Nacemos y empezamos a aburrirnos de esperar. La vida es una continua espera oculta entre el tictac de un reloj. Todo se mueve constantemente y, sin embargo, siempre estamos esperando. Somos el eje sobre el que nuestra existencia se va desplazando. Nosotros, sólo oscilamos.
Desde niños nuestra mirada siempre estuvo puesta en varios metros más allá del aquí y del ahora. Nos enseñaron a caminar sin mirar nuestros pies. Hemos sido burros a los que se les arrea colocándoles una zanahoria frente a ellos, y que avanza según ellos lo hacen. Algunas cosas nunca las alcanzaremos. Otras se quedaran pisoteadas en el trayecto sin ni siquiera haberlas visto.
Siempre hubo un “cuando lleguen los reyes”, “cuando vayas a la escuela”, “cuando crezcas y seas mayor”, “cuando acabes de estudiar”, “cuando trabajes” para mirar hacia el futuro y olvidarnos el presente que es lo único que realmente vivimos.
Eternamente estamos esperando el futuro y el presente se nos escapa de las manos.
Un día descubrimos que peinamos canas, que tenemos que estirar los brazos y alejar un poco las palabras para leerlas, y nos damos cuenta de que hemos sacrificado gran parte de nuestro tiempo a favor de momentos que ya han pasado. Algunos son Penélope esperando en una estación: espectadores del paso del tiempo. Otros prefieren subirse al escenario y actuar
Desde niños nuestra mirada siempre estuvo puesta en varios metros más allá del aquí y del ahora. Nos enseñaron a caminar sin mirar nuestros pies. Hemos sido burros a los que se les arrea colocándoles una zanahoria frente a ellos, y que avanza según ellos lo hacen. Algunas cosas nunca las alcanzaremos. Otras se quedaran pisoteadas en el trayecto sin ni siquiera haberlas visto.
Siempre hubo un “cuando lleguen los reyes”, “cuando vayas a la escuela”, “cuando crezcas y seas mayor”, “cuando acabes de estudiar”, “cuando trabajes” para mirar hacia el futuro y olvidarnos el presente que es lo único que realmente vivimos.
Eternamente estamos esperando el futuro y el presente se nos escapa de las manos.
Un día descubrimos que peinamos canas, que tenemos que estirar los brazos y alejar un poco las palabras para leerlas, y nos damos cuenta de que hemos sacrificado gran parte de nuestro tiempo a favor de momentos que ya han pasado. Algunos son Penélope esperando en una estación: espectadores del paso del tiempo. Otros prefieren subirse al escenario y actuar
Dulce espera que anunciadora un día con canas llegará.
ResponderEliminarBesitos
"Non mirando a nuestro daño,
ResponderEliminarcorremos a rienda suelta
sin parar;
desque vemos el engaño
e queremos dar la vuelta,
non hay lugar"
Lo de estirar los brazos para leer.... me ha llegado al alma¡¡¡¡
Besos... Nos haces reflexionar¡¡¡
Me siento un poco identificado con lo dicho por Angel.
ResponderEliminarAhora mismo luego de leer esto y mirando esa imagen puedo asegurarte que me gustaria sentarme a la vera de ese camino y esperar con mis manos sosteniendo mi cara. Como lo hacen los niños. Soñando y esperando quien sabe que.
Un besote amiga mia.
Por eso hay que disfrutar del presente. A veces soñamos un futuro que quizá no sea para nosotros, que no nos corresponda. Miramos otros mundos que no son los nuestros y nos perdemos en la vorágine del "yo no tengo", dejando de lado lo que tenemos, cuando lo que tenemos es lo más importante del mundo.
ResponderEliminarBesos
Lo que describes es una forma de ausencia que nos aparta de la vida. Esperando, siempre esperando y dejando que el presente, la única realidad que existe, se nos escape. El futuro nunca llega, siempre será lo que está lejos porque si pudiera convertirse en presente no lo apreciariámos sumidos en ese compás de espera...
ResponderEliminarUn besito
Es interesante esto de cuestionarse la espera. Algunas pueden llegar a ser muy dulces, otras desoladoras. El presente es lo que deberia contar. Se me hace que la espera genera ansiedad. Un abrazo.
ResponderEliminarAlgunos son Penélope esperando en una estación: espectadores del paso del tiempo. Otros prefieren subirse al escenario y actuar
ResponderEliminarMuchas veces me he preguntado... ¿para qué esperar? igual y nunca llega. Sí, he pensado tantas veces en el futuro y lo que he acariciado con mi pensamiento se ha esfumado de las manos cuándo lo tenía... En fin, esa frase tuya al final me ha hecho reflexior :)
Un abrazo!
;o)
Hay que coger el ahora de una vez, y olvidar el dejar para más adelante las cosas... aunque a veces es difícil armarse del valor necesario para tomar el presente...
ResponderEliminarUn abrazo.
Y como se nos ha olvidado, o nunca lo hemos aprendido el para qué estamos aquí, al final de todo, aún decimos: espera, espera, espera, que no me he enterado de qué va esto.
ResponderEliminarUn abrazo
La espera es pasiva, prefiero la busqueda. Esperamos que siga la serie ;)
ResponderEliminarBesos
La espera si es entre palabras suaves como estas, nunca será eterna.
ResponderEliminarMil bikos.
Las esperas son eternas... sobre todo cuando no se sabe la hora d llegada.
ResponderEliminarBesotes!
Pasamos demasiado tiempo de nuestra vida esperando para hacer algo.
ResponderEliminarY cuando queremos darnos cuenta, mientras esperábamos, pasaron casi todas las oportunidades que deberíamos haber aprovechado...
Penelope, que canción más triste.
ResponderEliminarEsperar , es desesperar.
Vivamos.
un beso.
Si, es muy triste y aburrido esperar, ¿esperar qué? acaso que pase el presente sin hacer nada. ¡Grave error!.
ResponderEliminarAl final nada en el presente, nada en el futuro, nadas.
Besos
Tan sabias siempre tus palabras...
ResponderEliminarMe encanta venir a leerte porque siempre me llevo un trocito de conciencia para mi casa...jajaja
Besos
la influencia que ejerce en nosotros el pasado y el futuro, nos impide demasiadas veces ser verdaderamente conscientes del presente. Y vivirlo hasta la médula :-)
ResponderEliminarIdeas, qué gratamente me sorprendes con estos tus posts.
Un besazo