Dicen que todos llevamos en nuestro interior un narrador y una historia que contar pero que no todos somos capaces de hacerlo. El modo y el cuándo depende de cada uno de nosotros y de nuestras habilidades. Es como si nos hubiesen abandonado en medio de un laberinto sin instrucciones y tuviésemos que hallar la salida. Encontrar esa herramienta en la que expresarnos es el primer peldaño de esa escalera. No es fácil hallar ese utensilio con el que crear y percibir espacios. Recuerdo que de niña, dibujar era mi manera de enseñar mi mundo y, sin embargo, con el paso de los años mi torpeza con los lápices de colores ha ido en tal aumento que hoy me siento incapaz de hacerlo. Quizá no haya nada que contar a través de esa paleta de colores, y el lienzo deba continuar esperando otra mejor ocasión o, tal vez no haya historia que contar.
La imaginación es una trabajadora infatigable. La realidad también, pero quizá, el subconsciente sea el ausente más presente en esas historias que se tejen. Siempre he creído que es el guionista de nuestros sueños, el que mueve desde la lejanía los hilos de nuestro comportamiento.
Todos tenemos algo que narrar o, acaso, sea más adecuado pensar que hay una historia con miles de ellas entremezcladas esperando el momento adecuado para salir a la superficie. Volcanes dormidos esperando entrar en erupción, silencios que aguardan ser liberados de su secuestro.
Lanzo de nuevo mi caña a ese lago donde los peces son relatos de viajes reales e imaginarios que anhelan ser contados. El anzuelo se hunde, el sedal se tensa… Tal vez al otro extremo del hilo, esté mi historia o, posiblemente de nuevo, un viejo zapato olvidado…
La imaginación es una trabajadora infatigable. La realidad también, pero quizá, el subconsciente sea el ausente más presente en esas historias que se tejen. Siempre he creído que es el guionista de nuestros sueños, el que mueve desde la lejanía los hilos de nuestro comportamiento.
Todos tenemos algo que narrar o, acaso, sea más adecuado pensar que hay una historia con miles de ellas entremezcladas esperando el momento adecuado para salir a la superficie. Volcanes dormidos esperando entrar en erupción, silencios que aguardan ser liberados de su secuestro.
Lanzo de nuevo mi caña a ese lago donde los peces son relatos de viajes reales e imaginarios que anhelan ser contados. El anzuelo se hunde, el sedal se tensa… Tal vez al otro extremo del hilo, esté mi historia o, posiblemente de nuevo, un viejo zapato olvidado…
A mi jamás se me dio bien dibujar. Quizás fue por eso que me volqué en la música y en la danza.
ResponderEliminarSaludos
Pero un zapato puede dar mucho de sí. Para un niño pequeño podría ser el barco de un muñeco; para una araña, su refugio; para un actor, un teléfono; para un juego, "la zapatilla por detrás"; para los que reciclan, un objeto completamente nuevo; para el que anda descalzo, reducir a la mitad las heridas de sus pies...
ResponderEliminarTodos llevamos una historia dentro, y cada uno la cuenta a su manera, pero todos tienen algo en común: un viejo zapato olvidado...
¡Un saludo Ideas!
Yo no dibujo bien ni tengo interés en hacerlo. creo más bien que he nacido para escribir, para hablar de
ResponderEliminarAmor
Tú sí eres capaz de contar tus historias...
ResponderEliminarSabes de palabras eso nunca lo dudes por eso cada vez que pasamos por aquí te dan deseos de volver siempre por tus letras.
ResponderEliminares cierto que todos tienen algo para contar, lo bueno es hacerlo, y dejarse llevar por elpoder de las palabras.
ResponderEliminarte dejo un saludo.
Todos tenemos algo que narrar y quizá se nos pase el tiempo y no seamos capaces de hacerlo, o quizá, un día sin saber como, las letras aparecen a borbotones en la mente y entonces hemos de aprovechar ese tremendo regalo.
ResponderEliminarBesos
Estos esbozos que compartes no son un zapato olvidado!
ResponderEliminarQueremos más
:)
Zapatitos de cenicienta que se pueden romper como frágil cristal.
ResponderEliminarEn los dibujos soy como una niña extraviada, escribiendo creo que es dónde encuentro mis zapatillas cómodas de deporte.
Cada uno tiene un zapato para usar buscar nuestra horma es el camino.
Besitos
Wow... sabes casi me has hecho llorar, sí, sé que soy sumamente sensible, pero es que me he remontado a tantas cosas que ni siquiera sé si tenían algo que ver con esto..
ResponderEliminarDicen que mientras uno escribe sabe lo que quiere expresar pero que nunca sabrá cómo será interpretado a cada palabra... Cada uno, mientras lee, saca o busca algo de sí, que a veces ni siquiera sabe cómo surge...
Un fuerte abrazo amiga mía, desde este pequeñito país...
Quizás en el fondo siempre esta la única verdad....
ResponderEliminarMil bikos.
cuando era pequeña no sabía dibujar, los lápices se revelaban, nunca obedecían mi trazo pero al crecer encontré una maestra de la enseñanza, alguien que me dijo cómo manejar las pinturas, como deslizar los colores. No era yo la que no sabía, fueron los que debieron enseñarme los que fallaron. Siempre hay alguien que puede enseñar a pescar zapatos viejos.
ResponderEliminarUn beso
Que ya veo que no se te ha olvidado escribir...
ResponderEliminarUn beso.
Cierto todos tenemos algo que narrar. Todo consiste en abrir el saco de las palabras e ir pegándolas en el aire, para que la historia cobre vida. Y tú tienes habilidad para ello..Un besote.
ResponderEliminarTú eres capaz de pintar realidades que parecen sueños!!!
ResponderEliminarNo dejes de lanzar la caña! ;).
G
Cada persona llevamos dentro mucho que compartir.
ResponderEliminarPintas maravillosamente bien arcoiris para cuando lo necesitamos.
Tus palabras nos acompañan, y también nos hacen viajar y sentir.
besos.
Para pensar....
ResponderEliminarSaludos de una bloguera de Miami
Buen artículo
ResponderEliminarCierto, siempre hay una historia tejiéndose.
ResponderEliminarSaludos
eres re linda, siempre sorprendes
ResponderEliminarmil besitos y una linda semana
cuidate
besos y sueños
Lo importante es tener el vehículo que nos ayude a expresarnos, bien sea un lápiz, la voz, un pincel o un instrumento...Lo importante es saber sacarlo fuera y transmitir...
ResponderEliminarabrazos!!!
Pero todos esos zapatos forman la historia.
ResponderEliminarMaravilloso texto, ideas.