Hay días en los que uno se levanta pensando cómo se debe frotar la lámpara para que el genio aparezca. Quería que hoy tuviese un toque especial. En otros tiempos, en días como éste, mamá ironizaba por mi indecisión a la hora de escoger la ropa que me iba a poner. Combinar colores nunca ha sido mi fuerte, a pesar de mi profesión. Siempre delego esa tarea en otros. Mejor dicho, en la parte femenina de mi equipo. Ellas tienen una capacidad abrumadora de descubrir tonos y matices nuevos que yo no lograría ver ni aún viviendo cien años más.
Mis dudas han hecho que la ropa de medio armario acabase sobre la cama. Y todo para que al final acabase con la primera combinación que había pensado. Cuando vaya Rosa, la señora que limpia la casa dos veces por semana, se preguntará si no habrá hecho la locura acto de presencia en mi vida.
Mis dudas han hecho que la ropa de medio armario acabase sobre la cama. Y todo para que al final acabase con la primera combinación que había pensado. Cuando vaya Rosa, la señora que limpia la casa dos veces por semana, se preguntará si no habrá hecho la locura acto de presencia en mi vida.
No me he puesto corbata. Sería excesivo. Demasiado inhabitual en mí. Levantaría sospechas y preguntas que no quiero responder.
He llegado al parking antes que ella. Como siempre. Esta vez no quería encontrarme con ella. He aparcado donde siempre. Y he “olvidado” apagar las luces de mi A3.
Mi despacho se ha convertido en un ir y venir de compañeros informándome de mi despiste. Después de esperar varias horas a que mi cenicienta viniese en mi auxilio, me siento desilusionado. Voy a solucionar la “distracción”. ¡Sólo faltaba que además de no salir el genio de la lámpara, me quedase sin batería!
He llegado al parking antes que ella. Como siempre. Esta vez no quería encontrarme con ella. He aparcado donde siempre. Y he “olvidado” apagar las luces de mi A3.
Mi despacho se ha convertido en un ir y venir de compañeros informándome de mi despiste. Después de esperar varias horas a que mi cenicienta viniese en mi auxilio, me siento desilusionado. Voy a solucionar la “distracción”. ¡Sólo faltaba que además de no salir el genio de la lámpara, me quedase sin batería!
Javier
Hacía mucho que no entraba en tu blog. Mi ordenador está chafado y no he tenido demasiado tiempo hasta ahora.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu tema "Te cuento". Es bonito...
historias cortas, largas, únicas, me ha gustado mucho. Podría dar juego para muchos escritos...
un abrazo
Historias cortas que nos llenan....
ResponderEliminarUn biko fuerte!
Bueeeno, si supieses lo enganchada que me tienes a la historia!!
ResponderEliminarEso de dejarse las luces encendidas es un peligro...la imagen de toda la familia empujando la furgoneta de mi padre en el parking de un centro comercial por haberse dejado las luces puestas, no se me olvidará en la vida... ¬¬
Un besazo!
Siga contando yo sigo leyendo!!!!
ResponderEliminarno te conocía... me gusta.
ResponderEliminarbss
Nada mejor que dejar un destello de luz como reclamo de nuestras intenciones y/o deseos...
ResponderEliminar;-)
Los que somos despistados...
ResponderEliminar:)
Feliz domingo!