Nacemos y aterrizamos en un mundo donde todo son opciones. Apenas si habíamos aprendido a desplazarnos, y ya soñábamos con subir las escaleras. Vigilábamos que la puerta se entreabriera para escaparnos y descubrir el mundo que se encerraba tras ella. Entonces no teníamos miedo al fracaso ni nos dolían los arañazos. Caminábamos mirando de reojo, esperando ese descuido que nos permitiera cruzar la línea y ver lo prohibido. Éramos trozos de metal atraídos por el imán de lo desconocido.
Jugábamos a buscar tesoros en el desván, espiábamos a través del ojo de la cerradura, e intentábamos descubrir el mundo subidos a una banqueta.
La tapia que veíamos cuando éramos niños, parece ahora la dentadura de un caballo viejo. Recordamos que un día la escalamos para asomarnos y ver cómo el sol se ocultaba. Ahora la vemos desde el suelo.
El tiempo ha dejado al descubierto nuestra cobardía. La vida continúa desafiándonos cada mañana, pero hacemos oídos sordos. Algunos dicen que los años pesan, pero lo que pesa realmente es el miedo, el desequilibrar esa balanza de seguridad en la que nos apoyamos, y volver a sentir que caminamos sobre el alambre, sin red.
Algunos somos expertos justificándonos. Nunca somos culpables de nada. Nos creemos victimas de la sociedad, de nuestra mala suerte y, sin embargo, en la mayoría de los casos nosotros somos nuestro propio verdugo. Los “peros” y los “es que” son las migas que vamos dejando en nuestro camino de lamentos.
siempre podemos encontrar una exucsa, un pero para justificarnos... y sin embargo sería tan facil dejar que los pajarillos que comieran esas migas de pan...
ResponderEliminarbesitos guapa!!
Vivimos en nuestras propias sombras desafiando las leyes del universo, justificando nuestros errores, buscando excusas, escudándonos el los miedos.
ResponderEliminarIdentificado
Los peros y los "es que" son bastones con los que nos hemos acostumbrado a caminar. Es dificil prescindir de ellos :(
ResponderEliminarTal vez no teníamos quien nos sirviera de referencia; de buena referencia.
ResponderEliminarUn abrazo
Vaya.. sí que es cierto muchas veces intentamos esconer nuestros propios defectos tras esos interminables "peros" y la verdad que solamente logramos disfrazarlo por unos minutos sin estar realmente seguros de que los otros se creyeron el disfraz...
ResponderEliminarToda cambia, pero las excusas siempre existen...
Muy buen post, de verdad...
Un abrazo,
Tus palabras estan llenas de verdad
ResponderEliminarsiempre hay escusas para no sentirnos culpables de nuestros pasos.
Besitos.
pienso que los "peros" y los "es que..." y el miedo, se tienen de siempre, nos los enseñan, a pronunciar y a creer...
ResponderEliminarpero también los hay que aprenden a ser valientes, con lo que eso conlleva, en los buenos momentos son dueños de su vida y sus acciones, y en los malos momentos también...
Yo procuro ser valiente...a veces sin embargo, necesito que me protejan otros escudos.
Besos
Por eso siempre digo que no hay nada como ser consciente de uno mismo y asumirse, sin justificaciones.
ResponderEliminarSi uno se deja vencer por el miedo, por la comodidad, por la seguridad... al menos que no busque excusas, que lo asuma como propio, y reconozca simplemente que es humano y como tal, a veces se deja vencer...
Antes me justificaba casi sin darme cuenta, supongo que era una forma de buscar aceptación, ahora al menos soy consciente y creo que es el primer paso hacía al cambio.
ResponderEliminarUn abrazooo
Sin duda... de alguna forma, alguna vez nos hemos justificado...
ResponderEliminarsaludos
Ale
Buscar la excusa para justificarnos esa facil....lo dificil es evitar hacerlo y aceptar el error para poder seguir.
ResponderEliminarMil bikiños.
La justificación es el resultado del orgullo, d creernos con la verdad absoluta y no reconocer nuestra evidente imperfección. Como siempre, fantástico post.
ResponderEliminarBesotes!
Totalmente de acuerdo, justamente lo escribo yo también en un post de hace meses intitulado ¿Somos víctimas? el que termino con la frase: ¡Sí, somos víctimas, pero de nosotros mismos!
ResponderEliminarUn abrazo entrañable.
Hannah
O nos justificamos, y nos culpabilizamos. Es un mecanismo de defensa.
ResponderEliminarDeberíamos agarrarnos a las ilusiones, a la serenidad, y aceptarnos, tal como somos.
Un beso.
Creo que duele menos justificarse, aún a riesgo de engañarnos a nosotros mismos, que confesarse. Y digo yo , si no aceptamos nuestros errores, cómo demonios vamos a aceptar los ajenos?
ResponderEliminarBesos mil, Ideas
"trozos de metal atraídos por el imán de lo desconocido" Qué bonito. Seguimos siendo lo mismo... pero hemos aprendido a ejercer resistencia, y a veces es bueno y otras no tanto. En el equilibrio esté quizas el punto deseable. Pero no deja de ser una justificación ¿verdad?
ResponderEliminarun beso.
Somos los arquitectos de nuestro propio destino. Nadie ha dicho que sea malo equivocarse, lo malo es no aceptar nuestros fracasos y culpar a otros de los mismos. No existe ningún "pero" que valga.
ResponderEliminarSaludos!
;o)
El cuidar la imagen hace que ante nosotros mismos quedemos mejor si le echamos la culpa al empedrado. Acá también nos pasa
ResponderEliminarSaludos de Chile.