Cuando me dijeron que durante unas semanas tenía que cambiar mi oficina a aquel edificio de las afueras de la ciudad, maldije las obras de acondicionamiento. Es curioso pero entonces, hubiese preferido soportar el polvo y los ruidos antes que el traslado temporal y, sin embargo, ahora estoy buscando excusas para dilatar esta estancia. A veces, pienso en sobornar a los albañiles para que tarden más, pero eso sería retrasar lo inevitable.
Tal vez saber que este tiempo es efímero, hace que lo viva más intensamente. Es como si la sangre fluyese más rápidamente por mis venas, como si los colores brillasen más, como si los contras menguasen frente a los pros. O tal vez, esos momentos prohibidos de coqueteo son como cosquillas arrancadas a la monotonía, y me hacen sentir tan vivo como cuando era un adolescente
Javier
La falta de tiempo acelera los procesos...
ResponderEliminarUn besito, guapa!
Javier dejó su diario abierto por ahí??? es más escribe un diario eso ya es muy dulce de su parte y si estamos de preguntas con quién coquetea Javier??? cuando me respondas pensaría en serio en contarte a dónde van...a dónde van y a dónde van yyyyyy muy tierno Javier, que no cese en sus intenciones de sobornar a quien sea para ganar tiempo y seguir con esto de miraditas furtivas y nos entregue más suspense ah!!! sobre todo decirle a Javier que seguarmente debe ser muy reconfortante sentirse todo un adolescente cuando aparece algo nuevo e inesperado;)
ResponderEliminarEl tiempo...de Javi maravillosas sensaciones nos esta dejando!!
ResponderEliminarMil bikos.