17.7.06

Tapamos

Nacemos y muchas veces nos tapamos lo ojos y los oídos para no ver, no oír, no sentir. Cuando éramos niños los besos de mamá calmaban nuestras heridas del alma. Hemos crecido, y enmudecer esos ecos en nuestra conciencia es una ardua tarea que no siempre conseguimos. Vivir es ir emborronando ese cuaderno como si a alguien fuese a importarle lo que somos o fuimos en nuestro devenir. Somos carne de olvido por más que nos revelemos a dejar nuestra huella en este mundo. Somos gotas de agua en la inmensidad del océano, silencios que nunca serán palabras.

A veces sentimos que nos han abandonado en el camino. Caminamos sin rumbo, perdidos el laberinto de nuestros pensamientos y miedos. Actuamos como si nada fuese con nosotros, como si todo estuviese bien aunque en nuestro interior sabemos que todo es una calma aparente. Cerramos los ojos como si al hacerlo nuestras inquietudes desaparecieran o se hiciesen más pequeñas. Continuamos sonriendo como si nada hubiese pasado, como si el huracán no hubiese afectado nuestros cimientos. Jugamos a auto engañarnos, pero la voz de nuestra conciencia es, a veces tan, fuerte que en la soledad de nuestro silencio interior no podemos acallarla… y duele oírle hablar

15 comentarios:

  1. "Jugamos a auto engañarnos"...
    Bien es cierto esto, pero soy de la opinión de que a veces, si no fuese por este juego la vida sería infinitamente más dura de lo que ya es.
    No es bueno taparse los ojos a la realidad, pero por qué no hemos de tener piedad con nosotros mismos y evitarnos, mientras soñamos, algún que otro golpe...

    Besos muchos

    ResponderEliminar
  2. Tienes razón aquellos besos maternales de la infancia eran la mayor protección de la que nunca gocé, parece que desde que los dejamos atrás la vida nos empuja a andar más perdidos. Un besote.

    ResponderEliminar
  3. Yo jugué mucho tiempo a engañarme. Ahora soy muy consciente de la realidad. A mí misma me doy lo que necesito para dejar descansar a mis frustraciones. Como dice Trini, no es bueno esconder la realidad, porque sino la fantasía la gana.
    Ser consciente pero adornarla, saber llenarla de flores.
    Besos

    ResponderEliminar
  4. A veces, cuando estamos en caliente, es mejor no actuar; es mejor dejar que todo se serene, se apacigue, y dejar que el tiempo ponga las cosas en su sitio.

    Los besos de mi madre, hoy en día, siguen haciendome sentir protegida, y el olor de su piel, ese aroma de "te quiero y te cuido", me hace sentir bien.

    Muchos besos.

    ResponderEliminar
  5. Tenemos que aprender a perdonarnos a nosotros mismos. Creo que ahi esta la clave para aprender de nuestras malas decisiones. Me gusta tu blog

    ResponderEliminar
  6. Yo sonrío pensando que la curva del camino que me costó tanto de pasar me llevará a un sendero lleno de flores y musgo por el que será fácil caminar.

    Saludos

    ResponderEliminar
  7. Más que un autoengaño es un recurso de supervivencia, como el olvido, tan desprestigiado, pero, ¿qué haríamos sin el olvido?

    besos

    ResponderEliminar
  8. ... Y ojalá esa voz no calle nunca.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  9. Tapamos los ojos y los oídos para no ver la realidad, pero el eco del pasado, el eco del presente y, aún el eco del futuro están ahí ayudando a esa realidad en ocasiones demasiado confundida, demasiado perdida. Ella es la única que pretende engañarse pero los ecos no se lo permiten!
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. El problema no lo es mientras que el autoengaño sea un juego o un método defensivo, y no una forma de vida... pues entonces podría hacernos caer sin remedio y ni siquiera darnos cuenta.

    ResponderEliminar
  11. todo tiene su tiempo, hasta el autoengaño como escudo...Besos y me encantan tus post...

    ResponderEliminar
  12. Hace tan solo unos días escribía yo a mi conciencia.
    Besitos bonita reflexión, menos mal que para algo nos sirve ese pequeño duende que nos habita.

    ResponderEliminar
  13. Me ha costado, pero más vale tarde que nunca...

    El placer y la alegría que me ha producido re- encontrarte es tan grande que no la puedo expresar por aquí... Debo ponerme al día, leer y re- leer lo escrito, para ver cada post.... Luego de hacerlo, escribiré más..

    Por cierto, te he escrito un correo a la vieja dirección, digo vieja porque no sé si es o no la actual...

    Un gran abrazo fuerte fuerte... y lleno de emoción!!

    ResponderEliminar
  14. Tanto duele oirla hablar, como duele su silencio.
    Sigo pensando que en fondo seguimos siendo primitivos, no se si "nosotros" o nuestra conciencia.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  15. Efectivamente, así de complicada es la vida, por desgracia. Mi autoengaño son las inyecciones de optimismo que me tomo, aunque cada vez siento que necesito más dosis.
    Un abrazo

    ResponderEliminar