19.10.10

Te cuento (d-18)

Quizá lleven razón esos que creen que soy un cobarde acomodado en una vida monótona y gris. Uno de esos profesionales que llevan en los bolsillos de su traje hecho a medida, retazos de soledad. Quizá por eso, desde hace meses, le llamo cada mañana. Necesito oír su voz semi dormida pronunciar mi nombre, escuchar su vitalidad y su risa, la complicidad de su palabras,.. Tal vez, simplemente busco ratificar mi existencia de alguna manera y, absorver un poco de esa energía que emana de esa voz que a mi me recuerda a la jovialidad de los cascabeles...
Durante una de esas llamadas descubrí a Soledad. Fue una bocanada de aire fresco, una de esas personas que sigue conservando la ingenuidad de la niñez. Un encanto de mujer, pero a veces tengo la sensación de que vivimos en dos tiempos distintos. Esa timidez que al principio me hacía gracia, ahora aviva mis dudas. Ni una llamada, ni un sms desde que se fue de vacaciones. Parece como si la tierra se la hubiese tragado y yo no he querido molestar.

Estos días sin ella he podido reflexionar, ver las cosas con más nitidez… Tal vez lleve razón mi amiga Ana cuando me hablaba de ese dilema que surge a las personas, cuando deben escoger entre continuar con su vida cotidiana, donde la rutina es la tónica general, o cerrar los ojos y lanzarse tras la ilusión del nuevo descubrimiento… Pero las novedades dejan de serlo pasado el tiempo, y entonces uno se vuelve a preguntar si realmente mereció la pena… Quizá el atractivo de los amantes es eso… en saber que son efímeros, que el día en el que la rutina aparezca por la puerta, uno sabe que debe salir por la ventana...
Javier

6 comentarios:

  1. ¿Por qué pensar ahora en la rutina venidera? ¿A qué el buscar absurdas justificaciones que le mantienen en el ostracismo más simple??
    ¿Y Soledad? ¿acaso ella no vive esta distancia como un olvido, y aquellos sentimientos, que aún mantiene vivos, como un juego con el que Javier distraía su aburrida monotonía??

    ...y más... Qué mas da que los tiempos sean distintos si al fin y al cabo el destino o la casualidad se encargó de cruzarlos??

    Y todavía J. se sigue preguntando si "mereció la pena"?, es que aún no se ha dado cuenta que precisamente son esos momentos los que dan vida a su vida? ...uuuffff, ¡pobre hombre gris!
    .jejeje

    Vamos guapa que te está quedando chula la historia!

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  2. Discrepo.

    El encanto de los amantes es cuando juntos llegan a la rutina y se dan cuenta de que se sienten absolutamente feliz en ella. Que ambos sintonizan perfectamente.

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  3. Quizá la rutina manche a los amantes como a los viejos matrimonios. Quizá no se trate de rutina sino de deseos de cambio:):)

    Besos muchos

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  4. Uys, este J. piensa mucho...y como en eso se parece tanto a mí, sólo puedo decirle que va por mal camino. Espero que Soledad vuelva pronto de sus vacaciones y dé señales de vida, no me gustaría que Javier comenzase a buscar una manera de saltar por la ventana provocándose el mínimo dolor.

    Un besito.

    P.D.: En cuanto a mí, GRACIAS. Comienzo a levar anclas...

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  5. Me da a mi que...la rutina no es tan mala como se pretende crear...

    Bikos mil!

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  6. Voy a escribir una comparación que leí en un comentario perdido y que me gustó mucho. Me hizo pensar.

    "Yo, mas pragmatica, suelo compararlo a estar en la parada del autobus. estas ahi sentado, viendo pasar autobuses, pero no sabes si son el tuyo, por que no llevan indicacion, y solo tienes dos opciones, subirte y arriesgarte a ver donde te lleva o quedarte esperando...
    a veces te arrepientes de haber dejado pasar algun bus en concreto, y otras, tras montarte en el equivocado te has bajado en la siguiente parada... pero ya es la siguiente. Ya has cambiado y has dado un paso mas para desconfiar del siguiente que cojas.
    Otras veces, has decidido subirte al autobus, tal vez, incluso al primero que ha pasado y ha abierto las puertas, y luego, desde la ventana ves que la carretera estaba llena, y que no hacía falta apresurarse... pero ya estas en marcha, y no hay paradas para bajarse...
    al final, todo se reduce a moverse y avanzar. Supongo.
    Salvo que a ti parece que te han dado las 12, y, de momento, han dejado de pasar autobuses por tu parada..."

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