Cuando gira el pomo de esa puerta y la cruza, el tiempo pierde su sentido. Es un billete a un tiempo en el que los aromas de pasado perfuman el presente, y los recuerdos siguen galopando tras las colinas hasta esconderse tras los pinos. Allí, en medio de aquella cima, el mundo parece postrado a sus pies. La libertad es como el aire que enreda sus rizos y el viento que borra sus preocupaciones.
La felicidad, o al menos la suya, es eso. Perder la mirada en el horizonte entre las tierras rojizas, los verdes pinares y ese inmenso cielo azul. Sentir el aire frío del norte en su cara. Vivir un nuevo atardecer que tiña de tonos rosados el paisaje.
Cada uno es dueño de la llave de su felicidad, de su dicha... o eso, al menos, ella piensa. Aunque a veces cueste recorrer kilómetros por empinados caminos y zambullirse en océanos hasta encontrarla.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Muy bueno. No se puede decir mas con menos. Un abrazo
ResponderEliminarEn muchas ocasiones, tras muchas escaladas y volver cabizbajo, sólo hay que mirar en el propio interior para descubrir que siempre estuvo allí. Besote
ResponderEliminarHa sido una dosis de libertad la que he tomado cuando te he leido...muy bonito
ResponderEliminarLa felicidad es tan compleja.. tan escasa.. pero sí, pienso que en ocasiones puede ser eso que relatas tan bonito ;)
ResponderEliminarun saludo
A veces está tan escondida esa llave de la felicidad o se encuentra pero es dificil encajarla en la cerradura, se resiste a girar.
ResponderEliminarMuchos BesoS
Esa llave la tenemos a veces tan guardadita que la olvidamos...pero esa dicha olvidada aprovecha momentos como el que describes para despeinar nuestro cabello y dibujarnos amplias sonrisas.
ResponderEliminarBeso
La felicidad está quizás en la búsqueda ( por qué no en el recuerdo), en la persecución, en la esperanza...(que al fin y al cabo eso es la vida)más que en el encuentro.
ResponderEliminarLo de la llave, cierto, pero la puerta que abre no es para comunicarte con el exterior, sino para entrar en uno mismo.
Me ha gustado, sí señora.
Espero que este año sigas llenandoso de optimismo, dulzura y relatos hermosos como este mismo...de libertad.
ResponderEliminarMil bikos y que tu llave este cerca!
Llevo media tarde pensando en que ese paisaje lo he tenido en la retina...¿No será Aranda de Duero? Las tierras rojizas...el frío del norte...los tonos rosados...yo diría "incendiado el cielo" pero...
ResponderEliminarjajaja ahora me dirás que Murcia, y seré yo el que adquiera tonos rosados...¡qué noche llevo!