muy bien.