Contemplo el amanecer mientras conduzco camino de ese bendito trabajo que ha revolucionado mi rutina. ¡Hacia tanto tiempo que no me fijaba en él! No es lo único que ha pasado desapercibido en mi vida. La mayoría de las cosas han estado en un segundo plano últimamente. Hay demasiadas preocupaciones en mi cabeza. ¡Cómo si yo tuviese la solución a ellas! Lo único que he hecho en este tiempo es almacenarlas, y arrinconarlas como trastos viejos.
Ayer me comentaba mi amigo José que me veía feliz mientras intentaba sonsacarme el motivo.
¡Cómo explicar que una diminuta anécdota en el parking me ha devuelto la ilusión, que ha sido un revulsivo en mi vida y me ha hecho ver todo lo que pasa por mi día a día sin que yo le preste atención!
Javier
Pequeñas cosas que hacen cada día más amable.
ResponderEliminarLa coincidencia sigue siendo graciosa y curiosa.
un beso.
Nunca es tarde si la dicha es buena, sea de donde sea y venga esa dicha.
ResponderEliminarMuack, me alegro por ti.
...cierto, concuerdo con fuzzy, hay veces que es suficiente con poco...
ResponderEliminarAlgún motivo tenemos que tener para levantarnos con ilusión cada mañana...si además lo tenemos en el trabajo mejor que mejor ;)
ResponderEliminarUn besote!
A veces, un pequeño detalle, un sin buscarlo, es el mejor de los jarabes. Una pequeña insignificancia, puede ser lo más grande.
ResponderEliminarUn abrazo
¡cuán importante es la ilusión, amiga, cuán necesaria para afrontar el día a día!
ResponderEliminarBesos
A veces la mas minima cosa que se cruza en nuestro camino, es el revulsivo para volver a sentir la vida correr de nuevo por nuestra sangre...
ResponderEliminarGracias siempre es un placer leer tus letras...
Molt petons...