Nacemos y es como si nos soltasen en un laberinto con una única entrada y múltiples salidas. Habitamos una isla, rodeados de un mar en el que ahogaremos nuestra existencia y nuestro recuerdo. Papá nos acompañó y guió el primer tramo del camino, después aprendimos a volar solos.
Sentimos la velocidad en nuestra piel, y la adrenalina inundando nuestro cuerpo cuando nos lanzamos por primera vez por aquel tobogán. Desafiamos la gravedad cuando nos impulsábamos en el columpio intentando tocar el cielo con la punta de los pies. Entonces jugábamos a vivir, sin ser conscientes de que cada paso que dábamos, avanzábamos hacia un horizonte. Ni siquiera nos planteábamos hacia dónde íbamos.
Después comenzamos a escoger. Nuestro camino se lleno de cruces, de múltiples alternativas que nos acercan a unos objetivos y nos alejan de otros. A veces fuimos valientes, otras actuamos más temerariamente. Hubo momentos en los que nos lanzamos a la piscina, sin ni siquiera haber comprobado si había agua dentro, y en otros momentos no nos atrevimos a bañarnos por miedo a perder la ropa.
Somos los capitanes de nuestro barco, las manos que dirigen ese timón que las circunstancias bambolean. Somos los que decidimos nuestra ruta, los que hinchamos las velas para dirigirnos a un puerto u otro. Somos los que, en un determinado momento, determinamos que es necesario replantearse el viaje, cambiar de rumbo, regresar a casa o continuar tras un sueño.
La vida es un laberinto sin salida. Sólo decidimos el recorrido, el lugar donde descansaremos cuando estemos fatigados, o la cima que nos gustaría escalar. Somos el resultado de nuestras decisiones. En cada una de ellas algo muere y algo renace…
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decidir...implica elegir, descartar...y no siempre aquello que decidimos o escogemos es aquello que nos conviene, a veces ni lo conseguimos...la vida es una camino, y por desgracia, a veces no se puede regresar...
ResponderEliminarbesos
fantásticas entregas ;)
Decidimos es cierto, pero a veces forzados incluso por nosotros mismos.Por no contar lo que pesan las circunstancias que nos rodean.
ResponderEliminarAbrazos
Elegir, mmm; a veces es tan dificil, muchas veces no sabemos lo que queremos, entonces nos dejamos arrastrar por la corriente de la vida...
ResponderEliminarMorir y renacer. Esto es la clave, lo que le da sentido a todo.
ResponderEliminarUn beso
Era Charles Chaplín el que dijo "Me gustan mis errores, no quiero renunciar a la libertad deliciosa de equivocarme".
ResponderEliminar¿Y cuándo decidiste que ibas a escribir sobre la decisión? :)
ResponderEliminar¿Decidiste tú ser tan encantadora...?
Por favor...decide seguir escribiendo.
... o algo nace, también puede ser, no?. Creo que si tuviera que elegir me quedo por aqui, en las "Decisiones". Un abrazo.
ResponderEliminardecidimos... a veces el tobogán es demasiado empinado para nosotros y otras lo vemos al ras del suelo... a veces nos esperan unos brazos abiertos al final y otras un charco de barro... besitos guapa!!
ResponderEliminares cierto Ideas.
ResponderEliminarNuestra vida es el fruto de nuestras decisiones y...
creo que no somos conscientes de que vivir es estar decidiendo en cada minuto. Cada uno de nuestros actos es una decisión.
Precioso.
Un besito
...me gustan los verbos que conjugamos...sobre los que has decidido escribir...
ResponderEliminarDecidimos, pero esas decisiones no nacen de nuestra propia naturalidad sino que han sido influenciadas por terceras personas.
ResponderEliminarEsas influencias, ¿habrán sido positivas?
Un abrazo
Decidir. A veces no queda más remedio. Decidir ciertos caminos que nos marcarán de por vida. Y vivir con esas decisiones que nos acompañarán siempre. Es difícil, es complicado pero no queda más remedio que hacerlo.
ResponderEliminarBesos